Hernán Chiozza: "Estuve con Covid y en terapia intensiva, pero lo peor es el aislamiento"
Hernán Chiozza estuvo internado durante dos semanas con Covid-19. Tuvo neumonía, fiebre alta y ya está en su casa, aún recuperándose y acompañado de su familia. En diálogo con LA NACION, el locutor, conductor y actor cuenta en detalle cómo fueron sus días tras que le detectaran coronavirus. "Tengo 54 años y no soy paciente de riesgo, pero me agarró fuerte y se complicó con neumonía. Fue muy duro. Fue horrible estar internado y tener 39 de fiebre durante muchos días", relata Chiozza.
-¿Cómo te contagiaste?
-No tengo idea, porque estoy encerrado en casa desde el 20 de marzo. Estoy con mi mujer y mi hijo y nunca vimos a nadie más. Dicen que los contagios se dan si tenés contacto estrecho con alguien durante más de 15 minutos. Y yo no lo tuve. Solo salgo para hacer alguna compra. Así que me imagino que el virus estaba en alguna barandita, la toqué, me llevé la mano a la nariz y me contagié.
-¿Qué síntomas tuviste?
-El 20 de julio llamamos al médico, vino y se activó el protocolo Covid. Seis días antes empecé con fiebre, baja al principio, y tomaba paracetamol. Cuatro días antes de que viniera el médico, la fiebre ya era de 39 grados, sobre todo a la noche. La venía pateando por miedo a que pasara todo lo que finalmente pasó después. Quizá, si hubiese llamado el primer o segundo día, la cosa hubiera sido diferente. No lo hice porque mi mujer, unos días antes, también había tenido fiebre. Ella hizo una video consulta y le dijeron que tenía que tener tres días consecutivos de 37,5, por lo menos, para llamar a un médico. Fue un malestar gripal que se le pasó. Casi pegado empecé yo y asocié que también era un malestar gripal.
-Pero era Covid-19...
-Si. Cuando vino el médico le conté lo que me pasaba, me tomó la saturación en sangre y estaba al límite. Esperó un poco, y me volvió a medir. Ya llevaba seis días con fiebre, cuatro con fiebre alta y activó el protocolo Covid. A las horas vino a buscarme una ambulancia de mi prepaga y ahí empezó el aislamiento. Más allá de la fiebre no tenía ningún otro síntoma Quizá me faltaba un poco de gusto pero estaba congestionado y todo era un poco confuso. Me llevaron al Centro Medicus Azcuénaga. Primero fui a un consultorio donde había un teléfono y un cartelito que decía que esperara y que me iban a llamar. Al ratito me llamó un médico que me hizo un montón de preguntas. Yo estaba con miedo, con una sensación rara y en un momento me descompuse, empecé a transpirar, estaba tensionado, agitado, me agarró una fobia, sentía que me desmayaba. Supongo que me agarró una especie de ataque de pánico. Era algo psicológico y poco a poco se me fue pasando, y me recuperé. Después me hicieron el hisopado, algo horrible; una tomografía computada y laboratorio. Vinieron a buscarme, parecían una especie de astronautas. La tomografía dio que tenía cristalizaciones en los pulmones compatibles con Covid. El resultado del hisopado fue positivo, aunque estuvo más tarde. Estuve seis días internado ahí, tomando paracetamol para la fiebre y corticoides para los pulmones.
-Pero tu estado de salud empeoró, ¿no?
-Sí. Ya había pasado seis días en casa, más seis internado pero no mejoraba y estaba empezando a tener dificultad para respirar y me agitaba cuando hablaba. Me hicieron una segunda tomografía y dio que había avanzado el Covid. Decidieron entonces pasarme a cuidados intensivos y me llevaron al Otamendi, el lunes 27. Ahí me sentía más seguro, porque estaba aislado pero en una habitación con vidrios por todos lados, contenido de otra manera. Estuve dos días con suero, me pusieron potasio también, me controlaron mucho y me bajó la fiebre. Y me imagino que el virus estaba cumpliendo su proceso. Durante algunos días tuve canulitas de oxigeno en la nariz. Poco a poco fui mejorando, estuve dos días sin fiebre y me pasaron a una habitación común. La premisa era que después de 48 horas de no tener temperatura me daban el alta. Pasaron esos dos días pero esa noche volví a tener temperatura alta. Me dijeron que ya no tenía el virus, pero no sabían por qué había levantado fiebre. Me hicieron un análisis súper completo y dio todo bien, así que supusieron que eran coletazos de la neumonía. Volvimos a esperar 48 horas y, ya sin fiebre, me dieron el alta. No te hacen un segundo hisopado porque, según parece, el protocolo cambió y una vez que se cumplen los 14 días y ya no tenés fiebre, te dan el alta. Volví a casa el lunes 3 de agosto, a la mañana.
-¿Qué pensaste cuando pasaban los días y empeorabas?
-No tuve temor a morir pero no sabés si no se va a disparar para ese lado. Nunca focalicé ahí, de todos modos. Si sos hipocondríaco es muy fácil desviar la mente para ese lugar porque el bicho lo tenés y hay gente que se muere. Cuando me dijeron que había empeorado me dio miedo porque no sabés si seguís empeorando y la situación es irreversible. La idea de la gravedad y la muerte están. Pero lo peor es el aislamiento. Me sentí muy mal casi todo el tiempo, aislado, solo, con mucha fiebre. El aislamiento no te entra en la cabeza. Leés sobre eso y creés entenderlo, pero cuando te pasa es durísimo. Te dejan el teléfono y eso me salvó así que cuando podía hacíamos videollamadas con mi familia, nos mandábamos mensajes. Claro que en los momentos complicados no tenés ganas de nada. Y quiero contar que todas las enfermeras con las que hablé tuvieron Covid y volvieron a trabajar, y lo hacen desde la mañana temprano hasta la noche tarde. Por eso parecen astronautas, porque se cuidan todo lo que pueden.
-¿Tu familia se contagió?
-No tuvieron Covid pero fue duro porque quedaron aislados desde que yo me fui. Así que mi mujer y mi hijo quedaron solos, con la ayuda de los vecinos que le dejaban la comida en la puerta. Veníamos de estar encerrados por la cuarentena. Es una situación traumática.
-¿Cómo fue el reencuentro con tu familia?
-El reencuentro fue hermoso. Estábamos emocionados. Me fue a buscar mi mujer en un taxi, nos abrazamos y lloramos un largo rato. Pensá que cuando me llevó la ambulancia, mi hijo estaba dormido así que cuando se despertó yo ya no estaba. Cuando me sentía mejor, jugábamos a unos juegos de realidad aumentada en Facebook. Ya pasó, ahora a seguir trabajando en mi academia de doblaje, y mis clases en el Instituto ISEC y en la Universidad Abierta Interamericana, y haciendo doblajes.
-¿Vas a donar plasma?
-Sí, pero tengo que esperar un poco para terminar de recuperarme. Lo pensé desde que supe que estaba infectado y le pregunté al médico. Podré donar en un mes, seguramente. Primero tengo que recuperar la zona pulmonar y en un mes me hacen otros estudios. Siento que lo que me tenía que pasar ya me pasó y ya no tengo miedo. Pero claro que me voy a cuidar. Con respecto al Covid, soy Superman (ríe). Me dijeron que no se repita el Covid en una misma persona. Veremos.
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