
Carla Morrison dejó el llanto y se volvió alternativa
La cantante mexicana mostrará sus "dos caras" esta noche, en La Trastienda
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En poco tiempo Carla Morrison se transformó por completo: la joven cantautora angustiada que a los 26 años se hizo muy popular en México con Déjenme llorar, uno de los discos más vendidos en ese país en 2012 -ganador además de dos Grammy latinos-, mutó en fenómeno del pop alternativo con Amor supremo, un álbum que elogiaron medios de la importancia de Pitchfork y The New York Times.
¿Fue fríamente planeado el cambio de piel? "Cuando hago discos trato de reflejar lo que estoy viviendo en esa etapa, trato de ser muy honesta -explica la artista-. Los músicos somos seres humanos y también cambiamos, ¿no? Las vivencias y las influencias de hoy no son las mismas que las del pasado. No quise quedarme en un lugar seguro. Primero porque es aburrido y segundo porque hoy no tengo las mismas preocupaciones que ayer. Pero definitivamente fue un movimiento natural, para nada forzado. No estoy tratando de ser la chica más cool ni nada por el estilo."
Esta noche, Carla Morrison, colega y amiga declarada de estrellas del pop mexicano como Julieta Venegas y Natalia Lafourcade, invitada especial en el nuevo álbum de Los Pericos (Soundamerica), se presentará en La Trastienda Samsung. El repertorio, para dar cuenta de que los cambios no tienen que ver con ningún arrepentimiento, incluirá canciones de los dos discos que grabó hasta el momento.
En Amor supremo (2015), la voz y el estilo interpretativo de Morrison, admiradora confesa de Shakira, Morrissey y las cantantes de ranchera de los años 50, recuerdan los de Hope Sandoval (Mazzy Star). Es un disco de dream pop etéreo y sugestivo que llamó la atención de la prensa dedicada a la música alternativa y la colocó en un lugar diferente al que ocupaba hasta no hace mucho. "Me han dicho lo de Hope Sandoval, pero si tuviera que hablar de alguna referencia importante nombraría a Morning Phase (2014), un disco de Beck que me encanta. Y también mencionaría el mensaje de la película Interestelar, de Christopher Nolan, y su hermosa banda de sonido, compuesta por Hans Zimmer. Cuando trabajaba en las canciones estaba leyendo textos relacionados con el budismo. Creo que todo eso fue apareciendo en los temas de este disco, que tiene mucho más sintetizadores que el anterior. No quería quedar pegada al sonido de mi guitarra acústica. Preferí demostrar que mi voz es acoplable a otro tipo de sonidos."
Si le toca elegir una canción perfecta, Carla escoge "Wicked Game", un clásico de alta rotación radial en los 90 que Chris Isaak escribió para su precioso álbum Heart Shaped World: "Amo a ese hombre y ese tema. Los arreglos son muy buenos y la historia que cuenta también. Es una canción llena de sensualidad, casi perfecta, digamos" (risas).
Nacida en Tecate, ciudad del estado de Baja California ubicada en el límite con los Estados Unidos, Morrison se crió muy cerca de la impronta cultural del país vecino y dice haber aprendido a querer sus partes buenas y sus partes malas: "Soy hija de un norteamericano, así que tengo el tema muy presente. Las diferencias entre mexicanos y estadounidenses son muchas: nosotros somos muy cálidos y relajados, y ellos suelen vivir para trabajar. Pero a mí me han tratado muy bien en los Estados Unidos. Viví muchos años allí y no puedo decir que la haya pasado mal. Pero necesitaba volver a México, que es mi tierra y es parte crucial de mi identidad. Me preocupa, eso sí, que México sea un país un poco adolescente. Todo aquí es un chiste, y los problemas se intentan solucionar con una broma. Nos falta un poco más de seriedad".
Carla Morrison
- Amor supremo y Déjenme llorar
- Hoy, a las 21
- La Trastienda Samsung, Balcarce 460
- Entradas, de 350 a 600 pesos





