
El minimalismo: crónica de una reacción musical
La corriente surgió por oposición a las complejidades alcanzadas por los serialistas Glass fue uno de los exponentes de este estilo, nacido en los Estados Unidos en la década del 60
1 minuto de lectura'
A mediados de la década 60, Philipp Glass, como muchos jóvenes compositores norteamericanos que andaban por los veintipico decidieron romper lanzas con la música que los Europeos pretendían imponer como dogma en todo Occidente.
Eran los tiempos del movimiento serial, una música de complejísima y coherente escritura, pero que había llevado al límite la capacidad del oyente para aprehender el discurso musical.
El minimalismo nació, entonces, como una reacción que llevó a los norteamericanos a las antípodas de lo que pregonaban los gurúes del viejo continente, como Pierre Boulez, Karlheinz Stockhausen o Luciano Berio.
Contra el cambio constante de las obras seriales, los norteamericanos apelaron a la repetición obsesiva y los mínimos cambios, en búsqueda de otro tipo de percepción. En algunos casos, esta búsqueda se acercaba a la influyente cultura zen, que había desembarcado con toda su fuerza en los Estados Unidos (Cage, Riley). En otros, la salida se encontró en músicas no occidentales: Reich en la música africana y Glass en su encuentro con el hindú Ravi Shankar, ocurrido en París en 1971.
El minimalismo ortodoxo pecó en su momento de un cierto carácter didáctico. Por eso, desde los 80, los minimalistas abrieron el juego a estructuras más vivas. En el caso de Glass, su apertura lo llevó a las artes performáticas: tanto el teatro como la ópera, el ballet y el cine fueron y son objeto de su interés.




