Los funerales de Sharon dejaron en evidencia dos visiones en conflicto

JERUSALÉN.- Israel rindió homenaje al ex primer ministro Ariel Sharon con dos servicios funerarios que se hicieron ayer para un hombre aclamado como un héroe militar en su país, pero visto por muchos en el mundo árabe como un criminal de guerra.

Honrado primero en una ceremonia en Jerusalén y más tarde en los campos verdes de su finca al sur del país, una corriente de oradores elogió una vida entrelazada con la de su país. Hubo pocas y tibias alusiones a las controversias que también definieron su carrera.

El vicepresidente norteamericano, Joe Biden, y el ex primer ministro británico Tony Blair depositaron ofrendas florales ante su tumba, a 10 kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza, en momentos en que el ejército estaba en estado de alerta para evitar disparos de cohetes desde el territorio palestino. Las autoridades informaron luego que dos misiles habían sido disparados a una zona del Sur tras los funerales, aunque sin causar daños.

"Hoy estamos acompañando a su lugar de descanso final a un soldado, un soldado excepcional, un comandante que supo cómo ganar", dijo el presidente israelí, Shimon Peres. Sharon falleció el sábado pasado a los 85 años tras pasar ocho en estado de coma causado por un derrame cerebral masivo.

Su muerte reabrió el debate sobre su legado. Sus enemigos denunciaron su conducta despiadada en las operaciones militares, mientras que sus aliados lo elogiaron como un genio estratégico que asombró al mundo en 2005 por la retirada de las tropas y colonos israelíes de la Franja de Gaza, un territorio palestino en el Sur.

"La seguridad de su pueblo fue siempre la misión inquebrantable de «Arik», un compromiso inquebrantable con el futuro de los judíos, ya sea 30 años o 300 a partir de ahora", dijo Biden, al mencionar a Sharon por su apodo.

No hubo una mención directa a las controversias que rodearon el nombre de Sharon durante años, aunque en su panegírico Blair dijo que el hombre conocido ampliamente en su país como "la Topadora" había dejado "escombros considerables a su paso".

Biden se refirió simplemente a sus "errores", al decir que la "historia juzgará que también vivió en tiempos complejos, en un vecindario muy complejo".

El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí informó que asistieron dignatarios de 21 países, principalmente de Europa, pero no mencionó ninguna delegación de Medio Oriente, África o América latina.

Después del servicio en el Parlamento, el cuerpo de Sharon fue trasladado en una camioneta del ejército desde Jerusalén hasta su finca familiar, a unos 10 kilómetros de Gaza, donde fue sepultado.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aunque hizo notar que no siempre había estado de acuerdo con Sharon sobre cuestiones de política, elogió el compromiso del ex líder con la seguridad de Israel. "«Arik» entendió que en materia de nuestra existencia y seguridad, debemos mantenernos firmes. Somos fieles a estos principios", dijo Netanyahu.

"Israel continuará luchando contra el terrorismo. Israel continuará luchando por la paz, al tiempo que protege nuestra seguridad. Israel actuará en todos los sentidos para negar a Irán la capacidad de contar con armas nucleares", agregó.

Conocido por ser un hombre corpulento y brusco, Sharon era muy odiado por los árabes, particularmente por la invasión israelí al Líbano en 1982, en la cual cientos de civiles palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Shatila murieron a manos de militantes cristianos aliados a Israel.

Sharon se vio forzado a renunciar como ministro de Defensa en 1983, después de que una investigación israelí indicó que tenía "responsabilidad personal" por no evitar la masacre al permitir el ingreso de las milicias en esos campamentos. Pero logró recuperarse y fue primer ministro desde 2001, hasta que sufrió el derrame cerebral.

Ni Peres ni Netanyahu mencionaron la guerra del Líbano o el retiro de Gaza, que mostró que Israel podía dar marcha atrás con su ocupación de los territorios palestinos con un liderazgo firme. Tanto Biden como Blair alabaron la retirada.

Sin embargo, un amigo de Sharon, el líder de los colonos Zeev Hever, dejó en claro el sentimiento de pérdida sufrido por algunos israelíes. "La retirada en los últimos dos años de tu gobierno del camino que habíamos recorrido juntos fue particularmente difícil y dolorosa", dijo a los asistentes al funeral.

Dos años después del retiro israelí de Gaza, el grupo islamista Hamas tomó el control del territorio.

Israel reforzó la seguridad para el entierro de Sharon y advirtió a Hamas que no permitiría el lanzamiento de cohetes durante la ceremonia.

"Se les dejó claro que sería un día muy malo para quien pusiera a prueba la paciencia de Israel", dijo una fuente, que habló bajo condición de anonimato.