Avatar 2: preparan un boicot contra la película por las declaraciones de James Cameron en 2010

La película Avatar, el camino del agua, que es la segunda parte de la saga de los seres azules dirigida por James Cameron, atraviesa, a poco de su estreno, un verdadero suceso de taquilla, y también de la crítica. Pero no todas son buenas noticias para este film, ya que en estos días, grupos indigenistas americanos incitaron a boicotear la realización, ya que la consideran una ficción “horrible y racista” y en la que se ejerce la apropiación cultural de los pueblos originarios.

La reacción de los indígenas contra la segunda entrega de Avatar -la primera se estrenó en 2009- tiene su origen en declaraciones que realizó el director del film nada menos que hace una docena de años a un medio británico.

La saga de las películas Avatar, en la que los Na’vi, hombres azules que viven en armonía con la naturaleza en el planeta Pandora, sufre invasiones de otras civilizaciones -en la primera, los seres humanos- que vienen a robarles sus recursos, fue comparada en numerosos análisis con la historia colonial estadounidense.

Fue el propio James Cameron quien planteó este paralelismo en una entrevista que realizó para el diario inglés The Guardian en 2010. Entonces, el cineasta señaló, con relación a la primera entrega de Avatar: “Sentí que había retrocedido 130 años en el tiempo viendo lo que los lakota sioux podrían haber dicho en el momento en que los expulsaban, los mataban o les pedían que se desplazaran dándoles algún tipo de compensación”.

“No pude evitar pensar que si ellos hubiesen podido ver el futuro a través de una ventana temporal -continuó el director- y hubieran visto a sus hijos con las tasas de suicidios más altas del país porque no tenían esperanza y eran una sociedad sin salida, habrían luchado mucho más”.

Los lakota son un pueblo que forma parte de la tribu sioux y que en los tiempos previos a la llamada conquista del oeste habitaban gandes extensiones al norte del río Misuri, en los actuales estados de Dakota del Norte, Dakota del Sur y Nebraska, entre otros.

Estas palabras del realizador de la saga de Avatar, aparentemente dichas con buena intención, fueron tomadas como una falta de respeto a las tribus indígenas y como la prueba de que había habido en la historia reflejada en la pantalla grande una apropiación, por parte del hombre blanco, de la cultura indígena, a través de una caricatura racista a la que llamaron Blueface (cara azul), en referencia a los personajes del film.

El comunicado del boicot

Fue la activista y artista amerindia Yue Begay la que compartió en sus redes sociales el pedido de un boicot al filme en representación de culturas indígenas y nativas. Tanto en su cuenta de Instagram, como en Twitter, la mujer subió una serie de imágenes llamando a darle la espalda a la película de Cameron y escribió en su posteo: “No mires Avatar, el camino del agua. Unite a los nativos y otros grupos indígenas de todo el mundo para boicotear esta horrible y racista película”.

Luego, en la publicación, la activista explicaba el por qué del pedido de boicot: “Nuestras culturas fueron apropiadas de manera nociva para satisfacer el complejo salvador de algún hombre blanco ¡No más bluefaces! ¡El pueblo lakota es poderoso!”.

En las imágenes que subió la indigenista a su publicación puede verse una en que claramente se cubre con un símbolo de prohibición un fotograma de la película mientras se dan las razones, similares a las expuestas en el comentario. En otra de las postales del poste se reproducen las mencionadas declaraciones de Cameron del año 2010 y, en la foto siguiente se denuncia la apropiación, por parte del director, de las culturas indígenas a través de los personajes azules del filme, a quienes definen como una “caricatura racista en la que el creador se apropia de todas las culturas no blancas”.

El comunicado añade que el filme “mezcla” todas esas culturas “de forma indiscriminada o descarada”, y, además, “hace que los blancos los interpreten o les pongan voz utilizando la ficción como medio para satisfacer o validar su construcción del mundo.

Y a continuación, en el mismo posteo, Yue Begay añade una serie de acciones que pueden realizarse para apoyar a las comunidades originarias o afroamericanas, que van desde no mirar Avatar, la forma del agua hasta utilizar el dinero de las entradas para contribuir económicamente con alguna causa de estos colectivos.

Para finalizar, el comunicado de la mujer indigenista, que obtuvo varios miles de “me gusta” en ambas redes sociales, culmina con una lista de libros y películas que fueron realizadas por o reflejan fielmente las culturas nativas.

James Cameron, por su parte, no quiso escapar a esta polémica, y en una entrevista que dio al medio Unilad habló acerca de la reacción de los indigenistas hacia su película. “Las personas que históricamente fueron victimizadas siempre tienen la razón. No depende de mí, que desde una perspectiva de privilegio blanco, decirles que están equivocados. Tengo que escuchar y tengo que decir: ‘Está bien, si sentís eso, eso es lo que vos sentís, y tiene validez’. No tiene ningún sentido que diga: ‘Bueno, esa nunca fue mi intención’”.

Finalmente, el director celebró la manera de ver el mundo que tienen las comunidades originarias. “Veo a los pueblos indígenas que aún permanecen en nuestro mundo como las personas que están más conectadas con la naturaleza, mucho más que nosotros en nuestro mundo industrializado. La película pretende celebrar esas filosofías, esa espiritualidad. Si ofendemos a alguien en el proceso, solo puedo disculparme, pero estamos haciendo lo que podemos”.

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