Barbie Simons: "No pasa un día en que no venga alguien a contarme una anécdota de mi papá"
La hija de Leonardo Simons recuerda al popular animador, y también habla de sus amores y del camino que viene construyendo dentro de la radio y la televisión
Tiene 33 años y, desde muy chica, decidió adoptar un apellido que no es el que señala su documento, pero sí el que alguna vez eligió su padre para llevar adelante una carrera como animador televisivo. Porque, de alguna manera, Barbie Simons siente que "carga" -en el mejor de los sentidos- con una herencia, y que debe hacer todo los posible por honrar el legado, aunque construyendo un camino distinto y personal.
Ella dice que volver a la Argentina luego de estar varios años viviendo en Miami la obligó a arrancar de cero y que tuvo que esforzarse por conseguir un lugar en el medio. Pero ese sacrificio dio sus frutos, y en muy poco tiempo consiguió no sólo convertirse en una figura de las FM easy listening, sino que además fue elegida para llevar adelante la transformación de Vale 97.5, una de las señales más populares del dial por estos días. "Fue una responsabilidad enorme asumir ese desafío, pero el balance es muy positivo", le cuenta a Personajes.tv la rubia con una enorme sonrisa.
-Hace un año y medio que te nombraron directora de la radio, ¿qué balance hacés de tu gestión?
-Me siento muy contenta con lo que he conseguido, con el crecimiento y el refresh que experimentó Vale en estos últimos meses, esta renovación desde lo artístico y en el contenido. Es un gran laburo, es mucha responsabilidad pero la radio es mi lugarcito en el mundo, es donde me formé y para lo que me preparé.
-¿Te imaginabas que ibas a estar dirigiendo una radio a los 33?
-No, nunca me lo propuse. Pero cuando surgió la posibilidad, pude poner en práctica todos los conocimientos que había adquirido en una radio de Miami; estuve 8 años allá conduciendo.
-¿Quién te planteó el desafío?
-Yo venía trabajando en el que hoy es Grupo Indalo, primero en C5N y después en la radio TKM. La propuesta formal me la hizo José Luis Pagano, por entonces director de emisoras.
-¿Qué creés que vio en vos para confiarte esa tarea?
-Bueno, me había conocido junto a Daniel Hadad cuando tenía 18 años y estaba trabajando en Miami; ellos eran grandes consumidores de la emisora en la que yo trabajaba y ambos consideraron que era la persona indicada teniendo en cuenta que estaba muy "curtida" en este tipo de formatos. Pero no fue nada fácil: tuve que presentar un montón de informes con lo que planteaba hacer, cuáles eran mis expectativas, mis ideas, mis proyectos... Eso me demandó mucho trabajo e investigación. Pero, además, disfruto mucho de la conducción, eso es algo con lo que siempre conviví a través de mi madre, mi padre y mi abuela. Mis tres horas de aire son sagradas.
-¿Sos muy ordenada?
-¡Sí! En todo sentido. Soy extremadamente ordenada en mi casa, en mi trabajo, en mi agenda... Necesito tener todo a punto para poder cumplir con todos los objetivos que tengo en mente.
-¿Llegás al extremo del TOC?
-Totalmente. Cualquiera que viene a mi casa puede notar que tengo todo ordenado por color, tamaño, marcas y cortes [risas]. Es terrible. Igual creo que siempre y cuando no interfiera en mi vida ni en la de nadie, no tiene por qué ser un problema.
-¿Sentís que tuviste que enfrentar muchos prejuicios por llegar a donde llegaste?
-Siempre están los prejuicios, es inevitable; mucho más en el medio en el que estamos, en el que está todo tan expuesto... La verdad es que trato de no fijarme en los comentarios que buscan lastimar, me centro en las críticas constructivas de la gente que quiere lo mejor para mí, de la gente de la que puedo sacar cosas positivas. Trato de no estar pendiente de la mirada exterior, y para eso hago mucha terapia. Si no es imposible; a veces uno apenas puede cargar con lo que tiene como para hacerse cargo de la mirada de los demás.
-¿Hace mucho que hacés terapia?
-Sí, hace mucho… ¡Ya perdí registro!
Tras el suicidio de su Leonardo Simons, en octubre de 1996, Alicia Gorbato decidió instalarse en Miami junto a los dos hijas que había tenido con el conductor, Vanesa y Bárbara. Fue una decisión difícil, pero ella entendió que era la mejor manera de tomar distancia de lo sucedido y empezar desde cero. Barbie tenía, por entonces, 15 años. "Fue necesario tomar distancia del dolor que significaba para nosotras estar acá, tan cerca de los lugares, de los recuerdos, de la gente", explica. "Fue como una manera de despegar un poco, comenzar de cero pero, a la vez, ir a un lugar que a la vez era conocido, porque siempre íbamos de vacaciones allá. A mi papá le gustaba mucho Miami, y de algún modo, fue como ir detrás de un sueño que él no pudo llegar a cumplir en vida".
-¿Sentís que vos también fuiste tras ese sueño?
-A la distancia, creo que eso fue lo que me impulsó a empezar una carrera en medios en Miami; mi papá soñaba con hacer tele y radio allá pero le daba miedo porque tenía una carrera y una familia que mantener acá. Me rompí tanto el lomo para construir un camino allá porque sentía que se lo debía a mi papá; tenía que cumplir su sueño, su asignatura pendiente. Creo que adopté ese lugar a mucha honra y con mucha alegría. Fueron años difíciles y de mucha entrega. Todo es complicado, pero también todo se va acomodando en la vida.
"Me rompí tanto el lomo para construir una carrera en Miami porque sentía que se lo debía a mi papá; tenía que cumplir su sueño, su asignatura pendiente"
-¿Cómo era Leonardo como padre?
-Uy, tengo miles de anécdotas que lo pintan. Siempre lo acompañaba a trabajar, los fines de semana me volvía del country con él para acompañarlo a Telefé. Estaba haciendo Ta-Te-Show, y yo estaba fascinada , quería colaborar con el equipo de producción con ideas, soñaba con trabajar ahí, estar frente a cámara. Me acuerdo que quería estar en Jugate conmigo, que era lo que estaba de moda en ese momento, y él me decía: "Vos andá, estudiá, formate. Después vas a tener tiempo". Era como muy estricto con eso, nos demandaba mucho tanto a mi hermana como a mí, pero creo que fue lo mejor que pudo hacer porque hoy somos dos minas hechas y derechas con nuestras vidas y nuestra carreras. Y somos gente buena, que es lo más importante.
-Me imagino que la gente te lo debe recordar todo el tiempo a tu papá, ¿no?
-Sí, todo el tiempo. Es una alegría enorme trabajar en Telefé y ver cómo su recuerdo sigue presente en la gente que laburó con él. No pasa un día en que no venga alguien a contarme una anécdota de mi papá, a darme su recuerdo, siempre con alegría, con emoción, con agradecimiento, recalcando lo generoso que era. Eso me llena de orgullo y habla muy bien del gran padre que tuve y que tendré siempre. No hay un día en que no lo piense y que no desee que esté acá conmigo para que pueda ver todo lo que vamos construyendo con mi hermana. Me encantaría que esté con nosotras, aunque en realidad está siempre: en mi mesita de luz la foto que me acompaña es la de papá, así que no hay mañana que no me levante y no lo vea.
-¿Cómo fue la vuelta a Buenos Aires?
-Maravillosa. Fue en 2008, y de nuevo sentí que había que volver a empezar. Mi carrera la había hecho allá, tenía que exponerme a otros retos y desafíos. De a poco, siempre construyendo. La verdad es que amo a la Argentina, amo la manera en la que se hace radio y televisión, que es muy distinta a la del mercado estadounidense, tengo grandes maestros a mi alrededor, me he nutrido mucho y estoy disfrutando de esta experiencia también. Me siento muy contenta en mi lugar, porque este es mi país, mi origen, mi historia y acá está mi familia.
-Lo primero que hiciste al llegar fue participar de "Patinando por un sueño", ¿cómo recordás tu paso por ese reality?
-Era como estar en un parque de diversiones; todo era nuevo, distinto. Por momentos me sentí extraña porque no estaba acostumbrada o no era lo que imaginaba, pero la verdad es que rescato cada experiencia que viví a los 33 años, para bien o para mal, más allá de que en el momento capaz que no fue lo más agradable por la cantidad de boludeces que pasaron...
-Te tocó ser la mala ahí…
-¡Sí, pero era Heidi al lado de lo que se ve hoy en televisión! También fue la gente la que me puso en ese lugar, pero a esta altura lo tomo con diversión y con humor. Acepté porque vi como una oportunidad estar con Marcelo Tinelli, ver la cocina detrás de ese big show... ¡pero fue hace tanto tiempo! No reniego, pero siento que pasó un montón de tiempo para mí. Fue un paso más en el crecimiento de mi carrera.
-¿Consumís mucha tele?
-La verdad es que no tengo mucho tiempo porque salgo a las 8 de la mañana de casa y vuelvo a las 9 de la noche, generalmente salgo a comer afuera. Sí el fin de semana consumo muchas series, pero más que nada de afuera. A la mañana me empapo de realidad en AM, y por la tarde, mientras estoy en la radio, siempre tengo puesto C5N como para estar en tema con lo que está pasando.
"En mi mesita de luz la foto que me acompaña es la de papá, así que no hay mañana que no me levante y no lo vea"
-¿Y para el amor hay tiempo?
-No, ¡no hay tiempo! [Risas]. La verdad es que en este momento estoy muy abocada al trabajo, son demasiadas las horas que me lleva cumplir con todas mis responsabilidades. Estoy abierta a la posibilidad de conocer a alguien, pero por ahora no pasa nada. Pero tengo amigas, salgo con ellas, la paso bien... Estoy bien sola, esperando que llegue el amor. No soy de estar atrás de algo; cuando tenga que ser, será.
-Estuviste en pareja con el empresario Gerardo Werthein, un amor que definiste como "sorpresivo". ¿Qué recuerdos te quedaron de él?
-No, después de tanto tiempo... ¡Olvidate! Hay cosas que prescriben. Tengo una excelente relación como con todas mis ex parejas. He tenido cuatro parejas importantes a lo largo de mi vida, pero ya es parte de la historia. Siempre me quedo con lo mejor que me deja cada historia y nada más.
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