Los desastres naturales que golpean a Japón exponen una vulnerabilidad desconocida
TOKIO.- Tifones, lluvias y terremotos asestaron en apenas unas semanas durísimos golpes a Japón, la potencia tecnológica donde, sin embargo, los desastres naturales desnudaron la vulnerabilidad de importantes obras de infraestructura.
Aeropuertos ultramodernos, redes eléctricas, puentes de última generación y otras obras de reciente factura sufrieron una y otra vez los caprichosos embates de la naturaleza, que en muchos casos los hicieron colapsar.
El tifón Jebi barrió la semana pasada la región de Osaka, que representa el 10,9% de la riqueza japonesa, algo más que la de Bélgica y casi el equivalente a la de Suecia.
Fue el ciclón más fuerte de los últimos 25 años y dejó por lo menos 11 muertos y más de 100 heridos, mientras que 1,2 millones de personas debieron quedarse en refugios y cientos de vuelos y conexiones ferroviarias fueron cancelados.
Dos días después fue el turno del terremoto de la isla de Hokkaido, que dejó por lo menos nueve muertos, 30 desaparecidos, 300 heridos y un paisaje de enorme e inusual devastación.
"Los terremotos y los tifones forman parte de nuestro día a día. En el plano económico lo habremos superado en unos meses", señaló Kohei Iwahara, economista de Natixis Japan Securities.
Pero el daño está hecho, en lo humano y en infraestructura. El daño material más llamativo fue quizás el aeropuerto de Kansai, el primero del mundo construido en una isla artificial.
Kansai acoge el aeropuerto KIX, cerca de Osaka, fundamental para el turismo y la distribución de productos. Sus pistas quedaron inundadas y miles de pasajeros estuvieron bloqueados durante 24 horas. Días después del paso del tifón, el tercer aeropuerto del país, con 28 millones de pasajeros por año, sigue sin funcionar con normalidad.
Los recientes desastres evidencian asimismo los fallos de la red eléctrica: en Hokkaido, el freno automático de la principal central térmica, situada cerca del epicentro, provocó un apagón que afectó a tres millones de clientes, algo nunca visto. Y no volverá a la normalidad hasta noviembre próximo, como muy pronto. La penuria de corriente eléctrica afecta a los hospitales, granjas y fábricas.
El verano trajo además una inédita ola de calor que dejó 130 muertos en todo el país, y que hizo sonar las alarmas sobre el normal desarrollo de los próximos Juegos Olímpicos, que tendrán lugar dentro de dos años en Tokio.
John Coates, el vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI), cree que una hora estival "parece una buena solución" para combatir el calor mientras se desarrolle la competencia, según afirmó en el cierre de una visita a la capital del país.
La solución puede tener el visto bueno del gobierno japonés, que recomendaría adelantar dos horas los relojes. Los Juegos Olímpicos se desarrollarán del 24 de julio al 9 de agosto de 2020, justo en la época más calurosa del año en Japón.
Agencias AFP y DPA
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