Ante tanto show policial televisivo con muchas dudas y pocas certezas, recomendamos tres libros de los buenos; sumá tu propuesta
El caso Ángeles Rawson vuelve a dejar en evidencia que toda historia real puede ser vista desde varios ángulos. El primero y más evidente muestra a este crimen como una telenovela apasionante con todos los elementos propios del género: la víctima, los buenos, los malos, los abogados, los policías, los jueces y el sospechoso que, en lugar de ser un mayordomo, es un portero. Las horas y horas de programación son un despliegue de rumores que llegan por SMS, panelistas con mucho CSI encima y pocas certezas. Al igual a cualquier ficción que sostiene todos los interrogantes hasta el final, el caso es analizado como si se tratara de un espectáculo, tanto por programas de chimentos como por magazines televisivos de liviano rigor periodístico. El otro carril (el menos transitado por los medios de llegada masiva) intenta ir un poco más allá y con más prudencia, mientras aguarda resultados de pruebas, análisis y confirmaciones oficiales.
Quizás porque el camino más largo es el más difícil y no concuerda con la urgencia del móvil televisivo obligado a llenar minutos de aire con nada, el verdadero policial encuentra su mejor forma en el libro, más concreto, terminado y creíble que su versión diaria. Ya sea ficción o realidad, el consumidor voraz de historias policiales sabe apreciar que una historia bien contada y una escena bien descripta atrapan mucho más que imágenes explícitas y noticias urgentes. Así como El ángel negro, de Rodolfo Palacios, puede considerarse la versión definitiva de la historia de Carlos Robledo Puch y Operación Masacre, de Rodolfo Walsh, es la investigación concluyente sobre los fusilamientos de José León Suárez, existen muchos otros escritores que hacen lo propio, cada uno con su historia y estilo. Acá, tres buenas opciones que satisfacen la sed de morbo, sangre e intriga.
La misa del diablo – Miguel Prenz (Tusquets)
La noticia, fechada el 8 de octubre de 2006, decía que en la ciudad correntina de Mercedes apareció el cadáver decapitado de un chico de doce años. La cabeza de Ramoncito –así se llamaba, así le decían- estaba apoyada junto a su cuerpo semidesnudo, tirado en un matorral junto a las vías de un tren que desde hace años dejó de pasar. La investigación concluyó que se trató de un crimen ritual, pero el periodista Miguel Prenz supo que había algo más. La misa del diablo es una historia violenta y cruel, una crónica escrita con las tripas, de esas que obligan a quitar la vista de las páginas, tomar un respiro y luego seguir.
Dice Prenz: "Las historias policiales llaman la atención y son populares porque están atravesadas por grandes temas que tocan la fibra de cualquier ser humano y, por ende, atraviesan todas las clases sociales: vida, muerte, amor, odio. Ese interés se profundiza y agranda si recordamos la enseñanza que está implícita en todos los textos policiales de Rodolfo Walsh: todo policial es político, porque ocurre dentro de una clase o entre clases por razones concretas que nos obligan a reflexionar, no solo sobre un crimen puntual, sino sobre la naturaleza del sistema en que vivimos. De entrada, intuí que detrás de ese crimen había algo más grande. Durante los dos años y medio que seguí el tema a través de los medios, antes de viajar por primera vez a Corrientes, vi que todas las notas se movían dentro del cerco de la crónica amarilla más que roja: solo hablaban del homicidio y de sus características particulares (había ocurrido en el marco del ritual de una secta que mezclaba satanismo, religión afrobrasileña y otras creencias populares correntinas), pero no abrían el juego a las circunstancias que habían conducido a eso. Fue la monja Martha Pelloni, que vive hace años en Corrientes y lidera una red de lucha contra la trata de personas, quien rompió ese cerco en los medios con un relato que planteaba que detrás del crimen había corrupción institucional (judicial, policial y política), trata, narcotráfico y otras cuestiones que nada tenían que ver con lo religioso... o que, en realidad, usaban lo religioso como pantalla. Durante un tiempo pensé en escribir una crónica, pero cuando me metí de lleno en la historia, confirmé que había algo mucho más grande que sólo podía contarse en un libro: los rumores que hablaban de trata, narco y demás ganaban cada vez más entidad a medida que conocía la realidad de Mercedes y tenía acceso a todo el expediente judicial. Cuando vi esa trama enorme, en la que se entrelazaban, por un lado, el crimen y todo lo que lo rodeaba y, por el otro, la historia, el presente y el futuro de la sociedad donde había ocurrido, quise contarla".
La virgen en tus ojos - Florencia Etcheves (Planeta)
Gloriana Márquez, una chica bonita y rubia, aparece asesinada, y su mejor amiga es la principal sospechosa. Un policía como los de las películas, esos que son duros y obsesivos, se carga el caso al hombro y apuesta por la inocencia de Minerva Del Valle, la amiga de la mirada dura y fría. Hasta aquí pareciera que La Virgen en tus Ojos hablara del caso de Lucila Frend y Solange Grabenheimer, pero no. Los personajes de la primera novela de Florencia Etcheves forman un micromundo en el que conviven asesinos, víctimas, periodistas, cuervos, policías (buenos y malos), familiares y segundones. El tono que imprime Etcheves en la historia es cotidiano y callejero, como de quien conoce la jerga policial en todos sus vicios y virtudes, gracias a sus muchos años como especialista de casos policiales en TN.
Dice Etcheves: "El género policial atrajo siempre. Durante mucho tiempo los diarios lo escondían en el fondo de sus páginas. ‘Es un género menor’, decían. Todos lo leían, lo devoraban pero en silencio. Nadie quería hacerse cargo del morbo que todos, en mayor o menor medida, llevamos dentro. El tiempo fue pasando, y con la ayuda de las películas, las series americanas y las novelas policiales de grandes autores de la talla de un Capote, los policiales adquirieron el brillo tan buscado. Hoy, sin vergüenza, son tapa de los diarios y apertura de los noticieros. El público fascinado espía por la cerradura de la casa del asesino y del asesinado. El morbo tiene mala prensa, pero ya no escondemos nuestra pasión por el consumo de los policiales. La virgen en tus ojos es una novela puramente de ficción, que arranca con una mecánica de asesinato similar a la de un caso real. Me gusta ahondar en personajes femeninos que matan o mueren e imaginar el futuro y pasado de esas historias. ¿Qué pasa después de matar? ¿Qué pasó antes de morir? En mi novela intento responder esas preguntas, y sobre todo qué ocurre con un caso policial cuando las cámaras se apagan. Los personajes hablan mucho de mí; allí está mi abuela, mi madre, mis amigas y logré relatar por primera vez algo que me ocurrió y había quedado muy en el fondo de mi alma: el día en el que casi me muero. Usando a Minerva pude entender que escribir, cura".
Los crímenes de Moisés Ville – Javier Sinay (Tusquets)
¿Cómo se investiga un crimen ocurrido en el ocaso del siglo XIX, en un pobre páramo santafesino? Entre 1889 y 1906 en la colonia agrícola judía de Moisés Ville, 22 personas murieron asesinadas. La noticia llegó por casualidad a los ojos de Javier Sinay (autor también de Sangre joven, de la web de cultura negra/criminal elidentikit.com y colaborador de RS) y lo tocó en un punto especial: en aquella colonia vivió su bisabuelo, también periodista y el primero en recolectar información sobre aquellas víctimas. Los crímenes de Moisés Ville (se edita en septiembre) es una investigación en la que los asesinatos, el campo, los inmigrantes, el bisabuelo y la familia del autor son protagonistas.
Bajate el prefacio en PDF acá.
Dice Sinay: "El policial atrae porque interpela una fibra muy íntima de cualquier ser humano: la del hombre al límite. En las historias de crímenes hay hombres perseguidos, hombres que pelean por justicia, hombres en peligro, hombres en busca de venganza, hombres desesperados. Y eso, en mayor o menor medida, genera una identificación. Por otro lado, pienso que el policial vacío es morbo, mientras que el policial pleno de sentido es cultura. En ese sentido, hay varias historias del género que nos permiten hablar de otras cosas. Así, Los crímenes de Moisés Ville cuenta una veintena de asesinatos, pero desde ellos indaga en la génesis de la comunidad judeoargentina y en la del periodismo étnico porteño. A la vista del resultado final, me doy cuenta de que el germen de esa supuesta historia íntima derivó en un asunto de proporciones mucho mayores, sociales".
Por Leonardo Ferri
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