Tras siete años de su último show en el país, la cantante dio el primero de los dos conciertos que tiene pautados en Buenos Aires y revivió su era pop
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Katy Perry es un ícono del pop global. La cantante regresó a la Argentina en el marco de The Lifetimes Tour, para celebrar junto a sus fans más de una década de canciones que se convirtieron en nuevos clásicos de la cultura pop y que anoche en el Movistar Arena brillaron con la misma intensidad con la que conquistaron los rankings hace 15 años.
En el público había tantos fanáticos de entre 15 y 24 años como de entre 25 y 40 años, lo que confirma que sus canciones abrazan a más de una generación.
A las 21.30, la cantante norteamericana dio inicio al primero de los seis bloques temáticos -una tendencia que impuso Madonna hace tiempo y que replicaron con los años desde Lady Gaga hasta Taylor Swift con sus eras– que presentó en su show. Perry emergió desde el centro de una plataforma circular y envuelta en una estética futurista interpretó “Artificial” y le dio la bienvenida a su público bajo el grito de “Argentinaaaaaaa”. Le siguieron “Chained to the Rhythm”, “Teary Eyes” y para cuando cantó “Dark Horse”, el volumen de los gritos y de la ovación ya había crecido a niveles desenfrenados.
La segunda parte del show, que vino acompañada de un cambio de vestuario, se lució con un recorrido por las canciones que la convirtieron en ícono mundial. Desde sus primeros éxitos como “I Kissed a Girl” y “Hot N Cold” hasta himnos generacionales como “Teenage Dream”, “Woman´s World" y “California Gurls”. El set lo cerró con “Last Friday Night (T.G.I.F.)” y le regaló al público un simpático momento: agarró un celular de un fanático del campo delantero, se filmó, sacó una selfie y se lo devolvió. “How are you, Argentina? Woow, I think, I know that my heart is in Buenos Aires” [¿Cómo estás Argentina? ¡Wow! Creo...sé que mi corazón está en Buenos Aires], expresó para alegría de los presentes.
El tercer momento de la noche impactó con una escenografía flotante que incluía a dos flores gigantes inflables y grises y a otras dos que colgaban desde el techo del escenario. Katy Perry desplegó toda su potencia vocal en “Nirvana”, “Crush”, “I’m his, he´s Mine" y en “Wide Awake”, donde también se destacó la destreza de los ocho bailarines que la escoltaban en todo momento.
Uno de los momentos más celebrados del show llegó con el cuarto set. Desde el público alguien le alcanzó una camiseta de Argentina que sin titubear Perry levantó y enseguida entonó algunas frases de "Don´t Cry for me Argentina" [“No llores por mi Argentina”]. El guiño a Eva Perón es el segundo de la cantante en lo que va de su estadía en el país, ya que el lunes exhibió con sus manos en alto un cuadro de la política y actriz argentina. Una vez que los aplausos mermaron, la artista redobló la apuesta y bromeó: “No le digan nada a los brasileños, se van a enojar, que no se enteren”. Katy Perry se presentará en el país vecino el 14, 16 y 19 de este mes.
Tras el divertido e inesperado intercambio, la artista hizo algunas concesiones e invitó al público a participar de una propuesta interactiva. Al mejor estilo “Elige tu propia aventura”, un QR se proyectó en las pantallas y la audiencia podía votar qué canción quería que Perry interpretara entre seis opciones del álbum Smile. Una vez cerrada la “votación” eligió a dos fans de entre público para que la acompañaran en el escenario. Allí, Guadalupe, de Buenos Aires, y Julián, de Mendoza, subieron y emocionados cantaron junto a Perry. Mientras que Guadalupe le aseguró que cantar con ella era su “sueño”, el fanático mendocino conmovió a la diva al contarle que la última vez que había ido a verla estaba atravesando un cáncer y que ahora en esta nueva visita de Perry al país celebraba haber superado la enfermedad.
El quinto momento de la noche, y ya llegando hacia el final, sorprendió con una propuesta muy futurista y con una Katy Perry lookeada como una guerrera de otro planeta y que acompañó con un espada de láser rojo para interpretar “E.T.”, “Part of Me” y “Rise”. El set cautivó no sólo por el talento vocal de la artista sino también por las impactantes coreografías con acrobacias de los bailarines.
El último set hizo estallar la energía del predio de la mano del explosivo “Roar” -que marcó una década-, “Daisies”, y “Lifetimes”. Para un cierre tan festivo como colorido, la artista optó por uno de sus más grandes himnos pop, “Firework”, que fue acompañado por papelitos de colores que volaron por los aires a lo largo del escenario y del campo.
A lo largo de casi dos horas de show, Perry interpretó 25 canciones de un repertorio variado en el que recorrió más de 15 años de carrera y reafirmó su lugar como una artista que trasciende generaciones.
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