Alejandra Boero festeja con "Despierta y canta"
Aniversario: mañana, con el estreno del clásico de Clifford Odets, cumplirá cinco años de actividad Andamio 90, una sala construida y sostenida a partir del fervor portentoso de su directora.
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Hacerse en el oficio del teatro, iniciarse en sus rituales (desde llegar a horario hasta apropiarse de un texto) y, sobre todo, aprender a hablar, el gran déficit de las generaciones jóvenes. Y para los intérpretes veteranos, la gran enseñanza fue montarse en el ritmo y en el tono del teatro moderno. Esa es la evaluación de la directora Alejandra Boero, que está a punto de abrir la tercera edición del ciclo "Los que vienen", subtitulado "Proyecto intergeneracional de teatro".
Luego de inundaciones de la sala, colectivos que chocaron contra la marquesina, techos que crujieron por las vibraciones de la calle Paraná y otras catástrofes "naturales" por el estilo, Andamio 90 sigue ahí, vigoroso y de pie para el estreno, mañana, de "Despierta y canta", con las actuaciones de Víctor Bruno, Livia Fernán, Adriana Filmus, Isaac Haimovici, Tito Hammer, Mario Labardén, Carlos Marchi, Alberto Percia y Pablo Turchinsky.
Son cinco años de trabajo, con catorce producciones propias. "¡Qué año, este 1996! Está todo durísimo. En realidad, al Andamio lo sostenemos con la escuela de teatro, pero por la crisis hay bastantes alumnos que no pueden pagar. Además, tuvimos muchos golpes. El principal fue la muerte de Eduardo Riva, un director que estuvo con nosotros desde siempre." Su habitual tono enérgico decae cuando se enfrenta a semejante situación, pero así y todo nadie le cree demasiado cuando desliza la posibilidad de colgar los botines. Es difícil imaginarse a Alejandra lejos de proyectos complicados (por ejemplo, poner en escena "1789" -sigue en cartel- en un teatro tan pequeño) o del protagonismo en las luchas de los teatristas.
Y, además, para desmentirla están ahí esperándola cantidad de planes para el año próximo: una obra de autor nacional que dirigirá en el Teatro Nacional Cervantes, mientras que para el Andamio 90 están previstos un espectáculo de corte revisteril (textos de sainetes y tangos) y "Angeles en América", una pieza norteamericana cuyo tema central es el SIDA.
Sobre el mensaje
Su concepción de lo escénico parece correr paralelamente con su modo de ubicarse en la polis teatral. "Dicen que es una cosa antigua el mensaje claramente dicho. Soy poco partidaria de lo ambiguo si no permite sacar una moraleja clara. ¿Que todo eso me lo discutiría la gente joven? Me encanta cuando me lo discuten", dice jugando a la provocación. A "Despierta y canta" (1935) la conoce muy bien. La hizo en 1944, con La Máscara, y la trabajó mucho en sus clases. "Una familia del Bronx, cuyos integrantes tienen distintos modos de enfrentarse a una sociedad asesina que no es tan distinta de la nuestra", resume.
Y a Clifford Odets, su autor, también lo conoce muy bien: un dramaturgo que hizo época por su producción escénica, pero también por sus vaivenes ideológicos, ya que pasó de ser un hombre de izquierda a convertirse en un delator en los tiempos del macartismo.
Para la puesta en escena trabajaron contra reloj, y contra el viento y la marea de muchos inconvenientes entre los integrantes del elenco. Y con poca, muy poca plata.
"Usamos parte de la escenografía de «Ofensa+ y de «El asesinato de la enfermera Jorge+, pintamos las cosas e hicimos un espectáculo en blanco y negro, con un telón de fondo sobre el que proyectamos imágenes. Que estemos pobres no significa que renunciemos a una concepción estética." Mientras posa para la fotos, se entusiasma con un autazo que pasa por la calle. "Yo lo vendería y construiría otro teatro", remata, agarrándose la cabeza apenas cobra conciencia de su deseo.




