Inundaciones de proporciones apocalípticas en Francia: 12 muertos

PARÍS.- Doce personas murieron, dos siguen desaparecidas y otras 20 resultaron heridas anoche en el sur de Francia en un episodio meteorológico de proporciones apocalípticas, que provocó una súbita inundación que en ciertos lugares alcanzó hasta siete metros de altura.

Ese fenómeno extremo fue consecuencia indirecta del huracán "zombi" Leslie, que poco antes había castigado duramente varias regiones de Portugal y España: en el departamento del Aude, donde está situada la ciudad de Carcassonne, a 770 km al sur de París, en apenas tres horas cayeron 299 mm de lluvia, cifra equivalente a cinco meses de precipitaciones.

"Al norte de la ciudad se registraron precipitaciones de hasta 50 litros por metro cuadrado por hora", confirmó el servicio meteorológico francés (Météo France).

Además del diluvio que se abatió sobre la región, las aguas desenfrenadas del río Aude y de sus afluentes fueron propulsadas con violencia por vientos de

Transformadas en un minitsunami, las aguas desbordaron los cauces, anegaron campos, demolieron puentes, arrasaron tramos de carreteras y avanzaron por las calles de pueblos y ciudades, arrastrando vehículos y artefactos electrodomésticos.

"Pensé que había comenzado el diluvio universal", comentó Alice Durand, que escapó con vida gracias a la ayuda de los socorristas.

Trèbes, al oeste de Carcassonne, fue el sector más afectado. Por lo menos siete personas perecieron en esa ciudad que el 26 de marzo había sufrido un atentado terrorista en un supermercado, donde un oficial de gendarmería murió apuñalado por un kamikaze. En esa zona, las aguas subieron hasta 7,65 metros, apenas 30 centímetros menos del récord histórico de 7,95 m alcanzado en 1891.

Algunos habitantes se salvaron gracias a la intervención de 350 bomberos apoyados por 160 gendarmes y socorristas, que realizaron 250 intervenciones durante la madrugada con helicópteros y botes neumáticos. El gobierno prevé enviar otros 350 bomberos para reforzar los trabajos de asistencia a los damnificados.

Los pobladores relatan que fueron sobresaltados en pleno sueño por el ruido que hacía el agua al penetrar por las calles, como si estuviera deslizándose a través de un cañón. "Parecía el bramido de la turbina de avión", explicó Clarise Thurin.

En Villegailhenc las aguas penetraron más de dos metros dentro de las viviendas.

Los mil habitantes de la localidad de Pezens tuvieron que ser evacuados con toda urgencia en plena noche ante el riesgo de que cediera un dique cercano. Todos fueron alojados en gimnasios y otros locales de comunas vecinas.

Anoche, numerosas carreteras seguían cortadas y el tráfico ferroviario interrumpido, y los colegios permanecerán cerrados por lo menos hasta mañana.

Unas 50 localidades quedaron incomunicadas por cortes en la red vial y casi toda la región se encuentra sin suministro de electricidad, gas ni telefonía.

Siete helicópteros de protección civil y de la gendarmería nacional, así como un Super Puma del Ejército, continuaron las operaciones de reconocimiento hasta avanzada la noche en las áreas afectadas, buscando eventuales habitantes aislados que no hubieran podido escapar por la violencia de las lluvias.

En forma paralela a la tragedia de la región de Carcassonne, después de las ocho de la mañana se produjo otro fenómeno meteorológico de rara intensidad en un área distante 60 km al oeste: la zona marítima de Narbonne fue estremecida por un tornado que se formó en el Mediterráneo y avanzó sobre la ciudad. En algunos sectores, el nivel del agua aumentó 6 metros en pocos minutos. Pese a su violencia, solo provocó un par de heridos leves.

El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó "la emoción y la solidaridad de toda LA NACION" con las víctimas, mientras que el primer ministro, Edouard Philippe, se desplazó a la zona siniestrada en compañía del responsable de Ecología, François de Rugy. "El balance todavía puede evolucionar", reconoció el jefe de gobierno.

Fotos: AFP, REUTES y AP

Edición fotográfica: Fernanda Corbani