
Tonny Iommi y Glenn Hughes
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Dos viejitos piolas y el mejor metal
No somos dignos. Tonny Iommi nunca tuvo la creatividad de Jimmy Page ni la destreza de Richie Blackmore. Incluso es por lejos quien menos evolucionó de los tres. Pero todo análisis se hace pedazos cuando se cuelga la SG y desata esas inconfundibles mareas de riffs. Satisfacción garantizada y a nadie se le ocurrirá pedir que le devuelvan su dinero.
En Fused, el guitarrista de Black Sabbath y virtual padre del heavy metal dosifica con sabiduría milenaria el legado de su banda de siempre, pasajes de hard rock y una producción impactante. Mientras centenares de jovenzuelos siguen jugando a calcar el sonido de Sabbath, Iommi respeta su pasado pero no renuncia a la contemporaneidad. La otra mitad de los aciertos de este disco le corresponden a Glenn Hughes.
El ex bajista y cantante Deep Purple (entre largos etcéteras) colorea las monolíticas construcciones de Iommi con cuidadas melodías vocales y una performance demoledora. A los 50 y pico, Hughes sigue siendo uno de los mejores cantantes del mundo. Ante la duda pueden chequear la maratónica y cambiante "I Go Insane"; el medio tiempo de Panzer de "Face Your Fear"; la veloz y ganchera "What You’re Living For"; el elástico riff de "Saviour of the Real" y su perfecta coda, "Resolution Song"; o la majestuosa "Grace".
Esta no es la primera vez que Iommi y Hughes trabajan juntos – Seventh Star (1985) y The Deep Sessions (2004)–, pero es por lejos la que alcanzó los mejores resultados. No somos dignos.




