Los reformistas pierden poder en China
Bajo la influencia del ex presidente Jiang Zemin, los conservadores lograron quedarse con cuatro de los siete asientos del Comité Permanente del Politburó, el principal órgano ejecutivo; Xi Jinping fue consagrado jefe del partido
PEKÍN.– El cambio político en China deberá seguir esperando. El Partido Comunista excluyó ayer de su nueva cúpula a los sectores reformistas y consagró una nueva línea de gobierno conservadora y con miembros de mayor edad, que parece poco idónea para llevar adelante las acciones necesarias para combatir los problemas del país, como la corrupción y el malestar social.
Sin grandes sorpresas, el XVIII Congreso comunista ungió a Xi Jinping, de 59 años, como sucesor de Hu Jintao al frente del partido, y quedó así allanado su camino para asumir la presidencia en marzo.
Lo acompañarán en el Comité Permanente del Politburó otros dos jerarcas considerados reformistas cautelosos: Li Keqiang, nuevo número dos del partido y futuro primer ministro, y Wang Qishan, futuro viceprimer ministro a cargo de asuntos económicos.
Los otros cuatro miembros del comité, de reputación conservadora, tienen en común que mantienen una estrecha relación con el ex presidente Jiang Zemin, una "larga sombra" que contrasta con la escasa influencia que mostró el saliente Hu Jintao a la hora de colocar a sus fieles en el órgano de gobierno.
Zhang Deming se perfila como el futuro nuevo presidente de la Asamblea Nacional. Los analistas adjudican su ascenso a su labor al frente de la ciudad de Chongqing, a la que fue enviado como secretario general del partido para sustituir al líder caído en desgracia Bo Xilai.
Los otros nombres que terminan de conformar la cúpula son los de Liu Yunshan, jefe de propaganda y responsable de la feroz censura en internet; Yu Zhengsheng, jefe del partido en Shanghai, protegido de Zemin y procedente de la llamada "aristocracia roja", y Zhang Gaoli, economista y jefe partidario en Tianjin, una de las ciudades más pujantes del país.
El único rumor que persistía ayer era si el número de miembros del Comité Permanente regresaría a la antigua forma de siete miembros, eliminando dos asientos.
El que ni Wang Yang –famoso reformista gobernador de Guangdong– ni Li Yuanchao –de corte económico-liberal– hayan logrado conquistar un asiento es la confirmación de que el conservador Zemin ganó la contienda contra los reformistas Hu y Wen Jiabao.
"Con una fórmula de cuatro contra tres, Jiang se asegura que China asuma un proceso más lento de reformas políticas", afirmó la periodista peruana experta en temas chinos Patricia Castro.
La conformación final de la línea de mando terminó con las esperanzas de que Xi pudiera conducir un liderazgo que tome medidas importantes para lidiar con la desaceleración del crecimiento en la segunda economía en importancia del mundo o comenzar a aliviar la presión que el Partido Comunista ejerce sobre la nación más poblada del planeta.
"No vamos a ver ninguna reforma política porque demasiadas personas en el sistema consideran esto una pendiente resbaladiza hacia la extinción", dijo David Shambaugh, director del Programa de Política China de la Escuela de Asuntos Internacionales Elliott de la Universidad George Washington.
Es así como, en la lucha de influencias entre el ex presidente Jiang y Hu, los "perdedores" resultaron ser los reformistas, aquellos que públicamente defendieron la necesidad de un "cambio político" en China.
Entre ellos se encuentra la única mujer, Liu Yandong, graduada en química, que no pudo hacer historia como la primera persona de sexo femenino en obtener un puesto en la cúpula de poder. China deberá esperar otros cinco años para ver si alguna consigue llegar a las altas esferas de la dirigencia.
Futuro político
El panorama futuro de China será de cambios lentos a nivel político, pero con un Politburó que entiende que el pueblo es fundamental en su legitimidad nacional. En su primer discurso como secretario general del Partido Comunista, Xi afirmó que la lucha contra la corrupción es la única manera de mantenerse como un líder fuerte "que avance en el camino del socialismo con características chinas".
"Nuestro partido enfrenta grandes retos y tenemos problemas internos que deben ser solucionados. Los problemas de corrupción y sobornos de nuestros delegados nos hacen perder el contacto con el pueblo y rompen con las formalidades del partido", dijo.
Aparte de conocer las resoluciones económicas y sociales, que van de la mano con el plan quinquenal aprobado en marzo pasado, y las disciplinarias, que responden a los conflictos internos causados por Bo Xilai, líder juzgado por corrupción y por encubrir un asesinato, los nuevos anuncios se esconden bajo palabras rimbombantes como pueblo y desarrollo científico.
Zemin le gana la pulseada a Jintao
- El ex presidente chino Jiang Zemin, de 86 años, demostró la vigencia de su peso político dentro del gigante asiático. Ese poder se dejó entrever durante la inauguración del XVIII Congreso del Partido Comunista, cuando se sentó entre el saliente presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao, un asiento privilegiado en un cónclave decisivo.
- La cúpula de poder en China quedó conformada ayer por líderes conservadores, que mantienen una estrecha relación con Zemin. Eso dejó en claro su influencia, al haber conseguido imponer a sus fieles por sobre Jintao, que dejó entrever que se retirará de la política cuando deje el cargo.
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