
De José Ovejero
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Ellas viajan solas
José Ovejero , escritor conocido por sus novelas de viaje, nos revela en este libro la travesía que emprenden las mujeres al viajar solas.
El sueño de muchos es recorrer el mundo, hospedarse en lujosos hoteles, comer en los restaurantes más famosos de París, Tokio o Nueva York, comprar ropa en Harrod’s o Bloomingdale’s; el de otros es recorrer sitios perdidos, exóticos, conocer cómo viven los habitantes de una aldea en Africa o escaparse a las hermosas playas del Pacífico. Estos dos tipos de viaje son completamente disímiles entre sí, aunque tienen un punto de partida en común: escapar.
La mayoría de los viajeros buscan escaparse para descansar, otros buscan otro tipo de escape, tal vez uno un poco más filosófico, porque salen a buscar algo distinto a una tediosa realidad que nos les satisface.
Muchos de los personajes de las historias de Mujeres que viajan solas, del español José Ovejero –nació en Madrid de 1958, es conocido también por sus libros Un mal año para Miki [Ediciones B, 2003] y China para hipocondríacos que fue ganador del Premio Viajeros en 1998–, tienen esta percepción romántica de la idea de viajar. Otras, sin embargo, parten con esta idea, pero la realidad que encuentran es otra y terminan involucradas con personas que las quieren robar e inclusive alguna termina asesinada en Ciudad de México. Esto ocurre en el cuento “Los compañeros de viaje”, donde una pareja de viajeros se hace amigos de otra y van juntos a la capital mexicana. Carlos y María Elena, estando en unas ruinas mayas, conocen a los españoles Elías y Patricia; Carlos invita a la pareja a que pasen unos días en Ciudad de México, ofreciéndoles su casa de hospedaje, y aunque Patricia no se sentía tranquila con la inseguridad de la ciudad, aceptan irse con ellos. Una noche, después de tomar unos tragos, Carlos y Patricia los sorprenden y asesinan, primero a Elías y luego a su esposa.
No todas las historias terminan así: en “Paraísos artificiales”, una pareja de alemanes que viaja a Madagascar busca a un viejo para que les organice el recorrido hasta Manakara, pero éste les advierte que no lo deberían hacer por los peligros que corren y les propone ir a las hermosas playas que ofrece el país; sin embargo la esposa de Werner demuestra obstinadamente sus ganas de ir a Manakara y reta al viejo, se muestra como una mujer determinada, que no es cobarde y cumple con su palabra. En otras historias hay mujeres que dudan sobre cada movimiento que hacen [“Última llamada”], otras sólo se dejan llevar [“Las cucarachas”] por los acontecimientos que ocurren a su alrededor y por los personajes que conocen.
José Ovejero describe una amplia gama de mujeres que viajan solas, así estén acompañadas de otras o de otros, son mujeres solas que emprenden recorridos por ciudades extrañas esperando encontrar un mundo que llene el vacío en sus vidas, un viaje que les revele una nueva identidad. Desafortunadamente ni mil viajes cambian nuestra vida, porque un viaje sólo muta su paisaje, no lo que somos por dentro.






