
Actor de kabuki y tesoro viviente de Japón
Kotaro Hayashi
1 minuto de lectura'
En la primavera de 1603, en la ciudad de Kyoto, en ese entonces capital del imperio japonés, Okuni, una sacerdotisa del santuario Izumo, comenzó a recorrer las plazas ofreciendo un espectáculo de danza vestida de hombre. Su estrafalario atuendo incluía elementos distintivos de los samuráis, pero también el rosario de los recién llegados misioneros cristianos.
"La ocurrencia de Okuni tuvo mucho éxito entre la gente, pronto fue imitada, y verdaderas comparsas femeninas recorrían las calles de la ciudad. Como las bailarinas acentuaban en las danzas la sensualidad de sus cuerpos, entonaban cantos eróticos y algunas ejercían la prostitución, en 1629 las autoridades prohibieron la actuación de las mujeres en espectáculos teatrales para proteger la moral pública", explica Tojuro Sakata IV, nombre artístico del actor y director de teatro kabuki Kotaro Hayashi, que desde 1994 tiene entre sus distinciones la poco común de tesoro viviente del Japón.
La medida fue impopular y, ante los reclamos, los censores decidieron reemplazar a las bailarinas por hombres jóvenes muy atractivos. "Como fue peor el remedio que la enfermedad, en 1652 otra prohibición desplazó a los jóvenes y estableció que los actores debían tener el pelo cortado y ser hombres adultos. Tampoco acabaron los problemas", agrega.
Hayashi llegó de visita a la Argentina acompañando a su esposa, Chikage Oogi, ex actriz y presidenta del Senado de Japón. El matrimonio tiene dos hijos que también se dedican al kabuki.
"Los nuevos actores agregaron una trama dramática a la danza y comenzaron a representar sus espectáculos en locales cerrados. Pero la falta del componente femenino trajo como resultado obras aburridas y el público volvió a protestar. Entonces, se incorporaron personajes femeninos, pero interpretados por actores masculinos, y así se fue configurando el teatro kabuki que conocemos."
–¿Qué significa kabuki?
–Hay varias teorías, y una posible es que la denominación resulte de la unión de tres conceptos: ka (canción), bu (danza) y ki (arte, destreza), algo así como el arte de la canción y de la danza. Pero en un espectáculo de kabuki lo fundamental es la interpretación, el trabajo de los actores. Uno de sus principales dramaturgos, Chikamatsu Monzaemon, famoso porque sus obras terminaban casi siempre con el suicidio de los amantes, se quejaba porque los actores no lo respetaban. Si una obra no les ofrecía espacio suficiente para mostrar su talento y lucirse, directamente suprimían o cambiaban escenas enteras. Finalmente, muy fastidiado, Chikamatsu se dedicó a escribir dramas para bunraku, el teatro de marionetas, otro espectáculo muy popular. En realidad, para un actor de kabuki no hay dos espectáculos iguales aunque el texto sea el mismo. Cada interpretación es distinta; puedo contarle mi experiencia.
–Por favor.
–Entre tantos papeles masculinos y femeninos que hice hay uno que me agrada especialmente. Es el rol de Ohatsu, una niña de 19 años, la protagonista del drama Yonezaki Shinju (Suicidio amoroso en Yonezaki). Aunque no lo crea, lo interpreté 1250 veces, la primera cuando tenía 22 años, y la última, en 2005, cuando cumplí 74. Sin embargo, siempre traté de que Ohatsu naciera de nuevo cada vez que subía al escenario, porque cuando la acción terminaba y la sala quedaba vacía, como actor sentiría que había cumplido con mi deber al haber brindado una experiencia única.
–¿De dónde proviene su nombre artístico?
–Es una linda historia. Comencé a actuar a los 9 años, en Osaka, en octubre de 1941, junto a mi padre, el actor Ganjiro Nakamura II. Por entonces mi nombre artístico era Ougi Suzume. En Japón existe una tradición interesante: que los actores sobresalientes adopten los nombres de los grandes intérpretes del pasado. En 1986 obtuve el Premio Academia de Arte del Japón, y en 1990 me dieron el nombre de mi padre, Ganjiro Nakamura. Pero cuatro años más tarde volvieron a bautizarme, esta vez con el nombre de un actor legendario del teatro kabuki, Tojuro Sakata. Un nombre que había quedado sin sucesor desde hacía 231 años.
–¿Cuál es la diferencia entre el kabuki del siglo XVII y el actual?
–En 2003 se cumplieron 400 años del nacimiento del teatro kabuki. Cambió mucho, actualmente es un espectáculo en el que los intérpretes actúan envueltos en vestuarios suntuosos, con maquillaje estilizado y enormes pelucas. El hanamichi, una rampa elevada que parte desde el fondo del auditorio y llega hasta el escenario, acerca la acción de los actores al público. La escenografía se transforma constantemente, y ya en el siglo XVII se inventó un escenario giratorio.
–¿Qué significa tesoro viviente?
–Es una distinción creada en Japón para aprovechar las enseñanzas y las experiencias de la gente que ha dedicado su vida a desarrollar algo que es importante para la comunidad. Un equivalente aproximado podría ser el título de sir en Inglaterra. Pero el título de tesoro viviente no se agota en una distinción con prestigio social; es, fundamentalmente, alguien que sigue siendo útil a los demás, como hombre o mujer de consulta.




