"¡Cómo quisiera ver una Iglesia pobre y para los pobres!", dijo el Papa
En un encuentro con 6000 periodistas, a los que cautivó con su sencillez y salidas humorísticas, Francisco explicó que eligió el nombre del santo de Asís por su dedicación a los necesitados; calificó de "imprescindibles" a los medios; hoy, su primer Angelus
ROMA.– Reveló secretos del cónclave que lo eligió; explicó por qué decidió llamarse Francisco, como el santo de Asís, y aseguró que su máximo anhelo es "ver una Iglesia pobre, para los pobres".
Con esas palabras, Jorge Bergoglio no sólo acompañó los gestos de austeridad con los que sorprende al mundo desde el miércoles pasado, cuando fue elegido papa, sino que también marcó el camino y carácter de la Iglesia que quiere.
Con su sencillez y humor, ayer conquistó a 6000 periodistas de 81 países , que dejaron su imparcialidad para recibirlo con una ovación. Hoy probablemente despliegue esa espontaneidad para hablar ante miles de fieles que invaden Roma en su primer Angelus.
Dentro del marco de un protocolo Vaticano acostumbrado a la máxima rigidez, el Papa volvió a sorprender ayer al imponer, en el encuentro, un clima informal. Se lo vio abrazar calurosamente, dando palmadas y estrechando manos, a sacerdotes y periodistas amigos; lució incómodo ante quienes se arrodillaban ante él y le besaban el anillo. Incluso llevaba puestos sus viejos zapatos negros gastados.
En su tercera jornada como Sumo Pontífice, el ex cardenal primado de la Argentina fortaleció la impresión de que se abre una nueva era con su llegada al trono de Pedro, que comienza una revolución.
Nunca se había visto, por ejemplo, que un papa con toda la naturalidad del mundo contara secretos del cónclave. El Papa dejó en claro que fue elegido por una cifra de votos que superó con creces los 77 necesarios. Nunca se había visto tampoco que un papa se resistiera a llamarse como tal, sino que reiterara, una y otra vez, que él es "obispo de Roma".
Todo eso pasó en la audiencia que concedió a representantes de los medios de comunicación, que en las últimas semanas cubrieron eventos excepcionales en la historia de la Iglesia: la dramática renuncia de Benedicto XVI y la sorpresiva elección de un papa venido del fin del mundo, el primer latinoamericano, el primer argentino, el primer jesuita.
El Papa comenzó su cita con la prensa leyendo un discurso en el que destacó la importancia de volver a situar a Cristo en el centro de la Iglesia, y luego siguió sin papeles ni guías.
"Cristo es el pastor de la Iglesia, pero su presencia en la historia pasa a través de la libertad de los hombres: entre ellos, uno es electo para servir como su vicario, sucesor del apóstol Pedro. Pero Cristo es el centro, no el sucesor de Pedro", dijo en su lectura a los periodistas. "Cristo es el centro, Cristo es la referencia fundamental, el corazón de la Iglesia. Sin él, Pedro y la Iglesia no existirían ni tendrían razón de ser", insistió.
Lo mejor vino cuando dejó de lado el discurso preparado y, en su italiano con acento porteño, se lanzó a hablar espontáneamente, con humor y de manera coloquial.
"Algunos no sabían por qué el obispo de Roma quiso llamarse Francisco. Algunos pensaban en Francisco Javier, en Francisco de Sales y en Francisco de Asís, pero yo les voy a contar la historia", arrancó. Entonces, contó que durante el cónclave, en la Capilla Sixtina, tenía a su lado al cardenal brasileño Claudio Hummes, arzobispo emérito de San Pablo y prefecto emérito de la Congregación para el Clero, a quien definió como "un gran amigo".
"Cuando la cosa se hizo un poco peligrosa, él me confortaba", dijo, provocando risas en la platea de periodistas, fascinados. "Cuando los votos subieron a dos tercios, vino el aplauso de costumbre, porque había sido electo el Papa. Y él me abrazó, me besó, y me dijo: «¡No te olvides de los pobres!». Y esa palabra me entró aquí: los pobres, los pobres. Enseguida, en relación con los pobres pensé en Francisco de Asís. Después pensé en las guerras, mientras el escrutinio seguía, hasta todos los votos", continuó. El Papa reveló así que su elección había sido plebiscitaria: el Corriere della Sera, de hecho, estimó que obtuvo 90 de los 115 votos.
"Y Francisco es el hombre de la paz. Y así, me salió el nombre, en mi corazón: Francisco de Asís. Para mí, es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación... En este momento, no es que tengamos una relación tan buena con la creación ¿no? Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre", agregó. "¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!", lanzó luego Francisco, en el momento cumbre del encuentro, desencadenando un fuerte aplauso, el tercero, ante una audiencia hipnotizada.
Luego contó que algunos cardenales incluso hicieron chistes. Como el que le dijo: "Pero vos deberías llamarte Adriano, porque Adriano VI fue el reformista, hay que reformar".
"Otro me dijo: «No, no, tu nombre debería ser Clemente». Pero ¿por qué? «Clemente XV, así te vengás de Clemente XIV, que suprimió la Compañía de Jesús»", agregó Francisco a continuación, generando risas en el auditorio, donde miles de periodistas seguían atónitos la performance de ese papa tan cercano, tan normal, que hablaba desde las entrañas.
El primero de los seis aplausos que interrumpieron su brillante intervención fue cuando arrancó agradeciendo especialmente a los periodistas el esfuerzo realizado en los últimos días de intensa labor. "¡Cómo trabajaron, eh! ¡Cómo trabajaron!", comentó fuera de libreto.
Acto seguido, aseguró que, si bien es una institución humana, histórica, con todo lo que eso comporta,
la Iglesia no es de naturaleza política, sino esencialmente espiritual: "Es el pueblo de Dios", dijo. "El santo pueblo de Dios que camina hacia el encuentro con Jesucristo. Únicamente desde esta perspectiva se puede dar plenamente razón de lo que hace la Iglesia", explicó.
Francisco invitó a los periodistas a tratar de conocer cada vez mejor la verdadera naturaleza de la Iglesia, y también su caminar en el mundo "con sus virtudes y sus pecados", y conocer las motivaciones espirituales que la guían, que son las más auténticas para comprenderla.
"Su trabajo [el periodismo] requiere estudio, sensibilidad, experiencia, como en tantas otras profesiones, pero implica una atención especial respecto de la verdad, la bondad y la belleza, y esto nos hace particularmente cercanos, porque la Iglesia existe precisamente para comunicar esto: la verdad, la bondad y la belleza en persona", indicó. "Debería quedar muy claro que todos estamos llamados, no a mostrarnos a nosotros mismos, sino a comunicar esta tríada existencial que conforman la verdad, la bondad, la belleza", agregó.
Bendición en castellano
Francisco terminó por seducir al auditorio con la bendición más abierta que se recuerde que haya ofrecido un papa. Hablando por primera vez desde que fue electo en castellano, dijo: "Muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica, otros no son creyentes. De corazón, doy la bendición en silencio a cada uno de ustedes, respetando la conciencia de cada uno, pero sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios. Que Dios los bendiga".
Maravillados, cientos de reporteros extasiados ante semejante comunicador, lo aclamaban al grito de "¡Viva el Papa!" y "¡Francisco! ¡Francisco!" La audiencia había terminado. Y no había periodista –raza escéptica si las hay– que no reconociera que había quedado profundamente impactado con ese papa venido del fin del mundo, que todos los días depara sorpresas.
Y mientras da los primeros pasos en su nueva función, Francisco confirmó "hasta que se disponga lo contrario", a los altos cargos de la curia, que cesaron automáticamente con la renuncia de Benedicto XVI, como establece la Santa Sede. Francisco desea "reservarse un cierto tiempo para la reflexión, la plegaria y el diálogo, antes de cualquier nombramiento o confirmación definitiva", indicó el Vaticano.
La gran pregunta que se hace todo el mundo ahora es quién nombrará el Papa como secretario de Estado, es decir, como su virtual brazo derecho, en reemplazo del cuestionado Tarcisio Bertone, que provisoriamente sigue en funciones como el resto de la curia. Por una de esas reglas no escritas del Vaticano, como Francisco es argentino, es decir, extranjero, en teoría su secretario de Estado debería ser italiano.
En su agenda de los próximos días, al margen del primer Angelus, que pronunciará hoy desde la ventana del despacho papal del Palacio Apostólico, luego de una misa en la Parroquia de Santa Ana, en el Vaticano, al Papa le esperan encuentros importantes. Mañana se reunirá con la presidenta Cristina Kirchner . El martes tendrá su misa de inauguración de Pontificado ante jefes de Estado y gobierno de todo el mundo, el miércoles recibirá en audiencia a miembros de otras religiones y el viernes al cuerpo diplomático.
El sábado volará en helicóptero hasta Castel Gandolfo, para almorzar con Benedicto XVI, papa emérito y tan revolucionario como él.
Definiciones papales
En un discurso sincero y firme, abarcó varios temas
La Iglesia
- "Cómo quisiera ver una Iglesia pobre y para los pobres’’
- "La Iglesia no es de naturaleza política, sino esencialmente espiritual: es el pueblo de Dios"
- "Cristo es el corazón de la Iglesia. Sin él, ni Pedro, ni la Iglesia existirían ni tendrían razón de ser. Como repitió tantas veces Benedicto XVI, Cristo está presente y guía a su Iglesia"
El nombre Francisco
- "Cuando la cosa se estaba poniendo un poco peligrosa, él [el cardenal brasileño Claudio Hummes] me consolaba y cuando los votos alcanzaron los dos tercios me abrazó, me besó, y me dijo: «No te olvides de los pobres»(...). De inmediato, en relación con los pobres, pensé en Francisco de Asís"
La Prensa
- "Expreso un agradecimiento especial a ustedes por su competente servicio durante estos días. Han trabajado, ¿eh?, cómo han trabajado"
- "El papel de los medios de comunicación ha ido creciendo cada vez más en los últimos tiempos, hasta el punto de que se ha hecho imprescindible para relatar al mundo los acontecimientos de la historia contemporánea"
Bendición
- "Muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica y otros no son creyentes, pero respetando la conciencia de cada uno, les doy mi bendición sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios. ¡Que Dios los bendiga!"
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