De la ansiedad al asombro, un desenlace que estremeció a todos

MIAMI.– Sorpresa ante cada dato; gestos de asombro frente a cada actualización que mostraban las cadenas de noticias. Estados Unidos contenía el aliento anoche con el conteo de votos, sobre todo en los estados clave, que mostraban un final cerradísimo entre Donald Trump y Hillary Clinton , con buenas señales para el republicano.

Pocos esperaban aquí que la candidatura del magnate se mantuviera con ventajas en estados como Florida, Ohio, Carolina del Norte y Virginia, estratégicos para llegar a la Casa Blanca. Pero sólo en Florida, considerado vital para las aspiraciones de Trump, con el 95% del escrutinio superaba a Hillary por 1,5% de los votos.

“Creíamos que a esta hora de la noche tendríamos otra tendencia”, se lamentó, pasadas las 22 (hora local), Linda Miller, una estudiante de la Universidad de Miami de 20 años que votó por primera vez en estas elecciones. Lo hizo por Hillary con el voto anticipado, una de las marcas que tuvo la elección y que los demócratas habían tomado como señal positiva. Unos 46 millones de personas de las 218 millones habilitadas en todo el país ya habían emitido su voto anteayer, en estados clave como Nevada, Carolina del Norte y Florida y marcaron picos históricos. Sólo en Florida, dos tercios de los más de nueve millones de residentes registrados para sufragar lo hicieron durante la votación anticipada y con boletas por correo, un récord que los organizadores de la campaña demócrata pensaron que le daría ventaja aquí.

La expectativa por el desenlace de una larga y desgastante contienda, que dividió como pocas veces a la sociedad, fue lo que predominó en una jornada histórica. Hasta el mismo día de las elecciones quedó reflejado ese quiebre. Entre abucheos y gritos hostiles, Donald Trump votó cerca de las 11 –hora local– en un colegio electoral de Manhattan, en Nueva York, acompañado de su mujer, Melania. “Todo pinta bien, las cosas están saliendo muy bien”, auguró. Pocos le creían en ese momento.

Jorge Jiménez, un obrero dominicano de 40 años, fue uno de los que se inclinó por Hillary confiado en que podría convertirse en la primera mujer en llegar a la Casa Blanca. “No es la candidata que más me gusta, pero jamás podría haber votado a una persona con los ideales de Trump. No entiendo por qué se ensaña tanto con los inmigrantes que aportamos a este país”, dijo a LA NACION.

En muchas localidades del país la escena se repitió: una afluencia constante de votantes –con filas de hasta una hora en algunos casos– y una organización sin sobresaltos. Sólo se reportaron casos aislados de comportamientos agresivos de algunos grupos, como en Florida.

Para muchos, haber pasado el 8 de noviembre fue un alivio, hartos de una campaña agresiva marcada por insultos, declaraciones obscenas, acusaciones y un récord de impopularidad de los candidatos. “Estaba cansada de los insultos de ambos bandos”, dijo Laura Schmitt, una republicana de 54 años de Woodbury, Minnesota. “¡Menos mal que se terminó!”, exclamó Ramiro Wires, de 50 años, que ayer votó por Hillary en Indianápolis.

A diferencia de Trump, Hillary no sufrió percances al momento de votar, dos horas después de que se abrieran las urnas en Chappaqua, Nueva York. Rodeada de decenas de seguidores, la candidata estuvo acompañada por su marido, Bill Clinton, que votó en el mismo lugar. “Espero ganar. Hay mucha gente involucrada en esto, y hay una gran responsabilidad en juego”, dijo.

Para ir a votar, muchas mujeres en todo el país usaron ayer trajes de pantalón, convertido en un símbolo de la campaña demócrata. Seguidores de Hillary formaron un grupo en Facebook llamado “Pantsuit Nation”, que se volvió en pocos días un fenómeno, con más de 2,2 millones de seguidores. “Hablamos sobre cómo encarna Hillary la lucha de las mujeres por la igualdad, y el vestido de pantalón es un emblema de esa lucha”, dijo Libby Chamberlain, la creadora del grupo.

El mapa de los resultados