Francia: los sindicatos refuerzan la presión en las calles, pero Macron no cede
PARÍS.- Pese a la apuesta al todo o nada de los sindicatos hoy para que Emmanuel Macron retire su reforma del sistema de pensiones, el gobierno francés se dice "totalmente decidido" a seguir adelante con su plan.
"Mi determinación, la del gobierno y la de la mayoría (parlamentaria) es total", dijo ante los diputados el primer ministro francés Édouard Philippe, justo en el mismo momento en que miles de personas protestaban en las calles de Francia.
Los esfuerzos de maestros, médicos, abogados, enfermeros y trabajadores de la torre Eiffel, quienes se reunieron hoy para oponerse a una suba de la edad de jubilación y para conservar el sistema de pensiones tal cual está, han sido frustrados tras el anuncio del gobierno de continuar con la reforma.
La marcha principal tiene lugar en París pero también hay concentraciones en ciudades como Marsella, Lille, Lyon o Toulouse. Se trata de la tercera protesta a nivel país en menos de dos semanas pero la primera convocada por la totalidad de las centrales.
En la capital, a primera hora, la mitad de las 16 líneas de metro estaban cerradas, las otras ocho tenían servicios mínimos y solo un 30% de autobuses circulaba con dificultad en medio de atascos. Ante esto los ciudadanos recurren al teletrabajo, a las bicicletas y monopatines, a los automóviles compartidos o a caminar en el décimo tercer día de complicaciones en los desplazamientos al continuar la huelga de maquinistas de tren contra la reforma de un sistema de pensiones que ahora les permitía retirarse incluso antes de los 60.
Los hospitales prestan servicios mínimos. La Policía acordonó el Palacio del Elíseo, residencia oficial de Macron, con horas de antelación en previsión de posible violencia de activistas de los Chalecos Amarillos u otros manifestantes radicales indignados. Por su parte la autoridad de aviación civil, DGAC, pidió a las aerolíneas que redujeran en un 20% sus vuelos programados durante la jornada desde el aeropuerto de Orly, el segundo más grande de Francia, debido a una huelga de controladores aéreos.
Además, hay escuelas que no abrieron sus puertas ya que los profesores también reclaman mejores condiciones salariales. Varias universidades, incluida la Sorbona de París, cancelaron o aplazaron sus exámenes de diciembre debido a las dificultades de los estudiantes para desplazarse.
La presión crecía después de que el principal ideólogo de su reforma de las pensiones renunciara el lunes por supuestos conflictos de interés. Pero por el momento, el gobierno mantenía los planes de elevar la edad de jubilación a los 64 años.
Los sindicatos temían que la gente tuviera que trabajar más tiempo para recibir pensiones más pequeñas y los sondeos indicaban que al menos la mitad de los franceses apoyaba la huelga. De hecho, son varias las agrupaciones que quieren mantener la huelga durante los feriados navideños. Macron llamó a los sindicatos a respetar una "tregua" navideña. Pero la idea divide a los trabajadores, que esperan repetir la hazaña de 1995, cuando obligaron al gobierno a retirar una reforma de las pensiones después de tres semanas de huelga en los transportes, justo antes de esta fecha.
El plan
Los sindicatos estiman que la propuesta del gobierno, que busca fusionar los 42 regímenes de pensiones existentes en un sistema único y atrasar dos años la edad de jubilación para recibir una pensión completa, es una "regresión" social.
Sin embargo desde el ejecutivo de Macron entienden que esta reforma no es solo "justa", ya que dará a los pensionistas los mismos derechos por cada euro ganado durante sus carreras, sino también "necesaria" para garantizar un equilibrio financiero del sistema.
Para intentar desbloquear la situación el primer ministro francés, Edouard Philippe, invitó a los sindicatos y a las organizaciones patronales a "reuniones de trabajo" mañana y pasado, tras las manifestaciones.
Agencias AP y AFP
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