El gobierno, principal responsable de la caída
RÍO DE JANEIRO.- Es la crónica de una rebaja anunciada. El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff jugueteó con las cuentas fiscales del país, con pedaleos, engañifas, exenciones impositivas distribuidas de manera desigual en la cadena productiva y gastos excesivos, principalmente el año pasado, que fue de campaña electoral.
Ya eso sólo puso a Brasil camino a la rebaja de la calificación crediticia, determinada anteayer por la agencia norteamericana Standard & Poor's. Y se sumaron las dificultades políticas, producto de la incapacidad para manejar la crisis y liderar la coalición que demostró la presidenta Dilma.
Entonces las agencias calificadoras se pusieron a sumar. Uno más uno: crisis económica más encerrona política. Sin la cohesión necesaria para tomar las medidas que rescaten las cuentas públicas del camino que tomaron y con los números cada vez peores, Brasil perdió, para la más influyente agencia de riesgo, lo que tantos años le llevó conseguir.
Brasil alcanzó el grado de inversión durante la gestión de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), pero el que pavimentó ese camino fue el gobierno del ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
Piedra fundamental de ese recorrido fue la ley de responsabilidad fiscal, la misma que viene esquivando el gobierno de Dilma frente a las explicaciones que exige el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) sobre irregularidades ocurridas durante su primer mandato.
Traducción de Jaime Arrambide
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