9° Buzios Jazz & Blues Festival. 26, 27, 28 y 29 de julio. Buzios, Brasil
1 minuto de lectura'
Blues na praia
Boogie, fusión, psicodelia y reminiscencias hippies en la novena edición del ya clásico festival invernal de Buzios.
Estamos en pleno julio, y la gente goza alegremente del sol en la playa. Pero no es Europa, sino Buzios, a menos de 200 kilómetros de Río de Janeiro, donde las temperaturas, aun en invierno, difícilmente bajan de 26 grados. El mítico pueblo de pescadores descubierto por Brigitte Bardot en los 60, que se tornó meca hippie en los 70, es ahora una orgullosa ciudad turística de 30 mil habitantes, pero conserva cierto aire de paraíso perdido. La afluencia de turistas es constante, especialmente estos días en que brasileños y argentinos gozan sus vacaciones de invierno, y los europeos las de verano.
En ese contexto, los tres escenarios donde se desarrolla la novena edición del Buzios Jazz & Blues Festival suelen presentar un lleno total, más aun teniendo en cuenta que dos de ellos son gratuitos. Las noches del festival organizado por Mario Fernández, un exitoso empresario argentino que conserva de su pasado hippie un dedicado amor por la música, comienzan en la Praça Santos Dumont, continúan en Patio Havana, un coqueto pub para 200 personas decorado con fotos del Che y la Revolución Cubana, y finalizan en Chez Michou, una panquequería al aire libre, con una gran barra al costado y el escenario al fondo. Estos dos últimos (que pertenecen al grupo empresario de Fernández) están ubicados uno enfrente de otro en la Rua Das Pedras, principal calle comercial de Buzios; en Chez Michou, con el correr de las cervezas y caipirinhas, las noches alcanzan su pico de baile y desenfreno.
La programación, curada por Léo Gandelman, un gran saxofonista que subió a zapar con casi todos, haciendo gala de versatilidad y elegancia, combina artistas brasileños y norteamericanos con alguna presencia argentina, que en este caso estuvo dada por Memphis La Blusera, el único grupo que se presentó en dos oportunidades, en la Plaza y en Patio Havana; su show, con una imbatible lista de hits, gustó por igual a argentinos nostálgicos y brasileños asombrados con su particular versión de R&B criollo. Otero sigue siendo un cantante histriónico con gran manejo del escenario, el saxo de Emilio Villanueva aporta una bienvenida musicalidad jazzy, y el joven Lucas Seidler la cuota de polenta blusera con una guitarra punzante. Para "Mataderos blues" invitaron a Tubo, armoniquista argentino muy popular en Buzios. También reside hace años en Brasil el porteño Blas Rivera, un saxofonista que abrió el festival con versiones jazzeras de temas de Piazzolla, en una formación de cuarteto con piano, guitarra y violín.
La inagotable vitalidad de la música brasileña tuvo diversas muestras: Garrafieira, una banda numerosa que mezcla samba, baiao, bossa, pagode y jazz, en un cóctel muy bailable; Bossacucanova añade a esta mixtura bases electrónicas y una cantante formidable, y Funk Como Lé Gusta realiza una particular variante de funk salpicado de samba y soul, con cinco vientos bien al frente. Pero los que más se lucieron fueron dos artistas de larga trayectoria: Marcos Valle inventó el samba-jazz en los 60 y fue redescubierto en los 80 por DJs europeos. Desde su piano Fender Rhodes comandó una banda impecable, en un set en el que recorrió los hitos de su carrera, como "Samba de verão", "Os grilos" y "Violão enluarado", esta última una canción emblemática de las luchas contra la dictadura que emocionó a los más veteranos. El trío Azymuth viene de los 70, y sus músicos virtuosos son como una fusión del Zimbo Trio con Emerson Lake & Palmer y Chick Corea. Algo parecido, pero desde el lado norteamericano, realizó Bobby Lyle (un pianista cuyas credenciales van desde George Benson a Sly & the Family Stone), en una performance de jazz con altas dosis de funk y soul, también al frente de un trío.
Los grandes protagonistas del festival fueron dos violeros de blues, que pusieron una alta cuota de poderío eléctrico: el brasileño Big Joe Manfra cerró la noche del jueves al frente de su big band, brindando una performance arrasadora. Su guitarra virtuosa trae ecos de Stevie Ray Vaughan y Danny Gatton, y el repertorio –que recorre todas las variantes del blues–, incluyó clásicos de Led Zeppelin, Doors y James Brown, algunos realzados por la presencia de la cantante invitada Katryn, tan bella como afinada. Eric Gales fue un digno broche de oro para un festival con un nivel musical impecable: este violero de Memphis es lo más cercano que uno puede ver en 2006 al Jimi Hendrix circa Band of Gypsys, tanto por el blues teñido de rock psicodélico y R&B (que incluyó gloriosas versiones de "Red House" y "Little Wing"), como por sus cualidades de showman, con trucos como tocar slide con un porrón que chorrea cerveza y luego secar el mango de la guitarra con una toalla, ¡mientras sigue tocando! Alentados por el éxito obtenido, los organizadores ya se aprestan para celebrar en 2007 el décimo aniversario del festival, para el que prometen tirar la casa por la ventana.
1Mario Massaccesi: su curiosa “cartulina de los deseos”, los traumas de su infancia y su acto de “rebeldía amorosa”
2MasterChef Celebrity: el comentario de Wanda que dejó helada a Sofi Martínez
3La tajante decisión de Ginette Reynal con relación a su imagen y el elogio de una famosa
4Los guías de montaña que estuvieron con Christian Petersen aseguraron que no tuvo problemas de salud: qué dice el comunicado






