Buddy, entre Lassie y Michael Jordan
"Buddy Super Star": llega al cine una nueva figura canina, que juega muy bien al básquet; La Nación habló con su entrenador.
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Es una de las figuras más queridas de Hollywood. Tiene el pelo rubio, pero no es Brad Pitt. Su aptitud para encestar una pelota de básquet es superior a la de algunos de los miembros de la NBA, pero no es Michael Jordan. Se llama Buddy, y no sólo trabaja como un perro; es un perro.
Tocayo del can de Bill Clinton, Buddy, el protagonista de "Buddy Super Star", que se estrena mañana, es un atlético Golden Retriever que llegó para disputarle el trono perruno de Hollywood a Lassie y a Beethoven.
El encuentro entre Buddy y Kevin DiCicco, dueño, entrenador, y alter ego de su mascota-estrella, parece salido de un cuento soñado por un agente hollywoodense. En 1990 DiCicco, un graduado en Marketing que trabajaba en el negocio inmobiliario, estaba tomando unas vacaciones cuando halló al perro, que tenía entre 1 y 2 años. Había sido maltratado y DiCicco decidió adoptarlo y ayudarlo a ejercitarse para que recuperara su forma física. Poco sabía entonces que con ese acto caritativo se sacaría la lotería.
"Me encantaba jugar al frisbee y a buscar la pelota con Buddy", cuenta DiCicco en una entrevista con La Nación . "Su capacidad para atajar objetos era notable, pero su talento realmente comenzó a florecer cuando un día decidí instalar un aro de básquet en el patio de mi casa, y noté que Buddy no dejaba de mirar la pelota. Estaba totalmente fascinado".
Seis meses y 4000 intentos después, Buddy logró encestar su primer pelota. Fue entonces que se combinaron idílicamente el talento del perro, y las dotes marketineras de su dueño, para formar "Air Bud Productions Unlimited", la empresa que se dedicó a hacer de Buddy, una figura reconocida en todos los Estados Unidos.
Nace una estrella
Como todo divo de la industria, Buddy adoptó un nombre artístico ("Air Bud"), y con DiCicco como su agente, salió en busca del estrellato cinematográfico.
"Nuestro sueño -cuenta DiCicco- era hacer una película para niños. (Cuando dice "nuestro" se refiere a él y al perro, únicos socios en el negocio).Hicimos algunas publicidades, actuamos en los mediotiempos de Los Angeles Lakers, y aparecimos en algunos programas de TV. Yo sabía que con un par de videos como demostración del talento de Buddy, podríamos convencer a alguna productora para hacer el film".
Dicho y hecho. Cuando la productora Keystone se mostró interesada en el proyecto, DiCicco les dio las bases del film, y dejó que los guionistas escribieran la historia.
"Hay varias escenas autobiográficas -comenta- por ejemplo cuando el protagonista, Josh (Kevin Zegers), encuentra a Buddy, abandonado y maltratado, o cuando el perro entra corriendo a la cancha de básquet en el medio del partido. ºNos pasó durante un partido de los N.Y Knicks, que estaba siendo televisado para todo el país!".
Pero cuando parecía que Buddy había alcanzado el paraíso canino en Hollywood, llegó la mala noticia: tenía cáncer y habría que amputarle una pierna.
"Fue ahí que realmente demostró lo increíble que es", dice, orgulloso, su dueño. "Al día siguiente de la amputación, en vez de sentarse a lamentar por lo que había perdido, ya estaba levantado y jugando. Es todo un ejemplo de cómo sobreponerse a la adversidad".
Ahora, entre su ocupado itinerario semanal, Buddy se hace tiempo para visitar colegios y hospitales, para brindar su esperanzado ejemplo.
Mientras tanto, el negocio continúa, y Keystone ya planea dos secuelas para "Buddy Super Star": la primera sobre fútbol americano, y la segunda sobre "soccer" (fútbol). Pero la estrella del film no aparecerá en ninguna de las dos.
"La productora consideró que Buddy ya no era tan "marketeable" -dice DiCicco, decepcionado- "y van a utilizar a los dobles del primer film: Rush y Chase (que "interpretan" las escenas en la bañera y sobre el techo)."
Claramente ofendido por la decisión, DiCicco afirma sin embargo que no hará nada para frenar las secuelas ya que "de todos modos nos pagarán" (la mitad de las "seis cifras más 10% de las ganancias" que recibieron por la primera parte).
El show debe continuar
Mientras tanto, DiCicco sigue con proyectos cinematográficos. Quiere hacer un film que combine "Mi pobre angelito" con "El escape de Ferris Bueller", pero para ello no utilizará los talentos de su único can (que se recupera bien, con sesiones de quimioterapia), sino de la generación de Buddys junior que nacieron el último día de 1997.
El recientemente formado clan Buddy consta de "cinco varones y cuatro nenas", y su creación no fue producto de un romántico idilio (estilo 101 dálmatas), sino del más moderno de los métodos: la inseminación artificial y la criogenética.
"Hace tres años decidimos congelar esperma de Buddy, y el año pasado publicamos una nota en un diario anunciando que buscábamos "novia". Recibimos 50 videos".
La ganadora fue Taffy, gracias a la cual se expanderá el hogar DiCicco. Es que el "abuelo" de las criaturas pretende crear una nueva camada de Buddys, y para ello piensa aplicar, con los cinco machitos, la misma fórmula que utilizó con su padre.
"A Buddy lo hice adicto a la pelota.Desde que me levanto hasta que me acuesto, a todas horas, le estoy tirando la pelota. Lo más que lo incentivo, lo más adicto que se hace, y encima le hace bien". Pero si su plan fracasa, DiCicco no tendrá que preocuparse demasiado. Todavía tiene 14 posibilidades de crías, almacenadas en un tubo de ensayo congelado.
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