Fernando Bravo se juega otra vez por la TV
Desde hoy, a las 19, conducirá junto con Verónica Lozano "B*TV", un magazine con entretenimientos y hechos solidarios
Tal vez, toda la experiencia acumulada en 30 años de televisión toma forma un minuto antes de comenzar un nuevo ciclo. "Ahora sabés que no te jugás la suerte del programa en el primer gesto, en la primera palabra, que el partido hay que jugarlo completo", dice Fernando Bravo a poco de volver al ruedo con "B*TV-Nada malo puede pasar", un magazine que irá por Canal 13 de lunes a viernes, a las 19, a partir de hoy.
En un medio que devora sin piedad a sus figuras, durante los tres últimos decenios Bravo mantuvo su vigencia. Durante tanto tiempo, cambió, y pasó del estilo tradicional que crearon Antonio Carrizo y Cacho Fontana a otro, más desestructurado.
"Cuando hice "Veinte mujeres" se produjo una bisagra en mi carrera profesional. Hasta ese momento estaba con el molde de animador de televisión, siempre riendo y "vestido para la ocasión", como dice Serrat. En el 85 se murió mi mamá al comienzo del programa y a partir de ese momento sentí que el ser humano le iba ganando al profesional. Comencé a no contener mis emociones, a decirle a la gente qué me pasaba, a ser más permeable, y esto me hacía sentir mucho más cómodo y lograba una comunicación más profunda con la gente. Sentí que la gente me conocía más y el mensaje que yo dejaba era mucho más contundente, porque estaba rodeado de una autenticidad y de una sinceridad que en otros años no había tenido porque trabajaba con moldes del viejo animador de televisión."
De la "vieja escuela" mantiene cierto porte y el uso correcto del lenguaje. "No he llegado a aligerar mi idioma, porque eso no va conmigo", señala.
Un lugar para la gente
El subtítulo del nuevo programa ("nada malo puede pasar") remite a un envío que sólo apuesta a la diversión. Sin renegar de los juegos y entretenimientos, "B*TV" quiere mostrar hechos solidarios.
"Creo que hay gente que hace cosas muy buenas y que no aparece en lugares destacados. A lo mejor hay un hombre que tiene un comedor para 130 pibes en una villa, lo muestra el noticiero y mañana se olvidó. Nosotros queremos que ese tipo de gestos sean presentados como verdaderas estrellas de la vida", señala Bravo, y su descripción remite al segmento "Desfile de modelos", que hizo el año pasado Jorge Lanata.
"Nosotros vamos a trabajar esa línea y vamos a contar retratos de vida, le vamos a dar un tratamiento de gran producción." La productora independiente que hace "B*TV" es Promofilms, la misma que tiene en el aire "Sorpresa y media".
Los últimos diez años, Bravo fue una figura de Telefé, donde tuvo éxitos notables, como "Fer play" o "Siglo XX". En la comparación entre la forma de trabajo de ambos canales, Bravo dice que el 13 "es una empresa muy seria, tiene un organigrama de trabajo muy respetable y me estoy acoplando a una modalidad de trabajo diferente. Telefé tiene una modalidad más suelta, una mayor informalidad, que no quiere decir que falte seriedad". -¿El 13 lo contrata para mantener su target o para que captar al público de Telefé?
-El canal está apoyando un proyecto encabezado por un hombre de televisión, que ha hecho su trabajo con una cierta responsabilidad, pero me parece que no se pone en la balanza el hecho de que haya estado 9 años en Telefé. Me parece que soy un tipo que puede conducir este programa y que los públicos no difieren demasiado. A lo mejor, ese arrastre se da con otras figuras de un nivel muy diferente del mío.
-¿Por qué eligió a Verónica Lozano para compartir la conducción?
-Verónica me parece una persona inteligentísima. Incluso, queremos que en uno de los reportajes que ella va a hacer pueda desplegar sus conocimientos de psicología, un poco tomándolos en broma. Es una de esas chicas que piensa en cámara, eso es muy difícil. Cuando supimos que estaba sin proyectos y sin trabajo fuimos a buscarla, porque pensamos que es una indiscutida.
Más intuición que marketing
Fernando Bravo no cree en los programas "de laboratorio", esos que se hacen para llenar "una necesidad del mercado" sin mayor convicción. Eso no significa que desprecie toda la información que el marketing brinda sobre el comportamiento y gusto de la audiencia.
"No es una información para desperdiciar, pero tampoco soy un obsesivo. Creo que todavía desequilibra la intuición, el olfato, el hecho de dotar a un programa de los elementos necesarios para que la gente se vea reflejada. Si uno termina haciendo un producto de televisión mirando con obsesión la planilla de rating puede terminar haciendo un producto híbrido".
El conductor sí le presta atención al segmento de audiencia que tiene encendido su televisor a las 19, hora en que arranca "B*TV".
"Sabemos que tenemos que hacer un programa para un público que tiene de 22 años para arriba, porque esto marca el encendido, el público mayoritario", dice, y reconoce que se trata de la misma gente que ha crecido con él en los últimos 15 años.
"Ahora, si condicionara mi programa por este dato, podría fallar. Eso es lo peligroso. Creo que uno debe hacer un programa con convicciones, respetar la ideología y trabajar en profundidad. Creemos que nosotros podemos darle a la gente un espacio que no tiene en la tevé, profundicemos el gesto. Esa es mi ideología a la hora de plantear un programa".