Estrenos de cine: La provisoria, sensible retrato de una juventud que vive bajo sus propia reglas
La producción independiente de Nicolás Meta y Melina Fernández da Silva podrá verse a partir de este jueves en el Gaumont
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La provisoria (Argentina, Chile, México, Brasil, Colombia, Francia/2022). Guion y dirección: Nicolás Meta, Melina Fernández da Silva. Fotografía: Christian Carmodona, Emilio Velázquez. Edición: Melina Fernández da Silva. Música: Nicolás Carcagno, Emilio Traverso, Santiago Fay, Leonel Urtasun. Elenco: Andrés Ciavaglia, Anita Pauls, Juan Chapur, Sol Bordigoni, Nicolás Juárez. Distribución: Cintamani Films, Santa Cine. Duración: 101 minutos. Nuestra opinión: buena.
En La provisoria se percibe cierta inevitabilidad de sus guionistas y directores, Nicolás Meta y Melina Fernández da Silva, a inclinarse por contar una historia sobre una juventud libre de imposiciones con el espíritu del cine independiente latente en cada plano. El film, una coproducción entre la Argentina, Chile, Colombia, México y Francia, se realizó de manera autogestionada, con sus realizadores partiendo de una idea (y de una locación clave) que fue cobrando forma con la colaboración de un vasto equipo y de figuras externas que pusieron su grano de arena para que la película pudiera llevarse a cabo. No es casual, entonces, que La provisoria funcione como un espejo de quienes la concibieron. De hecho, la dupla habitó esa casona de Caballito construida en 1890 donde transcurre la acción de un largometraje que se planta en una postura concreta: enaltecer el encanto de la polifonía en la creación artística.
Los protagonistas de La provisoria son cinco jóvenes que conviven de manera fortuita en esa antigua casa en la que la naturaleza cumple un rol predominante. En este punto, Meta y Fernández Da Silva no cargan las tintas sobre lo maniqueo, sobre la ciudad en contraposición a un refugio alejado del mundanal ruido. Por el contrario, celebran, a través de sus personajes, la autonomía, la capacidad de decidir sobre cómo se quiere vivir en una sociedad en la que lo hegemónico avanza impiadosamente. Cuando esos habitantes de la casona provisoria (en el film, el concepto de impermanencia se inmiscuye en todas las subtramas) comparten sus experiencias y se sostienen para alivianar los coletazos de sus respectivas vidas es cuando la película mejor funciona, cuando sus protagonistas están en armonía con el ecosistema, sin presiones ni urgencias.
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