En la mira: las revelaciones sobre Facebook le dan fuerza a la ofensiva para regular a las big tech
El testimonio de una exempleada de la empresa en el Congreso avivó el debate en EE.UU. respecto de cómo aplicar más controles sobre los gigantes de internet y, a la vez, proteger a los usuarios; quitarles poder o crear entes reguladores, algunas opciones
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WASHINGTON.- Mark Zuckerberg consiguió algo difícil de lograr en Washington: unir a demócratas y republicanos. La audiencia en el Congreso norteamericano que tuvo como protagonista a Frances Haugen, la informante que reveló los secretos de Facebook, dejó un inusual escenario político en Estados Unidos: senadores que suelen disentir en casi todo mostraron esta vez una visión compartida sobre los riesgos de la red social más popular del planeta, y arraigaron la sensación de que se viene una era de más controles y límites gubernamentales en internet.
Europa, que suele ir un paso adelante a la hora de marcarles el terreno a las empresas tecnológicas, ya comenzó a moldear esa ofensiva regulatoria.
Haugen dijo en el Congreso que Facebook daña a la juventud, ahonda la grieta y debilita la democracia, pone sus “astronómicas ganancias” por delante del bienestar de las personas, y les imploró a los senadores que actúen y la regulen, porque Facebook, remarcó, era incapaz de resolver la crisis por si misma.
“Estos problemas tienen solución –dijo–. Es posible crear redes sociales más seguras, respetuosas con la libertad de expresión y más agradables”.
La audiencia de Haugen puede quedar como un parteaguas en la historia. El debate respecto de qué hacer con Facebook y las redes sociales ha mutado: la discusión ya no pasa por si deben ser reguladas o no, sino por cómo hacerlo. La respuesta, aún en formación, tendrá repercusiones en la vida de miles de millones de personas de todo el mundo, y en la salud de algunas de las instituciones pilares de las democracias occidentales.
Facebook ve venir esta realidad, y, a sabiendas de lo que le depara el futuro, respalda la ofensiva regulatoria. El propio Zuckerberg escribió en una columna en el Financial Times a principios del año anterior que las grandes tecnológicas necesitaban más regulación.
“Apoyamos una actualización de las regulaciones de internet a nivel global desde hace años”, indicó a la nacion una vocera de Facebook. “Las decisiones que se tomen en torno a este tema tendrán un impacto sobre internet y la economía mundial, y esperamos que los legisladores de todo el mundo que están debatiendo, diseñando e implementando estas normas prioricen los valores democráticos de una internet abierta y eviten el riesgo de una fragmentación. Mientras estas discusiones acontecen, en Facebook continuamos trabajando en favor de una internet abierta y segura”, agregó.
En Estados Unidos, algunas de las opciones que se barajan en el Congreso van desde partir a las tecnológicas para alentar la competencia y quitarles poder –Elizabeth Warren y Alexandria Ocasio-Cortez, dos influyentes voces progresistas, apoyan esta idea, aunque Haugen dijo que no resolvería los problemas de fondo– a reformar una ley que las protege de demandas, o crear una nueva agencia o un nuevo ente regulador para controlarlas, o darles más poder a los usuarios o exigir a las empresas más transparencia acerca de cómo funcionan sus algoritmos y moderan sus contenidos, que en la audiencia del Senado fueron descriptos como “una caja negra”.
Nadie tiene la varita mágica, y existe el temor a que Facebook logre moldear las reglas a su gusto.
Roger McNamee, un inversor de Facebook que luego se convirtió en un fuerte crítico y hasta llegó a pedir bajar el sitio hasta que fuera regulado, escribió para la revista Time que el testimonio de Haugen y las revelaciones que hizo para la serie de reportajes sobre la empresa del diario The Wall Street Journal “cambiaron el juego”. Pero, a la vez, advirtió que aún nadie parece tener bien en claro cómo avanzar.
“Aunque vale la pena mantener las esperanzas y expectativas bajo control cuando se trata del Congreso, el momento presente se siente diferente de los escándalos tecnológicos del pasado, especialmente los que involucran a Facebook”, escribió McNamee.
“Los senadores de ambos partidos en la audiencia de esta semana expresaron su apoyo al testimonio de la señora Haugen y a la legislación para abordarlo. En realidad, pocos en el Congreso tienen una comprensión clara del camino regulatorio a seguir, pero saben que quieren encontrarlo”, señaló.
Eventuales daños
Un desafío mayúsculo que enfrenta el Congreso es cómo diseñar reglas que protejan a los usuarios de los eventuales daños que pueden llegar a brotar de internet sin llegar a morder el derecho a la libertad de expresión, amparado por la Constitución norteamericana y cuyas delimitaciones corren por cuenta de la Corte Suprema de Justicia, y no del Capitolio.
“No creo que nadie tenga la respuesta a esta pregunta, y ese es el problema. Es muy complicado”, señaló Mary Hansel, abogada de la Clínica de Justicia Internacional de la Universidad de California, un centro abocado a la protección de los derechos humanos, cuando la nacion planteó ese interrogante en un evento organizado por el Diálogo Interamericano esta semana.
Hansel indicó que se sentiría mucho más cómoda con regulaciones dirigidas a la arena corporativa más que al discurso o a los contenidos digitales, y mencionó, por ejemplo, la necesidad de poner en discusión la legislación vigente norteamericana que requiere que los directores de las empresas públicas, como Facebook, intenten maximizar las ganancias para sus accionistas.
Aun si el Congreso de Estados Unidos se perdiera en el laberinto, Europa ya avanzó. La Comisión Europea puso sobre la mesa un plan de reforma con dos leyes, la ley de servicios digitales y la ley de mercados digitales, para regular las redes sociales, las compras online y otras plataformas con la ambición de proteger a los usuarios, sus derechos fundamentales y crear un mundo digital más justo, seguro y abierto, y promover la innovación y el crecimiento en el mercado común europeo y el resto del mundo.
Ese paquete puede convertirse en la nueva columna vertebral de internet.
“El cambio está viniendo de cualquier forma, y esta es una de las razones por las que Facebook está publicando anuncios que dicen ‘por favor, regúlennos’”, dijo Daphne Keller, del Centro para Internet y Sociedad de la Escuela de Leyes de la Universidad Stanford, en una entrevista con Bloomberg.
“Su mejor escenario para el futuro es que Estados Unidos les exija que hagan las mismas cosas que Europa les iba a exigir que hicieran de todos modos, y esas son cosas que los competidores más pequeños no pueden permitirse hacer”, apuntó Keller.
El clima político de Estados Unidos agregó además un sentido de urgencia. Más allá de los beneficios de las redes y de internet, en los últimos meses el país sintió con particular crudeza el impacto de la proliferación de desinformación sobre la última elección presidencial, o las vacunas contra el coronavirus.
Haugen mencionó la palabra “democracia” tres veces en su testimonio de apertura en el Senado. “Me presento a gran riesgo personal porque creo que todavía tenemos tiempo para actuar, pero debemos actuar ahora”, dijo en su presentación. “Les pido a ustedes, nuestros representantes electos, que actúen”, cerró.
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