América suma noticieros

Fueron convocados para reemplazar a Graciela Alfano y hacer un noticiero diferente a las ediciones del mediodía y de la noche que ya tiene la emisora. Mónica Gutiérrez y Néstor Ibarra comienzan el lunes a las 19 "América Noticias - Pasión por las noticias, pasión por la verdad", según reza el larguísimo slogan diseñado por el canal. La producción corre por cuenta de Rubén Saiegh y Oscar Obregón, emigrados del equipo de "Telefé Noticias" El programa contará con cinco móviles en permanente conexión con el estudio. La "noticia en tiempo real", que permiten poner en el aire las nuevas tecnologías, es uno de los grandes cambios que encuentra Mónica Gutiérrez en su regreso a la televisión abierta, después de un paréntesis de casi siete años, cuando renunció a ATC y se dedicó a "Las unas y los otros", su ciclo en el cable.

-La primera impresión es que ustedes no responden a la imagen del "periodismo de impacto" que propone la emisora.

-Ibarra: ¿Por qué no? Queremos un noticiero atractivo, ágil, que tenga mucha presencia con la gente. Si logramos aprovechar toda la parte técnica y la capacidad profesional podemos hacer un noticiero de impacto, diferenciándolo del "impacto por debajo del cinturón". Es más exigente hacer un buen programa que atrape a la gente que uno escatológico, como es más difícil en la Argentina portarse bien que mal.

-Gutiérrez: Hay demasiadas pantallas y, si no generás tensión, perdés siempre. La televisión es un medio muy democrático, y si el rating vota por un determinado programa, aunque a algunos no les guste, estos programas se sostienen, se consolidan, avanzan. La gente, cuando prende la tevé para ver un programa consolida ese proyecto. Si ese proyecto la denigra, está consolidando un proyecto denigrante. Un programa que no tiene rating, en esta empresa como en cualquier otra, se levanta inmediatamente. Algunos sólo duran un mes, no porque son más o menos dignos, sino por el rating.

-Ibarra: También puede ser como los gobiernos: tenemos la televisión que nos merecemos. Pero uno aprende las reglas de este trabajo. "Investigación X" fue una experiencia buenísima, pero a nivel rating Susana Giménez nos pasaba por arriba.

Gutiérrez: No siempre el éxito en términos televisivos coincide con tu plenitud profesional. Hay cosas que uno hace con mucha plenitud y vive muy intensamente y por ahí no tienen el grado de trascendencia.

-¿Por qué se decidió el protagonismo de los móviles?

-Gutiérrez: Cada vez hay más recursos tecnológicos. Cuando dejé de hacer noticieros, plantar un móvil llevaba horas. Hoy esas limitaciones de tiempo ya no existen. Está la posibilidad de jugar con los tiempos de la instantaneidad en tevé. Si trabajamos en firme sobre esto, haciendo cosas con mucha presencia, creo que eso marca la diferencia.

-¿La instantaneidad no atenta contra la síntesis y comprensión de la noticia?

-Gutiérrez: Nosotros vamos a tener una síntesis inexorable, el programa dura una hora. Los conductores, además de presentar, vamos a contextuar notas e interactuar con los móviles. Frente a la realidad que nos aparezca nos plantaremos con nuestra historia, ideología, inseguridades y manera de tratar a la gente.

-¿Cómo van a marcar la diferencia con los otros noticieros de la emisora?

-Gutiérrez: No podemos dejar de tener en cuenta el horario. A diferencia de los medios escritos, la tevé llega en determinado universo en situación: mujeres que no necesariamente trabajan, la familia que comienza a reunirse. El noticiero de las 19 va a un público diferente que el que mira el informativo de las 20 o las 21, y el recorte de la realidad tiene que atender a un mundo de intereses distintos, que probablemente estén en relación a cuestiones concretas como la seguridad o la calidad de vida. Yo tengo una vocación por las cosas de la política, tengo una mirada, bien o mal, ideologizada, que no quiere decir partidaria, sobre todas las cosas. Pero también en un episodio de delincuencia común hay una mirada desde lo social e ideológico, no es un hecho que está fuera de contexto.

El regreso inesperado

Mónica Gutiérrez recibió el ofrecimiento para trabajar en América y firmó el contrato en apenas diez días. Dedicada al cuidado de sus dos pequeñas hijas, no tenía en sus planes volver a las redacciones, aunque "comenzaba a extrañarlas".

-¿Te pone nerviosa este retorno?

-Gutiérrez: Me generó un poco de tensión, sobre todo porque no estaba en mis planes empezar a mitad de año una cosa nueva Y, si bien nunca interrumpí mi relación con el trabajo, es volver a la tensión del noticiero. El universo del cable, más relajado, me abrió una perspectiva diferente, pero ya estaba extrañando la redacción, después de casi siete años. En 1991 cuando renuncié a ATC.

-Ibarra: ¡Qué raro, en este país donde nadie renuncia a nada!

-Gutiérrez: Sentía una especie de agobio, cuando fue el tema del Swifgate, me paré frente a los cables y dije "no, me quiero ir a mi casa", y fui a pedir una licencia sin goce de sueldo "por todos los días que fueran legalmente posible para no volver nunca más". Entonces tomé un retiro voluntario.

-¿Era insostenible porque era un canal estatal?

-Gutiérrez: No me preguntes, era insostenible. Cuando entrás en un lugar, respirás hondo y te parece que te entró polvillo en la nariz, hay que irse.

-Ibarra: Alguna vez sentí que a medida que me acercaba a mi trabajo tenía un dolor en la boca del estómago. Y me fui.

-Gutiérrez: La pantalla es transparente: si estás deprimido, ansioso o presionado, se te nota. No hay peor negocio para alguien que maneja un medio que someter a presión a los conductores.

Por Marisa Quiroga

---

Conforme a