
Dos chilenas aerodinámicas y un cantante japonés
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Para entrar en el universo de Lulú Jam! es necesario revisar las fichas de las voces a cargo. Sofía Oportot fue parte del quinteto vocal Canción de Amor Desea Verle, bailó en Panoramix y es la chica elástica de la carátula del disco Polarizado, de Marciano. Acompañada por un pato llamado Atún, su socia Pía Cichero encarnó la belleza alternativa e ingenua en Mekano, desde donde emigró a Vía directa, de la señal de cable Vía X. el tercer involucrado se llama Takaomi Saito, un silencioso ingeniero japonés que vive en Chile desde hace cuatro años. Detrás de las máquinas, Gabriel Vigliensoni (ex Lucybell, actual Los Mismos) ejerce de productor. El trío promesa del pop transgénico habla de su álbum debut, Corazón caliente, y reconoce la tibia recepción inicial de su primer single, "Bombombéame", en radio y televisión.
Ustedes caen en un terreno entre lo alternativo y lo comercial; una tierra de nadie. ¿Qué reacciones esperan de nuestra elitista escena electrónica?
pia: Más que buscar por ahí, yo pensaría en el lado pop y lúdico de Lulú Jam! Es algo entretenido, es un juego de niños. No habría que segmentarse tanto como el resto de los grupos electrónicos. Nosotros somos como pelusones, como "¡chiquillos, aquí llegó la fiesta, vamos al carrete!".
¿Se sienten en una cruzada?
sofia: Yo sí, porque tenemos una misión. Sé que aquí la gente es súper prejuiciosa con la música pop, pero quizá podemos ayudar a que lo sea un poco menos y ya estoy feliz. Hay que buscar otras vías y es súper importante en ese sentido tener una puesta en escena más interesante. Respeto todo tipo de bandas, que salen a tocar con la polera con la que andaban comprando pan en la esquina. Esa es una propuesta, pero la nuestra es otra.
pia: Estamos preparados para todo tipo de prejuicios. Nosotros sabemos que esto suena distinto y que quizás al público le va a parecer extraño, pero a la larga queremos que la gente se sienta identificada con lo que buscamos expresar. Es una misión complicada cuando en un mercado no existe nada parecido a Lulú Jam! Ser precursores, en cierto modo, es difícil. Tenís que luchar para dejar bien puesto al grupo y jamás cambiar la imagen, para que la gente mantenga su primera impresión.
La búsqueda de credibilidad es el gran desafío...
pia: Lo que ves es lo que hay. Nosotros no somos ninguna creación de ningún canal ni de ningún músico; nos creamos a nosotros mismos, estamos sacando todo afuera. Yo me fui de Mekano a trabajar a Vía X: necesito credibilidad para que la gente de verdad entienda que yo antes de entrar a Mekano estaba trabajando en Lulú Jam! Es un proceso creativo de mucho tiempo. Sería bueno que la gente viera nuestro show completo: el 50 por ciento es nuestra música y nuestras letras, pero el otro 50 por ciento, que es muy importante, son las coreografías. Nosotros somos un grupo coreográfico- vocal.
¿No temen que la estética opaque sus logros musicales?
sofia: Eso es imposible porque Gabriel [Vigliensoni] es demasiado seco. Y nosotros no somos tanto, pero hemos logrado, después de un año trabajando, un nivel musical que sustenta al grupo. Absolutamente.




