Lanata: "En 678 no tienen nivel profesional para recibirme"
Mientras negocia con América un posible regreso, el periodista habló con LA NACION sobre el llamado "periodismo militante", el rating y Marcelo Tinelli
Nunca abandonó la televisión. Aunque los canales de aire no lo tengan de conductor desde hace años, Jorge Lanata viaja por el mundo para realizar dos miniseries documentales para la pantalla chica y, en sus intervalos en el país, siempre es invitado a distintos ciclos. Política nacional e internacional, espectáculos, medios, periodismo: el creador de Página/12 y Crítica habla de cualquier tema sin tapujos y, por eso, como él mismo remarca, sus apariciones "miden bastante" en términos de rating. Y como esos números lo miman, los canales también. Por eso, América lo está tentando para tenerlo de nuevo en su grilla, aunque están en pleno proceso de negociaciones, por lo que todavía no se anima a hablar de un regreso que, aún sin estar confirmado, ya está en boca de todos.
"En algún punto somos un error de sistema, nos dejan estar un tiempo y después nos sacan", grafica Lanata a LA NACION cuando habla de los periodistas independientes y su ambivalente relación con la pantalla chica. "A mí me sacaron muchas veces de la televisión y me dieron once Martín Fierro: es la misma industria que te saca y que te premia", individualiza.
Su salida de América tiene que ver con eso. La historia es conocida: el presidente del canal, Carlos Avila, le recomendó tener una conversación con Néstor Kirchner, entonces presidente. Fue una charla cordial, pero sin condescendencias. Al día siguiente, y sin explicaciones, se canceló el contrato que lo unía a la empresa por dos años más. Hoy, Lanata lo recuerda como un hecho inevitable e impredecible, y dice que por eso no llevará el tema a la mesa de negociaciones actuales.
"Es la misma industria televisiva la que te saca y te premia"
El periodista, que se despidió de la conducción de programas políticos el año pasado tras la segunda temporada de Después de todo en Canal 26, desmiente la creencia popular que sostiene que este tipo de ciclos no suman televidentes: "Si no hay programas políticos no es por la medición, es por la presión del Gobierno en los canales", asegura, sin dudarlo. El se propone ser de las pocas excepciones a esa carencia en la programación, y volver al ruedo con un formato similar al recordado Día D, después de estar un año recorriendo el mundo con la grabación de dos miniseries documentales de alta calidad: BRIC, sobre los países emergentes, y 26 para salvar el mundo.
Lanata aclara, aunque no es necesario, que le gustaría "tener a todos, gente del Gobierno y de la oposición" en su programa. Incluso, con el clima electoral que se recalienta camino a octubre, no descarta la posibilidad de entrevistar a la Presidenta. "Estaría buenísimo", dice, y considera que después de los traspiés electorales en la Capital Federal y Santa Fe, "en el Gobierno se dieron cuenta que tienen que cambiar un poco su discurso".
Al hablar del oficialismo y de los medios, surge inevitablemente el término "periodismo militante", y su referente en la TV Pública, el programa ultraoficialista 678, producido por Diego Gvirtz, con quien Lanata tuvo sendos y fortísimos cruces. "No iría a 678, me parece propaganda, no parece periodístico", responde el creador de Crítica incluso antes de que se le termine de formular la pregunta sobre una posible asistencia al ciclo. Después de adelantar que lo que sigue "va a sonar fuerte", dispara: "No creo que ninguno de ellos [los integrantes de 678] tenga nivel profesional para recibirme".
En ese sentido, sentencia que "los periodistas no tendríamos que participar en política". En cambio, remarca que la situación es distinta cuando se trata de actores o músicos (con la polémica por los dichos de Fito Páez aún en el candelero): "Un artista puede estar donde se le ocurra, el problema es cuando interfiere en su profesión; si mete su ideología en su trabajo, está equivocado".
Homenaje de Gvirtz a Lanata, en épocas de amistad
La televisión según Lanata
Todavía lejos de la rutina de la televisión de aire, Lanata da su definición sobre la industria: "Es un delirio por el rating". Eso mismo dijo el sábado pasado, cuando visitó el programa de Nicolás Repetto, en el ojo de la tormenta por el rendimiento de su programa, que supera los diez puntos de rating pero queda detrás de las apuestas de Ideas del Sur en El Trece. "Hay como un ensañamiento con Repetto que es totalmente injusto, porque los que lo critican no miden ni la tercera parte de lo que él mide", remarca, respecto sobre las críticas que despertó el conductor de Sábado Bus, como Jorge Rial y Roberto Pettinato en el último tiempo. "Hay programas y públicos para todos. Repetto mide 12, 13 puntos, y eso es una muy buena medición", agrega, y demuestra que, a pesar de no sentirse influenciado por esos números, está claramente atento.
"A veces
"No me parece normal que todos los programas tengan que tener treinta puntos. Eso te lleva a hacer un montón de cosas, a cometer equivocaciones, y grandes", opina, y reconoce que "en realidad hay un solo programa que mide eso: ShowMatch ". " Marcelo [Tinelli] está muy bien como conductor, muy suelto", elogia quien confiesa ver "cada tanto" el ciclo y comienza a cuestionarlo a cuentagotas. "A veces se zarpa demasiado porque no termina de encontrar el límite del reality; termina siendo vergonzoso por momentos", observa. En ese sentido, enfatiza que "hay cosas que no tendría que televisar", como el traslado al hospital de Rocío Guirao Díaz, después de que la modelo se desvaneciera en pleno "Bailando por un sueño". "Esas cosas se podrían evitar, no agregan nada al show, lo vuelven morboso", reflexiona. Pero allí no terminan las críticas, y consigue un nuevo blanco: los ciclos que arman su programación en torno a ShowMatch: "Hay mucho programa de recopilación. En la Argentina eso no es ilegal, pero más allá de eso, está mal. Hay que trabajar para hacer televisión, no aprovechar el trabajo ajeno. Parece que la televisión se ha transformado en una tribuna de crítica y dejó de tener hacedores", expresa.
Filoso como siempre, Jorge Lanata confirma que no se calla nada.
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