8M: las lecciones del liderazgo femenino en el manejo de la pandemia
Varias mujeres gobernantes que llevaron adelante estrategias con resultados exitosos frente al coronavirus comparten un estilo similar de liderazgo
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Las precisas explicaciones de la canciller alemana Angela Merkel sobre la peligrosidad del coronavirus, la sesión en vivo de Facebook de Jacinda Ardern -desde su celular- en la se mostró calma y empática tras anunciar el primer confinamiento de Nueva Zelanda y la conferencia de prensa solo para chicos de Erna Solberg, primera ministra de Noruega, en la que les dijo “que estaba bien tener miedo” pueden parecer anécdotas simpáticas de la primera ola del coronavirus en el mundo.
Pero vistas desde otra óptica, pueden dar cuenta también de un estilo de liderazgo -basado en la empatía, transparencia y prevención- que comparten un grupo de mujeres con resultados exitosos frente a la pandemia. Al selecto club se suman también la taiwanesa Tsai Ing-wen y la finlandesa Sanna Mari.
Un año después de la aparición del Covid-19, ¿se puede afirmar que las líderes femeninas enfrentaron mejor la catástrofe sanitaria? Reducir todo a una cuestión de género sería una mirada simplista y más si se tiene en cuenta que solo 7% de los jefes Estado del mundo son mujeres, según datos de la ONU.
Pero sí hay ciertas herramientas que usaron estas mujeres para combatir con éxito la pandemia, escribió en la revista Forbes, en abril pasado Avivah Wittenberg-Cox, consultora en equidad de género entre ellas, el manejo adecuado de los datos, la prontitud en la toma de las primeras medidas, el buen uso de las nuevas tecnologías, la transparencia y la empatía.
En junio pasado, un análisis de 194 países, publicado por el Centro de Investigación de Políticas Económicas y el Foro Económico Mundial, demostró que los países liderados por mujeres tuvieron resultados de Covid-19 “sistemática y significativamente mejores”.
“En casi todos los casos, (las mujeres) comenzaron antes el lockdown que los líderes masculinos en circunstancias similares. Si bien esto puede tener implicaciones económicas a más largo plazo, ha ayudado a estos países a salvar vidas”, dijo en agosto pasado a The Guardian Supriya Garikipati, economista del desarrollo de la Universidad de Liverpool y coautora del estudio.
Pero escenario no es el mismo que en agosto, cuando los países europeos atravesaban un calmo verano. Hoy hay líderes que siguen siendo elogiadas por su estrategia contra el virus como Ardern, -lo que la hizo arrasar en las elecciones de octubre- y otras, que empezaron a ser cuestionadas por su manejo de la pandemia, como Merkel. A continuación un resumen de cómo quedaron paradas las líderes femeninas más alabadas por su lucha contra el virus.
Angela Merkel: elogios y cuestionamientos
Hace un año, todos anunciaban el crepúsculo político de Angela Merkel, agotada por 13 años de poder en Berlín. Pero su buen manejo de la primera ola, que incluyó testeos masivos, rastreo de posibles contagios y un refuerzo en el sistema de salud, la puso de nuevo en el centro de la escena mundial. Hasta los videos de sus conferencias de prensa, en las que habla con una actitud firme y clara, pero no temeraria, se virilizaron.
Pero un año más tarde, su gobierno es criticado a medida que aumentan los casos de Covid-19 y la gente desea una flexibilización de las drásticas medidas impuestas por la canciller. Las críticas surgieron incluso en el seno mismo de su partido demócratacristiano y entre los gobernadores, quienes en la sumamente descentralizada Alemania tienen el poder de imponer y retirar restricciones.
Con casi 80.000 muertos, Alemiania, tuvo una mortalidad por Covid-19 relativamente baja en la primera parte de la pandemia, pero en el otoño pasado y el actual invierno registró un abrupto aumento de las infecciones, con su pico en enero.
Jacinda Ardern: la líder que derrotó el Covid
La popularidad de Ardern se disparó el año pasado. Su estilo empático, sus mensajes coherentes y a la vez aleccionadores y tranquilizadores y sus gestos -como cuando decidió bajarse el salario un 20% en solidaridad con los que habían perdido el trabajo- resonaron en el país y en el mundo.
Además de una comunicación efectiva, supo actuar con rapidez –decretó rápidamente la cuarentena con un puñado de casos- y priorizó los testeos y el rastreo de contactos. Nueva Zelanda es hoy un caso de éxito por excelencia. El país que en julio logró por un momento una erradicación completa del virus registra solo 26 muertes en una población de cinco millones. Más allá de las medidas de Ardern, la ubicación geográfica de Nueva Zelanda y su baja densidad poblacional fueron factores determinantes en su éxito.
Erna Solberg: un estilo propio
La gestión de la crisis sanitaria de Erna Solberg también se volvió un referente alrededor del mundo. Su estrategia se basó en confinamientos focalizados, seguido de estrictos controles fronterizos, con hisopado y cuarentena obligatoria para todos los viajeros.
Más allá de las medidas, los noruegos agradecieron sus gestos. La política conservadora, apodada “Erna de hierro”, por su firmeza desde que era ministra, hizo algo innovador: ofreció una conferencia de prensa para explicar a los niños de su país qué pasaba. Además, a mediados de mayo, grabó un video con su gabinete en el cual bailaban para mostrar a los ciudadanos cómo debía ser la sana distancia.
Fue además una de las pocas líderes del mundo que hizo una autocrítica. Solberg mencionó públicamente a principios de junio que algunas medidas no debieron tan duras y que tomó decisiones por miedo y con base en los peores escenarios posibles.
Tsai Ing-wen: decisión y empoderamiento
El gobierno chino todavía no había bloqueado Wuhan cuando la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, decidió suspender todos los vuelos procedentes de esa ciudad a finales de diciembre. La líder fue elogiada por sus rápidos y constantes esfuerzos para contener el virus. Con casi 24 millones de ciudadanos, Taiwán tiene 969 casos y nueve muertos.
“Inspirar la unidad fue la verdadera clave del éxito de Taiwán en la lucha contra el coronavirus”, dijo la primera ministra Tsai Ing-wen, en una entrevista con estudiantes de la Universidad Cornell, en diciembre pasado.
En la charla, cuando se le preguntó sobre el éxito del liderazgo femenino en el mundo, Tsai dijo que el liderazgo eficaz requiere una amplia gama de rasgos de carácter y habilidades que trascienden el género. Agregó que su responsabilidad es promover el empoderamiento de la mujer, y dijo que espera que algún día ser una “presidenta” ya no sea digno de mención.
Sanna Marin: un gobierno de coalición de mujeres
El mes pasado, Sanna Marin, de 35 años y la primera ministra más joven del mundo, fue incluida en la lista 100 Next de la revista Time, un índice publicado anualmente de “líderes emergentes que están dando forma al futuro”.
En el artículo de la revista, su vecina Erna Solberg, alabó la gestión de Marin contra el Covid. “Nueva en el trabajo, Sanna no tuvo mucho tiempo de luna de miel, pero se adaptó rápidamente. Al implementar un bloqueo en marzo y prohibir los viajes en partes del país, ayudó a mantener los niveles de casos de coronavirus en una quinta parte de los europeos”, escribió Solberg.
Marin dirige un gobierno de coalición de centroizquierda formado solo por mujeres, que fue elogiado por su liderazgo calmo y decisivo durante la pandemia.
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