Derrota por partida doble: por qué perdió La La Land

La La Landperdió. Y perdió por partida doble. Porque con esa cantidad de nominaciones -récord- era la favorita. Y además le dijeron que había ganado, y después que había perdido ¿Por qué perdió? Porque ganó Luz de luna, claro está. Desde hace mucho tiempo, los premios de la Academia de Hollywood son menos sobre cine que sobre posiciones políticas, sociales, empresariales (y después del papelón, la preposición "sobre" quiere convertirse en sustantivo).

Que si el lobby de los Weinstein, que si el tema del momento, que si hace un año fueron los #OscarsSoWhite ¿Se hablaba sobre cine con esa calificación de blancura? No, sobre una estadística sociológica. Eran esperables las compensaciones sobreactuadas este año, más en el inicio de la presidencia Trump. Así las cosas, La La Land perdió el premio mayor con 14 nominaciones y seis Oscar ganados. Y Luz de luna ganó como mejor película con sólo otros dos triunfos: guión adaptado y actor de reparto. Ni director, ni fotografía, ni montaje. El año pasado, la mejor película fue En primera plana, que ganó sólo otro Oscar: guión original. Ni director, ni fotografía, ni montaje. Está muy claro: el premio al guión en común.

¿Por qué perdió La La Land? Probablemente porque Luz de luna, una indie quizás apenas por encima del promedio, tuvo la suerte de caer temáticamente justo a tiempo. Recordemos que estamos debatiendo las ganadoras de un sistema de premios que jamás distinguió a Abbas Kiarostami, ni a Hong Sang-soo, ni a Nanni Moretti (y sí a Roberto Benigni), entre centenares de otras calamidades. La La Landno era ni de lejos la mejor película de Hollywood del año, pero al menos aportó por unos meses algunos instantes icónicos, con algo de potencia.

El gran cine, o el más perdurable, no suele entrar en la discusión de las ganadoras del Oscar: se lo compensa en general con algunas nominaciones testimoniales, premios honoríficos y, excepcionalmente, con los premios principales. Es muy significativo que las películas que suelen convertirse en "clásicos" según la propia ceremonia (ayer pasó con Volver al futuro, antes con las dos primeras Terminator) no sean casi nunca ganadoras del premio mayor (El padrino I y II, Rocky, Annie Hall, Contacto en Francia, El francotirador: excepciones que confirman la excepcionalidad de los setenta). Hollywood tiene cada vez más miedo de lo que hace mejor, y también culpa. Así las cosas, la ganadora de 2016, En primera plana, ya fue mayormente olvidada. Y las dos ganadoras de anteayer quedarán en la memoria no tanto por sus virtudes como por el error del sobre rojo.