Enviados de Trump se reunieron con Putin después de que Moscú reclamara una victoria clave en Ucrania
La reunión llega en una semana decisiva para Kiev, con presión militar en el este y una ofensiva diplomática liderada por Washington
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MOSCÚ.– En medio de la ofensiva militar rusa y tras la reivindicación del Kremlin de haber tomado por completo la estratégica ciudad ucraniana de Pokrovsk —una versión que Kiev desmiente—, el presidente ruso, Vladimir Putin, recibió este martes en Moscú al enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, y al yerno de Donald Trump, Jared Kushner, para sondear un acuerdo que ponga fin a la guerra en Ucrania.
“Rusia no tiene intención de luchar contra Europa, pero si Europa empieza, estaremos preparados de inmediato”, declaró el presidente Vladimir Putin, citado por la agencia de noticias RIA Novosti.
Según el presidente ruso “Europa intenta impedir que el gobierno estadounidense logre la paz en Ucrania, y todas las propuestas europeas apuntan a este resultado, mientras que los líderes de Kiev parecen vivir en otro planeta”.
Putin amenazó con cortar el acceso de Ucrania al mar en respuesta a los ataques con drones contra petroleros de la “flota en la sombra” rusa en el Mar Negro. El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, afirmó que las declaraciones de Putin demostraban que no estaba listo para poner fin a la guerra.
Putin hizo estas declaraciones antes de reunirse con el enviado estadounidense Steve Witkoff en el Kremlin. El enviado especial de la Casa Blanca, cabe destacar, debió esperar varias horas hasta ser recibido por el mandatario.
Putin volvió a humillar a Witkoff. Lo hizo esperar indefinidamente en Moscú antes de discutir el nuevo plan impulsado por Donald Trump para poner fin a la guerra en Ucrania.
“Estoy muy contento de verlos”, dijo Putin a Witkoff y Kushner cuando se reunieron el martes.
“Es una ciudad magnífica”, dijo Witkoff a Putin después de pasear con Kushner y el enviado del líder ruso, Kirill Dmitriev, por la Plaza Roja, cerca del mausoleo del fundador del Estado soviético, Vladimir Lenin.
En la reunión del Kremlin también estuvieron presentes Dmitriev y el asesor de Putin, Yuri Ushakov, junto con intérpretes.
Witkoff viajó con un borrador acordado entre Washington y Kiev en Ginebra, una versión revisada del plan original de 28 puntos que ya concedía amplias demandas al Kremlin y dejaba a Ucrania cerca de la capitulación.
Sin embargo, Moscú no muestra intención de ceder: Putin afirmó estar preparado para una guerra con Europa “desde ya mismo” y ordenó crear una amplia “zona de seguridad” a lo largo de toda la frontera con Ucrania, reclamando aún más territorio.
Pese a que el Kremlin había anunciado que el encuentro sería a las 17 en Moscú, el mandatario ruso optó por aparecer en un foro público y no se sabe cuándo recibirá al enviado estadounidense.
Es la segunda vez que Putin fuerza una situación similar: en marzo, durante otra visita de Witkoff para negociar un alto el fuego de 30 días que nunca se concretó, el empresario debió esperar ocho horas mientras el líder ruso improvisaba una reunión con el presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko.
Washington se había declarado el lunes “muy optimista” sobre la posibilidad de alcanzar un entendimiento tras casi cuatro años de guerra. “El presidente y su equipo han trabajado muy duro en este asunto y desean sinceramente que esta guerra termine”, aseguró la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Sin embargo, la iniciativa impulsada por Donald Trump genera fuertes recelos en Kiev y en las capitales europeas. El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, busca apuntalar el respaldo continental ante el temor de que el plan estadounidense –elaborado inicialmente sin la participación de Ucrania ni de la Unión Europea (UE)– termine reflejando en exceso las prioridades del Kremlin.
Zelensky obtuvo el lunes un respaldo explícito del presidente francés, Emmanuel Macron, en París, y luego viajó a Dublín, donde el primer ministro irlandés, Micheál Martin, le transmitió su “apoyo inquebrantable”. En paralelo, el mandatario ucraniano enfrenta también dificultades internas: un escándalo de corrupción debilitó a su gobierno y derivó en la renuncia de su jefe de gabinete, Andrii Yermak.
Le travail pour la paix se poursuit.
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) December 1, 2025
The work for peace continues.
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Estados Unidos presentó hace diez días un borrador de acuerdo en 28 puntos. Tras una primera versión elaborada sin europeos ni ucranianos, el texto fue enmendado luego de reuniones en Ginebra con aliados de Kiev. Desde entonces, Washington intensificó los contactos diplomáticos para cerrar una versión definitiva.
El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, se reunió el domingo en Florida con Witkoff y reportó “avances significativos”, aunque reconoció que varios puntos todavía requieren “ajustes”. El lunes, ambos conversaron por teléfono con Zelensky y con Macron, según informó el Elíseo.
El clima de desconfianza aumentó tras revelarse que Witkoff habría mantenido en noviembre conversaciones con un asesor de Putin sobre cómo el mandatario ruso debería enfocar el diálogo con Trump, según Bloomberg.
Avance militar y presión sobre Kiev
Mientras avanzan las tratativas, Rusia aprieta en el terreno. El lunes reivindicó la toma completa de la ciudad de Pokrovsk, a la que en Moscú siguen llamando por su nombre soviético, Krasnoarmeysk, así como la de Vovchansk, en el noreste. Kiev, sin embargo, aseguró que los combates continúan en Pokrovsk y que mantiene el control de su sector norte.
El jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Guerásimov, informó a Putin sobre la “liberación” de ambas localidades. En un video difundido por el Kremlin, el presidente ruso elogió a los mandos militares y afirmó que el control total de Pokrovsk ayudará a cumplir los objetivos de guerra fijados al inicio de la “operación militar especial”.

Analistas sostienen que Moscú busca consolidar ventajas territoriales para fortalecer su posición negociadora. Pokrovsk es un nodo clave de carreteras y ferrocarriles hacia los últimos bastiones ucranianos en el este y su pérdida complica el abastecimiento de Kiev. Además, abre un posible avance hacia Kramatorsk y Sloviansk, dos de las principales ciudades de Donetsk aún bajo control ucraniano.
Según un análisis de la AFP basado en datos del Institute for the Study of War y el Critical Threats Project, noviembre registró el mayor avance ruso del último año, con 701 km cuadrados ganados. En paralelo, Moscú intensificó sus ataques con misiles y drones de largo alcance.
En Bruselas, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, advirtió que esta es una semana “crucial” y expresó su temor a que “toda la presión se ejerza sobre el lado más débil”. “La rendición de Ucrania sería el modo más fácil de cerrar esta guerra, pero no el más justo”, remarcó.
Mientras Witkoff y Kushner se sientan hoy frente a Putin en el Kremlin, el desenlace sigue abierto: entre la diplomacia acelerada, la desconfianza europea y un frente de guerra que no se detiene, el futuro de Ucrania vuelve a definirse en despachos lejanos de las trincheras.
Agencias AFP, AP y Reuters
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