El austríaco Heinrich Harrer tenía 93 años. Murió el gran escalador del Tíbet
Un libro suyo inspiró la película que protagonizó Brad Pitt
VIENA (DPA).- El legendario montañista austríaco Heinrich Harrer, famoso por varias hazañas y su libro de experiencias personales "Siete años en el Tíbet", murió ayer, a los 93 años, según reveló la agencia austríaca APA.
Harrer formó parte de la expedición que logró coronar por primera vez en 1938 la mítica cara norte del Eiger, en los Alpes suizos; participó además en más de 20 expediciones de montaña de gran dificultad y rodó 40 documentales al aire libre. La fama le llegó a través de su libro "Siete años en el Tíbet", llevado al cine en 1996, con al actor Brad Pitt en el papel de Harrer.
Escapando de los ingleses durante la Segunda Guerra Mundial, Harrer y su compañero Peter Aufschnaiter recorrieron a pie 2000 kilómetros en 21 meses a través de las montañas para llegar a Lhasa, la capital del Tíbet. Allí permanecieron casi siete años gracias a un permiso especial del gobierno tibetano, ya que la ciudad estaba cerrada a los extranjeros. Entre otras labores en el Tíbet, Harrer fue instructor del Dalai Lama, que entonces contaba once años.
Hasta el final de sus días, Harrer cumplió con su promesa de llevar "una vida personal saludable y sencilla". Así cumplió fielmente con sus ejercicios de gimnasia y siguió dando clases magistrales. Nacido el 6 de julio de 1912, Harrer tenía como profesión ser profesor de gimnasia, aunque prácticamente nunca la ejerció. Cuando no estaba inmerso en alguna expedición, ejercía como profesor de esquí. En 1936 participó en los Juegos Olímpicos de invierno de Garmisch-Partenkirchen y en 1937 fue campeón de descenso en los Juegos Académicos.
Su ascenso a la gloria comenzó en 1938. Junto a Andreas Heckmair, Ludwig Voerg y Fritz Kasparek, coronó la temida cara norte del Eiger, una hazaña en cuyo intento habían muerto antes ocho montañistas. Los ecos del logro llegaron al entonces canciller alemán, Adolf Hitler, que sólo unos meses antes había anexado Austria al Reich alemán, y que atrajo a su órbita a Harrer. El austríaco formó entonces parte del partido nazi, de las SA y de las SS, aunque él siempre argumentó que lo hizo de una manera pasiva y por puro oportunismo.
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