
Se quebró en Uruguay la coalición de gobierno
Los blancos retiran a sus ministros
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MONTEVIDEO.- En medio de la recesión más larga y la crisis económica más grave de la historia del Uruguay, el presidente Jorge Batlle sufrió ayer la ruptura de la coalición de gobierno por la decisión de su principal socio político -el Partido Nacional (Blanco)- de retirar a sus ministros del gabinete.
La crisis política se produce cuando Batlle acaba de cumplir la mitad de su mandato.
La decisión de los blancos no significa que se sumen a la oposición y dejen al oficialismo en minoría en el Parlamento, sino que supone un menor nivel de compromiso político, según aclaró el ex presidente Luis Alberto Lacalle, líder del Partido Nacional.
Más allá de esa precisión y de las dificultades que ya había para acordar la sanción de leyes, para Batlle fue un duro golpe político. Los blancos cogobernaban con el Partido Colorado tras el acuerdo electoral de 1999 que permitió a Batlle ganar la presidencia. Ahora le hacen duras críticas por la forma en que maneja el gobierno.
Luego de recibir la comunicación oficial de Lacalle sobre la renuncia de los ministros blancos, Batlle respondió públicamente con una movida fuerte: deploró esa decisión y anunció que procederá a reducir la cantidad de miembros del gabinete.
Según Lacalle, no hubo tan sólo una gota que desbordó el vaso. A la salida de su reunión con Batlle dijo que "no se ha cuidado a la coalición" y que a su juicio "no se estaba valorando el aporte del Partido Nacional". "Nada es decisivo para una ruptura de relaciones si hay un desgaste", agregó. Hace varios meses que sectores nacionalistas reclamaban una ruptura con los colorados.
Cuatro de los cinco ministros blancos renunciaron, pero el restante no sólo no lo hizo, sino que declaró que se trataba de "una actitud irresponsable". El gabinete tiene 13 ministerios.
Sin embargo, más allá de la cantidad de ministros salientes, el significado político de la decisión de los blancos es otro: se aleja del gobierno el partido que le había dado sus votos a Batlle para que ganara el ballottage frente al líder de la izquierda Tabaré Vázquez. Eso había implicado el compromiso de cogobernar entre los dos partidos.
En octubre de 1999, los colorados obtuvieron el 33% de los votos; los blancos, el 22,3%; el Frente Amplio (izquierda), el 40%, y el Nuevo Espacio (izquierda moderada en proceso de ruptura), casi un 5%. En el ballottage de noviembre, Batlle logró el 54%, frente al 46% de Vázquez. Este encabeza las encuestas con miras a 2004 con un porcentaje que, de confirmarse, le permitiría ganar en primera vuelta. La izquierda nunca estuvo en el gobierno.
El mercado financiero, golpeado por la crisis, no acusó reacción ayer, ya que el procesamiento de la información se dio a la tarde.
Los ministros que renunciaron son el de Industria y Energía, Sergio Abreu; el de Vivienda y Medio Ambiente, Carlos Cat; el de Educación y Cultura, Antonio Mercader, y el de Deportes y Juventud, Jaime Trobbo. El de Trabajo y Seguridad Social, Alvaro Alonso, es de un sector blanco que no está de acuerdo con la decisión y sigue en el cargo. Opinó que, debido a la difícil situación por la que atraviesa el país, la decisión de Lacalle es, a su entender, un "acto de irresponsabilidad política".
Batlle, en un lugar incómodo
Batlle brindó una breve conferencia de prensa sobre el final de la tarde y dijo: "El Poder Ejecutivo deplora la resolución del Partido Nacional y se abocará a la reorganización del gabinete una vez que la Convención del Partido Nacional resuelva sobre el tema". El presidente agregó que si la decisión se ratifica "de inmediato (se) enviará un proyecto de ley al Parlamento para eliminar algunos de los ministerios".
El actual divorcio político deja a Batlle en una incómoda posición, por el tiempo que resta de su período, que se extiende hasta marzo de 2005, y por la variedad de problemas graves que tiene en su mesa de trabajo.
La recesión productiva de cuatro años (y con previsiones oficiales de extensión a un quinquenio), y su impacto en el desempleo y en las condiciones sociales, se agravó en los últimos meses por la crisis bancaria que aún no está resuelta. El persistente déficit fiscal generó un endeudamiento cuyo peso es casi equivalente al tamaño de la economía, lo que genera una percepción de riesgo de cesación de pagos en los inversores, los que cortaron el crédito voluntario al Estado.
Además, en los últimos días las fuerzas armadas transmitieron su malestar a la dirigencia política por los intentos de revisión del pasado que hacen grupos de izquierda radical y que mediante una brecha legal lograron el encarcelamiento del ex canciller Juan Carlos Blanco, en lo que constituyó el primer procesamiento por violación de los derechos humanos.
Los militares temen que ahora se aproveche el fallo del juez de ese caso y se vaya por ellos. Efectivamente, es lo que se proponen los abogados de organizaciones de izquierda. Y esto se contrapone con el clima de paz que quiso dar Batlle con una comisión investigadora de los desaparecidos y que estaba a punto de hacer su postergado informe final.
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