"La guerra es necesaria para alcanzar la paz", dijo Obama al recibir el Nobel
El mandatario reconoció la polémica que desató su elección para ser galardonado y defendió los dos conflictos bélicos que enfrenta EE.UU.; "Soy un testimonio viviente de las ideas de Martin Luther King y Gandhi", dijo
OSLO.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió la necesidad de que, en algunas ocasiones, haya que ir a la guerra para poder mantener la paz, en su discurso al aceptar el premio Nobel de la Paz en una ceremonia en el Auditorio Municipal de Oslo.
Obama, acompañado por su esposa y primera dama Michelle, reconoció en su discurso la contradicción que existe en que se le haya concedido el galardón cuando hace poco más de una semana ordenó un aumento de tropas en la guerra en Afganistán, al anunciar el envío de 30.000 soldados más.
El premiado indicó, tras más de un minuto de aplausos en la gala encabezada por los reyes Harald y Sonia de Noruega, que la guerra no debe glorificarse y su costo es "elevado", pero "los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz". Por mucho que se desee la paz, "la creencia de que es necesaria raramente es suficiente para lograrla", puntualizó Obama.
El presidente estadounidense aludió también desde el principio de su discurso a las críticas que consideran prematuro que se le haya concedido el prestigioso galardón cuando apenas lleva once meses en el cargo. Así, reconoció que sus "logros son escasos" en comparación con otros galardonados anteriores con el premio Nobel de la Paz, al mismo tiempo que indicó que recibía la medalla con "profunda gratitud y una gran humildad".
En su alocución, Obama repasó sus propuestas de política internacional y subrayó que el compromiso de Estados Unidos con la seguridad mundial no flaqueará jamás, pero también matizó que "Estados Unidos no puede actuar solo".
"Sé que el diálogo con regímenes represivos carece de la pureza satisfactoria de la indignación, pero también sé que las sanciones sin un acercamiento, y la condena sin debate, puede servir para perpetuar un status quo perjudicial", sostuvo, antes de apuntar que "ningún régimen represivo puede emprender un nuevo camino a menos que tenga ante sí una puerta abierta".
El presidente estadounidense, al que acompañaba su esposa, Michelle Obama, citó también como elemento necesario para una paz justa no sólo los derechos civiles y políticos, sino también la seguridad económica y la oportunidad.
Un rato antes, el presidente felicitó al Comité Nobel por "dar voz a los que no la tienen y a los oprimidos del mundo", al firmar el libro de invitados del Instituto Nobel tras visitar su sede, como es tradición entre los premiados para reunirse con los integrantes del comité que decidió el pasado octubre concederle el galardón.
En la habitación donde se reúne el comité Nobel, diseñada por el arquitecto Carl Bener y decorada con fotografías y emblemas de premiados anteriores, Obama se sentó en una mesa oval para firmar en el libro de invitados, flanqueado por su esposa, Michelle Obama.
El presidente firmó un párrafo de siete líneas, mientras su esposa, ataviada con un vestido gris adornado con un broche de plata, bromeaba "¿Qué escribes, un libro? Mi dedicatoria no será tan larga".
El comité Nobel asombró al mundo, y al propio laureado, el 9 de octubre al conceder el galardón a Obama cuando aún no habían transcurrido nueve meses desde su investidura, alegando que se lo daba "por sus esfuerzos extraordinarios para reforzar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos".
Nutrida comitiva y mucha seguridad. El galardonado de este año no sólo llegó acompañado a Oslo por su esposa, sino también por una comitiva de más de 500 personas, entre colaboradores y periodistas, que viajaban en otros aviones.
La llegada del mandatario se produce en medio de fuertes medidas de seguridad, en la operación de mayores dimensiones desarrollada en Noruega y que ha tenido un costo de cerca de 92 millones de coronas, lo que representa unos 16 millones de dólares.
Cerca de 2500 agentes de policía se encuentran movilizados y se levantaron barreras a lo largo de las principales avenidas de la ciudad. El país reforzó también los controles de seguridad en las fronteras y en torno a Oslo se han desplegado misiles antiaéreos.
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