
Mientras se estaba yendo
Van Sant recrea en Los últimos días , el final de Kurt Cobain
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Los últimos días (Last Days) es una muy libre reconstrucción del trágico final de ese ícono del rock que fue Kurt Cobain, a cargo de uno de los directores más talentosos y personales del cine contemporáneo: el norteamericano Gus Van Sant. Tras su paso por el Festival de Cannes de 2005 y su exhibición en la edición 2006 del Bafici porteño, esta producción original de HBO fue lanzada el miércoles último en DVD por parte del sello AVH.
Tal como había ocurrido en 2003 con Elefante, su provocativo acercamiento a la masacre escolar de Columbine que ganó la Palma de Oro, y como volvió a suceder este año con Paranoid Park, su acercamiento al mundo de los skaters a través de un hecho policial, con Los últimos días Van Sant generó acalorados debates entre la crítica internacional acreditada en Cannes.
En el caso de Los últimos días, Van Sant construyó un film radical y arriesgado, que ofrece una mirada desencantada (no brinda explicaciones ni hace juicios morales) y se aleja por completo de la exaltación elegíaca o de la demonización del hoy mítico líder del grupo Nirvana, que, como se sostiene en un diálogo de la propia película, “encarna todos los clisés del rock”.
Retrato de un mito
Michael Pitt, en una caracterización consagratoria, interpreta a Blake (por problemas de derechos no se pudo utilizar el nombre de Cobain ni sus canciones), un músico de Seattle que deambula por los bosques, los pantanos y las cascadas de la zona de Portland, casi arrastrándose y diciendo frases incoherentes. Como un zombi poseído, como un fantasma a punto de desaparecer, el desorbitado antihéroe pasa las últimas horas del título encerrado en una casona señorial de campo, cocinando cualquier cosa, aporreando su guitarra y la batería, atendiendo a patéticos vendedores ambulantes y a evangelistas, evitando a managers y a empresarios que intentan devolverlo a una clínica de rehabilitación, mientras a su alrededor supuestos amigos prácticamente lo ignoran, más interesados en las drogas, las fiestas y el sexo.
Es probable que Los últimos días frustre a los seguidores de este artista, que se suicidó en abril de 1994 (aunque hay decenas de investigaciones, libros y documentales que aseguran que fue asesinado), porque –más allá de que recrea con justeza la debacle personal y el suicidio del cantante– surge más como una mirada existencialista y hasta poética que un documentado relato biográfico-musical.
Para filmar Los últimos días, Van Sant contó con notables actores (Michael Pitt, Lukas Haas, Asia Argento, Scott Green, Harmony Korine, Nicole Vicius y Ricky Jay) y con Thurston Moore y Kim Gordon (la dupla creativa del grupo Sonic Youth), quienes tuvieron una activa participación en la producción como consultor musical y actriz, respectivamente.
El director de Mi mundo privado y Todo por un sueño eludió en las entrevistas (y, por supuesto, también en el film) toda explicación tranquilizadora sobre su visión de Cobain. “Puedo hablar de lo que se ve en pantalla. Sería muy fácil decir que el suicidio fue una forma de escape. Su muerte fue el resultado de todo lo que ocurrió antes. Me interesaba mostrar a un hombre que se va yendo, que intenta ingresar en un espacio que está fuera de su propia vida.”
Película rigurosa y austera, pero al mismo tiempo lírica y muy personal, Los últimos días no parece destinada al mundillo del rock sino a aquellos espectadores con capacidad para la ensoñación, para disfrutar de climas por momentos ominosos pero, en definitiva, cautivantes.
La edición local en DVD incluye varios extras, como dos documentales con el detrás de escena (28 minutos en total), el video musical del tema “Happy Song”, interpretado por el grupo Pagoda, y una escena eliminada de 8 minutos.





