Fin a un largo debate: el Vaticano le dice “no” al título de “corredentora” de la Virgen María
Una nota del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que encabeza el cardenal argentino Víctor Manuel “Tucho” Fernández, aprobada por el papa León, se expidió sobre el tema, en discusión desde hace años
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ROMA.- “Madre del pueblo fiel”, sí, “corredentora”, no. Después de idas y vueltas y una puja que se viene dando en la Iglesia desde hace siglos, una “nota doctrinal” del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF), que encabeza el cardenal argentino Víctor Manuel “Tucho” Fernández, firmada por el papa León XIV y publicada este martes, puso los puntos sobre las íes. Repasando fundamentos bíblicos y teológicos, sentenció que es “inoportuno” llamar a la Virgen María “corredentora”, título que grupos conservadores siempre quisieron adjudicarle.
Titulada “Mater Populi Fidelis” (“Madre del pueblo fiel”), la “Nota Doctrinal sobre algunos títulos marianos referidos a la cooperación de María en la obra de la salvación” es un documento de 80 puntos firmado por el papa León el 7 de octubre pasado y que, según se explicó en la presentación, “es magisterio de la Iglesia”.
En su punto 18, el documento explica que algunos pontífices utilizaron el título de “corredentora”, aparecido en el siglo XV, sin detenerse demasiado a explicarlo.
“Generalmente lo han presentado de dos maneras precisas: en relación con la maternidad divina, en cuanto María como madre ha hecho posible la Redención realizada en Cristo, o bien en referencia a su unión con Cristo junto a la cruz redentora”, evoca. Destaca, además, que el Concilio Vaticano II, donde hubo una enorme pelea sobre el tema, finalmente “evitó utilizar el título de Corredentora por razones dogmáticas, pastorales y ecuménicas”. Y que San Juan Pablo II (1978-2005) lo utilizó “al menos en siete ocasiones, relacionándolo especialmente con el valor salvífico de nuestro dolor ofrecido junto al de Cristo, al cual se une María sobre todo en la cruz”.
Pero su mano derecha de ese momento, el cardenal Joseph Ratzinger (luego Benedicto XVI, 2005-2013), prefecto de la entonces llamada Congregación para la Doctrina de la Fe, en una reunión que tuvo lugar el 21 de febrero de 1996, se manifestó en contra de dicho título.
“Ante la pregunta de si era aceptable la petición del movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici para una definición del dogma de María como Corredentora o Mediadora de todas las gracias, respondió en su voto particular: negativo”, recuerda.
Más adelante, en 2002, Ratzinger expresó públicamente su opinión contraria al uso de este título: “La fórmula ‘corredentora’ se aleja demasiado del lenguaje de las Escrituras y de la patrística y, por tanto, provoca malentendidos… Todo procede de Él, como dicen sobre todo las epístolas a los Efesios y a los Colosenses. María es lo que es gracias a Él. La palabra ‘corredentora’ ensombrecería ese origen”, afirmó el cardenal y guardián de la ortodoxia católica, que “no negaba que hubiese buenas intenciones y aspectos valiosos en la propuesta de uso de este título, pero sostenía que era un vocablo erróneo”.

La nota recuerda que el papa Francisco (2013-2025) expresó al menos tres veces su posición claramente contraria al uso del título de “corredentora”, alegando que María “jamás quiso para sí tomar algo de su Hijo. Jamás se presentó como corredentora. No, discípula”.
“La obra redentora ha sido perfecta y no necesita añadido alguno. Por ello, ‘nuestra Señora no quiso quitarle ningún título a Jesús […]. No pidió para sí misma ser cuasi-redentora o una corredentora: no. El Redentor es uno solo y este título no se duplica’. Cristo “es el único Redentor: no hay corredentores con Cristo”, porque “el sacrificio de la cruz, ofrecido con corazón amante y obediente, presenta una satisfacción sobreabundante e infinita”.
“Si bien nosotros podemos prolongar en el mundo sus efectos, ni la Iglesia ni María pueden reemplazar, o perfeccionar, la obra redentora del Hijo de Dios encarnado, que ha sido perfecta y no necesita añadidos”, recuerda también la nota.
Por todo lo anterior, “teniendo en cuenta la necesidad de explicar el papel subordinado de María a Cristo en la obra de la Redención, es siempre inoportuno el uso del título de ‘corredentora’ para definir la cooperación de María”, sentencia.
“Este título corre el riesgo de oscurecer la única mediación salvífica de Cristo y, por tanto, puede generar confusión y un desequilibrio en la armonía de verdades de la fe cristiana, porque no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos”, advierte. “Cuando una expresión requiere muchas y constantes explicaciones, para evitar que se desvíe de un significado correcto, no presta un servicio a la fe del Pueblo de Dios y se vuelve inconveniente”, subraya.
En la nota, títulos como Madre de los Creyentes, Madre Espiritual, Madre del Pueblo Fiel, son especialmente valorados; mientras que el título de “Mediadora” se considera inaceptable cuando adquiere un significado que es exclusivo de Jesucristo, pero se considera valioso si expresa una mediación inclusiva y participativa que glorifica el poder de Cristo. Los títulos de Madre de Gracia y Mediadora de Todas las Gracias se consideran aceptables en algunos sentidos muy específicos, pero se ofrece una explicación particularmente extensa de los significados que pueden presentar riesgos, tal como indicó Vatican News.
En la introducción, el cardenal Fernández explicó que la nota se hizo para responder “a numerosas consultas y propuestas que llegaron a la Santa Sede en las últimas décadas” y porque se trata de “cuestiones que han preocupado a los últimos Pontífices y que han sido repetidamente tratadas en los últimos treinta años” en diversos ámbitos de estudio.
“La devoción mariana, que la maternidad de María provoca, es presentada aquí como un tesoro de la Iglesia. La piedad del Pueblo fiel de Dios que encuentra en María refugio, fortaleza, ternura y esperanza, no se contempla para corregirla sino, sobre todo, para valorarla, admirarla y alentarla”, aseguró.
Aunque advirtió que, al mismo tiempo, “existen algunos grupos de reflexión mariana, publicaciones, nuevas devociones e incluso solicitudes de dogmas marianos, que no presentan las mismas características de la devoción popular, sino que, en definitiva, proponen un determinado desarrollo dogmático y se expresan intensamente a través de las redes sociales despertando, con frecuencia, dudas en los fieles más sencillos. A veces se trata de reinterpretaciones de expresiones utilizadas en el pasado con diversos significados”.
“Este documento tiene en cuenta estas propuestas para indicar en qué sentido algunas responden a una devoción mariana genuina e inspirada en el Evangelio, o en qué sentido otras deben ser evitadas porque no favorecen una contemplación adecuada de la armonía del mensaje cristiano en su conjunto”, resaltó.
Consciente de la gran sensibilidad en torno del tema, durante la presentación del documento, -que tuvo lugar en la Curia de los Jesuitas-, Fernández reconoció que seguramente “a algunos no les gustará” la nota. Con sentido del humor, recordó que sobre algunos temas doctrinales también hubo choques en el pasado. “En el Concilio de Trento se agarraron a las piñas”, evocó. Fiel reflejo del alto voltaje, durante la presentación Fernández fue interrumpido dos veces por una persona evidentemente enojada, que gritó “¡no se hacen estos documentos sin escuchar al pueblo!” y luego se identificó como alguien “devoto de la Virgen”.
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