La Argentina, entre los países a los que Greta y otros activistas denunciaron
NUEVA YORK.- Después de aplicar una especie de correctivo a la dirigencia política y económica en un discurso histórico en la Cumbre de Acción Climática en la ONU, la sueca Greta Thunberg no se detuvo. Minutos posteriores a su paso por la sala de la Asamblea General, la adolescente se dirigió al edificio de Unicef para anunciar que, junto a otros quince jóvenes -entre ellos, una argentina-, ha iniciado acciones legales contra cinco países por violación de derechos de los niños.
LA NACION participó de la conferencia de prensa en la que la directora adjunta de Unicef, Charlotte Petri Gornitzka, dio a conocer que en la mañana de hoy quince jóvenes de diversos orígenes presentaron un recurso de queja formal: denuncian la inacción de los líderes mundiales como una violación de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.
"Cinco años atrás, un mecanismo fue creado para otorgar a los niños una manera de realizar una queja por violación de derechos humanos directamente a la Organización de las Naciones Unidas. Y Unicef está encantado de ver niños utilizar este mecanismo y ejercer sus derechos", dijo Gornitzka. En este sentido, la funcionaria aclaró que Unicef no tiene parte dentro de la demanda, sino que su posición es la de un actor neutral. "La queja pertenece a los chicos peticionantes, y la adjudicación es realizada por comité de expertos independientes", aclaró, y continuó: "No hay dudas de que la crisis climática es una crisis en los derechos humanos de los niños. El cambio climático tiene el potencial de socavar la mayoría de los avances logrados en la supervivencia y el desarrollo infantil en los últimos treinta años".
Al ser consultada por los detalles detrás de la denuncia, Thunberg dijo: "Quiero dejar algo claro: fue hace treinta años que [líderes] firmaron la Convención de las Naciones Unidas por los Derechos de los Niños. Los líderes mundiales fallaron en cumplir sus promesas: prometieron proteger nuestros derechos y no hicieron eso".
Entre los jóvenes -quienes se presentaron uno por uno frente a todos los que asistieron a la conferencia- hay una argentina: Chiara Sacchi. Según contó a este medio en exclusiva, la joven de 17 años es parte de una red global sin fines de lucro llamada Slow Food; además, colabora con una organización que trabaja en la limpieza y preservación de especies en los océanos y en el programa La Voz de la Juventud. "Esto es muy poderoso. Me siento muy bien, estoy muy contenta", dijo.
Sacchi tuvo la oportunidad de dedicar unas palabras hacia el final de la conferencia, y dijo: "Primero: no hay un muro en el océano. No pueden construir un muro entre nosotros; es un solo planeta y la crisis climática afecta a todas las personas. No podemos actuar solos, necesitamos ayuda, por eso estamos juntos, juntos para exigir algo", y cerro: "Segundo, me gustaría decirles una frase que mi mamá siempre me dice, una frase del 'Che' Guevara: 'No pierdas la ternura jamás'".
La denuncia sin precedente se dirige a cinco países contaminantes: Francia, Alemania, Argentina, Brasil y Turquía (naciones que han ratificado su compromiso con la convención para proteger la salud y los derechos de los niños). Ahora, el comité designado tiene un periodo de -aproximadamente- doce meses para investigar las violaciones denunciadas y hacer recomendaciones a los estados mencionados para detenerlas.
Los chicos cuentan con la representación legal del estudio de abogados internacional Hausfeld. Michael Hausfeld -letrado de la firma- explicó que, si bien las recomendaciones no son vinculantes, los países que han ratificado el protocolo están de acuerdo en principio en respetarlas.
En este contexto, al ser consultados por LA NACION, los chicos contaron que, al igual que Greta Thunberg, sienten que su niñez fue robada. "Mis islas están siendo destruidas, y no tener un hogar simplemente no está bien; es como robar plata de un niño", dijo uno de los chicos de las Islas Marshalls, con dolor en la mirada.
Por su parte, Thunberg fue quien recibió más preguntas de la prensa y, cansada, pidió que también compañeros se tenga en cuenta a sus compañeros. Además, al ser consultada por cómo se sintió después de haber dado su sentido discurso en la Asamblea General, prefirió llamarse al silencio y contestar: "Creo que esa respuesta no es para aquí".
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