
Juglar murguero de Buenos Aires
Recital del autor, compositor y cantor Ariel Prat. Presentación del disco Negro y murguero . Con la participación de Nano Campoliete (guitarras, dirección, arreglos corales y acordeón), Miguel Suárez (bajo, percusión, coros y voz), Alejandro Caraballo (bombo de murga y percusión), Esteban Buazzo (percusión), Gachi Soler (clarinete), Leandro Merli (coros) y Marcelo Fernández (flauta travesera). El viernes, en el teatro IFT.
Nuestra opinión: muy bueno
La murga camina. Claro que sí. Un vistazo a las estadísticas de la cantidad de agrupaciones que salieron en los carnavales porteños durante los últimos años da cuenta de esto. Pero si alguien tiene dudas, se puede escuchar a músicos como Ariel Prat, que se encargan de reafirmar o, seguramente, de dejar testimonio de esa murga que camina. Lo hace con la música que ha venido creando en los últimos quince años (aunque sus últimas producciones tienen más que ver con este tema) y con shows como el de anteanoche, en el que presentó su nuevo CD, Negro y murguero . Casualmente, "La murga camina" se llama el primer tema del CD, y fue el que Prat usó para comenzar su recital.
Es que la murga es un género cuyos adeptos suelen hacer un culto y autorreferencia. Así lo demuestra la tradición murguista uruguaya y la recuperación argentina de un género tantas veces menospreciado y durante tantos años censurado con las prohibiciones del carnaval.
Otro de los signos de estos tiempos es la vindicación de las raíces negras existentes en la cultura rioplatense. Así se llega rápidamente al título del disco de Prat y a las canciones ahí contenidas ("El negro Bamba", "Charol", "Te duele negro" y "Rumba y tres saltos" o "La murga camina").
La música de este juglar entra en la regla de la autorreferencia y la vindicación, pero también tiene muchas excepciones. Es decir: la posibilidad de contar historias que no necesariamente hacen referencia explícita a los murgueros, desde la estética de la murga (y desde los lazos que se fueron trazando no de manera caprichosa ni forzada con el tango, el candombe o la milonga).
Algunos ejemplos. "El zurdito", en el que se refiere a su vida y a la del futbolista Lionel Messi, o "Rumba y tres saltos" donde el entorno murguero no es escenario excluyente para contar una historia de romance entre dos (porteña, ella; oriental, él) a los que separa el gran charco del Plata. Se conocieron gracias a la murga, pero hubieran podido conocerse en un recital de La Vela Puerca o La Bersuit.
Otro momento destacado de la producción discográfica es "Bailaba Delia", una milonga con arreglos de música campera que también durante el show marcó un punto de ruptura. Fue el momento más intimista de la noche, solo de guitarra y voz, que sirvió para dar un matiz de contraste con el final festivo que el músico tenía preparado con temas de sus reciente CD y del anterior, Los trasplantados de Madrid .
El protagonista estuvo acompañado por una cantidad y variedad de instrumentos apta para lo que necesitaba. Allí, la percusión y el bombo murguero fueron una muy buena base para su trabajo. Como puntos flojos hay que mencionar la emisión vocal de Prat, que a veces perdió precisión en los finales de las frases, y la falta de cierto entrenamiento que le permitiera bailar en medio de un tema y seguir cantando sin tener la respiración agitada.
A favor del juglar hay que señalar esos momentos de fervor e intensidad que ofreció con su banda en temas como "Te duele negro" y en el cancionero murguero que guardó para su retirada y el bis.






