Cinco razones para ver el fenómeno Letras explícitas
Te contamos por qué no te podés perder la película de F. Gary Gray que se convirtió en una de las biopics musicales que más recaudó en la historia del cine
*1. ATESTIGUAMOS LA GÉNESIS DEL MÍTICO GRUPO N.W.A.
Letras explícitas (título original: Straight Outta Compton, nombre del emblemático disco de rap de 1988) tiene una apertura magistral que refleja cómo fue el encuentro de tres sensibilidades musicales diferentes en un contexto puntual (Compton, California) signado por la violencia y por la brutalidad policial. Por un lado, lo vemos a Eric "Eazy E" Wright (Jason Mitchell) escapando de dicha policía, tras intentar vender droga. Por el otro, está Andre "Dr.Dre" Young (Corey Hawkins), quien escucha vinilos en su casa con enormes auriculares para tapar el sonido de los disparos externos. En otro espacio nos encontramos O'Shea "Ice Cube" Jackson (O'Shea Jackson Jr.) arriba de un colectivo escribiendo una letra de rap mientras una pandilla amenaza con liquidarlos a todos.
La impulsividad de Eazy E, el oído para la música de Dr. Dre y el talento para la escritura (siempre el rap como poesía) de Ice Cube convergen en una habitación primero, donde fantasean con la posibilidad de armar un grupo, N.W.A. (sigla para Niggaz wit Attitudez), que diga a gritos lo que muchos temían enfrentar: las minorías eran carne de cañón en Compton. Posteriormente, y con la ayuda de D.J. Yella, se erigirían como una de las fuerzas del rap que marcarían el terreno para otras voces que también estaban aguardando el momento adecuado para hacerse oír.
*2. GRANDES INTERPRETACIONES
Siempre que se opta por actores con poca experiencia se corre el riesgo de que un film pierda fuerza en el camino o que simplemente no pueda explotar al máximo todo su potencial. Letras explícitas, sin embargo, se beneficia de esa decisión. Tomemos como ejemplo el gran trabajo que hace O'Shea Jackson Jr., quien tuvo la compleja tarea de interpretar a su propio padre en el film. Si bien mucho colabora el notorio parecido físico que tiene con Ice Cube, el joven actor capta con precisión los clásicos gestos de su padre (el levantar el mentón tras finalizar una canción es uno de tantos) y al mismo tiempo le inyecta a su interpretación un cierto arrebato a la hora de subirse al escenario para cantar la mítica "Fuck the Police".
Asimismo, Corey Hawkins personifica a Dr. Dre tal cual podemos considerarlo: un músico ciertamente impertérrito, contenido, con la mirada atenta a su entorno, siempre en estado de alerta. Sin embargo, la verdadera revelación del film es Jason Mitchell, quien debe interpretar la pérdida de la inocencia de Eazy E, su asombro por (re)descubrirse como artista y su triste fallecimiento a causa del VIH con el mismo nivel de vulnerabilidad. El momento en el que el músico escucha su diagnóstico está entre las mejores escenas del año, gracias tanto a la composición de Mitchell como a la contundencia de Gray para filmarlo.
*3. HAY UNA CERTERA MIRADA AL CONTENIDO DE LAS CANCIONES
Tupac Shakur comentó una vez: "Todo lo que estoy intentando hacer es sobrevivir y hacer algo bueno del estilo de vida sucio, horrible e increíble que me han dado". No hace falta mucho más que escuchar "Black Cotton" o "Ghetto Gospel" para entender qué nos estaba queriendo decir. El arte es, ante todo, un vehículo de catarsis, una manera de canalizar todo lo que se nos va acumulando dentro, eso que debe salir imperiosamente para hacer sentir a alguien más un poco menos solo. Años después, Eminem escribiría sobre lo mismo en "Sing for the Moment", donde aseguraba que sus discos están dirigidos a esos jóvenes sin esperanza "que idolatran a sus raperos favoritos y se saben todas sus canciones".
Pero para que Tupac y Marshall Mathers pudieran expresarse con ese grado de libertad y visceralidad, antes tuvo que haber existido N.W.A., quienes al haber sido víctimas de la policía mediante crímenes de odio, escupieron su verdad en himnos como "Gangsta Gangsta" y, claro, "Straight Outta Compton". Letras explícitas muestra, a través de una poderosa secuencia, cómo los músicos casi son arrestados (sin motivos más que el color de su piel) en las afueras del estudio de grabación. La policía se reía de sus aseveraciones de que eran artistas y, pocos minutos después, Ice Cube se inspiraba y escribía "Fuck the Police", la canción más representativa de ese vómito de realidad del que hablaba Tupac.
*4. LOS CAMEOS DE FIGURAS QUE INFLUYERON EN EL GÉNERO
Podríamos decir que Letras explícitas es una película que se rompe por la mitad. Todo el primer tramo focaliza con honestidad tanto en esa irrupción de N.W.A. en la escena del rap como en la relación que unía a sus músicos, una mucho más compleja y plagada de idas y vueltas de lo que se pueda llegar a creer. El segundo tramo, por el contrario, cesa de exponer los hechos con detalle y da por sentado que el espectador conocerá a todas las grandes figuras del género que pasaron por la vida de Dr. Dre, Ice Cube y, en menor medida, de Eazy E. En este sentido, el guión de Jonathan Herman y Andrea Berloff no subestima a su audiencia porque la conoce.
Por lo tanto, las apariciones de Snoop Dog (Keith Stanfield, gran decisión de casting), el ya mencionado y venerado Shakur (Darris Love), el omnipresente Suge Knight (R. Marcos Taylor) y todos los integrantes de Da Lench Mob (los músicos que signaron el resurgimiento solista de Ice Cube tras su disputa con N.W.A.) se producen con una confusa velocidad que puede llegar a perder la atención de quienes no están embebidos en la historia del rap de los ochenta hasta la actualidad. En consecuencia, en su epílogo Letras explícitas pierde ese nervio original, para recuperarlo en los títulos de crédito, donde los verdaderos miembros de N.W.A. hacen su ingreso en una suerte de ejercicio cíclico con el comienzo del film.
*5. LA DUPLA IMBATIBLE DE F. GARY GRAY Y MATTHEW LIBATIQUE
En una fiesta de los Oscar, el realizador F. Gary Gray se acercó al director de fotografía Matthew Libatique (frecuente colaborador del cineasta Darren Aronofsky) para hablarle de lo que entonces era un proyecto sin luz verde. Tiempo después, Libatique recibió el llamado. Había sido elegido para trabajar en Letras explícitas: "Me emocioné como pocas veces, se trataba de un film del que me parecía importante formar parte", comentó en una entrevista. La decisión de Gray no fue arbitraria, ya que quería a un director de fotografía que pudiera captar ese clima entre pesadillesco y creativo de Compton. El resultado de ambas fuerzas es extraordinario. En diversas biopics musicales vemos recitales demasiado orquestados, inertes, evidentemente ensayados. Sin embargo, el famoso concierto que los N.W.A. dieron en Detroit - donde fueron arrestados por la policía, quienes censuraron sus letras - es filmado por Gray y Libatique con un ritmo apabullante, generando la sensación de haber querido atestiguar ese inolvidable momento.
Por ende, y aunque podemos asegurar que el film de Gray pasa por alto la misoginia en las letras de la banda ("estar enamorado del rap es estar enamorado de tu abusador" dijo con elocuencia la directora de Selma Ava DuVernay), y que está bastante sujeto a los deseos de sus productores (Dr. Dre, Ice Cube y la viuda de Eazy E, Tomica Woods), de todas maneras es una obra imprescindible para los amantes del rap y para quienes perciben las manifestaciones artísticas precisamente como eso: manifestaciones de una realidad ineludible que muchas veces busca trabar un inagotable deseo de expresión.
*El adelanto de Letras explícitas, uno de los estrenos de la semana:
*"Straight Outta Compton", la canción-himno de N.W.A.:
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