
Aquelarre se brindó un tributo a sí mismo
Recital del grupo Aquelarre, anteanoche en el teatro Maipo, para presentar el disco "Corazones del lado del fuego". Músicos: Emilio Del Guercio (bajo, guitarra y voz), Rodolfo García (batería, congas y coros), Héctor Starc (guitarras, bajo y coros), Hugo González Neira (teclados y voz). Próxima función: hoy, a las 22. Nuestra opinión: Bueno .
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Un recital con aspecto de revival; un clásico concierto que se llena de nostalgia, pero sin olor a humedad ni telarañas. El grupo Aquelarre presentó su último disco "Corazones del lado del fuego", que registró en vivo durante las cuatro presentaciones de 1998, en el Alvear. Este material recopila piezas que el grupo grabó en cuatro álbumes entre 1972 y 1977.
Aquelarre sube al escenario del Maipo y abre el show con su "Canto, desde el fondo de las ruinas". Y sigue con una serie de temas que mezclan la canción con la mixtura entre lo hard y las pinceladas sinfónicas que aparecieron en algunas bandas de los setenta.
Más tarde, "Savia de los aromos" da pie a un set más relajado que continúa con "Canto Cetrino" y cierra con un tema que protagoniza Rodolfo García: "Silencio marginal", en una versión con más influencias latinas que la original.
Emilio Del Guercio canta la mayoría de los temas, pero asegura que Aquelarre es una banda democrática, por eso cada integrante tiene su momento . El de Starc es "Aniñada", aunque casi todos los temas llevan alguno de sus temperamentales solos. El músico gesticula con toda su cara, y zamarrea a su instrumento como si luchara contra una fiera. En realidad, no hace más que pasarla bien, lo mismo que sus compañeros y que el público fiel que los sigue.
El turno de González Neira llega con una zapada blusera que antecede a un cierre poderoso. La recta final es con "Hermana vereda", "Movimiento", "Violencia en el parque" y "Cruzando la calle": cuatro temas que la banda empuja con el poder de una locomotora.
Según pasan los años
Mientras Del Guercio bromea con la edad y la falta de cabello de sus amigos (García queda afuera porque goza de una tupida melena), Starc entra caminando con un bastón. Más allá de las bromas, la verdad es que no son unos pibes. Tampoco sus instrumentos. Emilio porta un modelo de bajo Fender creado hace décadas, Rodolfo percute una reliquia llamada Gretsch, Héctor empuña Gibson Les Paul y luego Fender Stratocaster, y Hugo tiene un precioso teclado Hammond.
Esto es el "hoy" de Aquelarre: un homenaje a ellos mismos. Luego de las cuatro fechas que dieron en el Alvear, después del CD con la selección de sus mejores piezas, y de este fin de semana en el Maipo, la propuesta parece agotarse. Es cierto que han recuperado frescura, pero no la suficiente. De aquí en más la continuidad implicaría renovación. Claro que después de tanto volumen y un pasado con temas que en el corazón de su público quedaron registrados como "inolvidables", el cambio es un desafío muy grande.





