Ingrid Grudke: por qué se siente una “novia fugitiva” y el motivo por el que sigue vinculada a su ex, pese a la traición
La modelo se recuperó de la dolorosa separación de su ex, pero todavía tiene cuestiones pendientes que le impiden romper el lazo definitivamente
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Después de muchos meses, Ingrid Grudke volvió a recuperar la sonrisa. Hacia finales del año pasado sufrió la traición de su entonces novio, Martín Colantonio, que la engañó con su sobrina política, y el mundo se le vino abajo. Con el amor y la contención de su familia y sus amigos, la modelo volvió al ruedo y el fin de semana desfiló en un evento que se llevó a cabo en el Hotel Hilton de Puerto Madero.
“Hace muchos años que soy imagen de esta marca, que presentó un producto nuevo, ecológico y con un montón de propiedades para el pelo. Y bailé un tango también”, cuenta entusiasmada Ingrid, que ensayó durante un mes con el bailarín Marcos Ayala para mostrar su destreza en la pasarela. “No tengo formación en el baile, pero me gusta prepararme y darle lo mejor al público, al que respeto mucho después de trabajar 30 años en el medio”, le detalla Grudke a LA NACION. Durante la charla, también cuenta viaja a Japón a estudiar el idioma, que posiblemente haga teatro en verano y que en el 2026 va a participar del Fit Model, una categoría del torneo internacional que organiza Arnold Schwarzenegger. Además, abrió su corazón y dijo que ya pudo dar vuelta la página luego de los dolorosos momentos que vivió al enterarse de la infidelidad de su ex.

-Luciste tres vestidos de novia en el desfile…
-Siempre me visten de novia. No sé… Les gusta verme de novia.
-¿Y vos qué sentís?
-Ya lo tomo como un trabajo porque son muchos años de pasar vestido de novias. Perdí la cuenta. Me gusta desfilarlos porque creás una magia para muchas novias; ese es mi trabajo.
-¿Alguna vez fue tu fantasía?
-(Risas) Nunca. Ni de los 15 años tampoco. Pero todas mis amigas y mis hermanas hablaban del vestido de bodas, la iglesia. Yo las miraba y pensaba: “¿Casamiento? ¿Hijos?“. Era la rara y recién ahora lo puedo decir. Quizá no me atraen porque desfilé tantos vestidos. Soy novia fugitiva (risas).
-Preferís lucirte en el Fit Model del torneo internacional que organiza Arnold Schwarzenegger…
-¡Totalmente! (Risas). Representé a la Argentina en esta disciplina deportiva en el 2023 y quiero volver. Estoy en proceso de recuperar peso porque con lo que me pasó con mi ex pareja el año pasado, bajé más de cinco kilos, que para mí es mucho. No me gusta estar así. Me cuesta recuperar peso y masa muscular. Esa disciplina deportiva me atrae, y me encantó la experiencia, que no tiene nada que ver con mi trabajo de modelo sino que es una categoría del culturismo que no usa la suplementación química ni la hipertrofia muscular; es como estaba yo, pero con los músculos bien marcados y no hay secretos, sino buena alimentación, descanso y entrenamiento. Estoy alimentándome, en proceso de recuperarme. Así que voy a presentarme en el torneo del año que viene, que siempre es en octubre y en España. Y en el medio tengo dos viajes.

-¿Te vas a Japón a estudiar el idioma?
-Sí. Pero primero me voy a Europa con la hija de mi hermano, que falleció hace diez años, y con su mamá. En vez de elegir la fiesta de 15 prefirió un viaje para ir a Alemania, que es donde vivía mi hermano. Es lindo que me hayan invitado a compartir esos momentos. Y en septiembre me voy a Japón con la hija de mi hermana Edith que sabe mucho de japonés y hace cosplay. Así que me voy por ocho semanas a estudiar japonés en una escuela y a conocer más de esa cultura. Una de mis mejores amigas es descendiente de japoneses y viví mucho esa cultura de chica porque Misiones es un crisol de naciones y ella es quien me empujó a ser modelo, además. Me gusta compartir mucho con mi familia y este año me quise regalar la posibilidad de estar con mi gente. En abril fui a Europa con amigas para visitar a mi otra sobrina que vive en Alemania. Tengo cinco sobrinos con sus parejas, y soy muy cercana a todos y nos cuidamos mucho junto con mi mamá y mis cuñadas.
-Habrán sido fundamentales en la contención en todos estos meses…
-Muchísimo. Toda la familia explotó porque también mi sobrino estaba mal y había que contenerlo a él, además de a mí. En septiembre pasado, cuando mi expareja me traicionó, yo me quedé un tiempo en la casa de mi hermana Edith en Oberá y después en la de Franco, mi sobrino mayor, y su esposa Claudia, que es abogada y también me contuvo mucho. Y este año volví a instalarme en Buenos Aires.

-¿Hoy cómo estás?
-No analizo tanto por qué me pasó, es la vida y a todos nos suceden cosas. No soy la primera a la que le meten los cuernos ni tampoco la última, y no me autocastigo. Lo que me duele es la traición de gente que amé mucho, inclusive la esposa de mi sobrino que le di trabajo, y la ayudé a comprar el vestido de novia. Fue muy explosivo, muy doloroso y no la infidelidad sino la traición. Pero ya está, ya pasó y seguimos adelante. Me siento bien, concentrada en el trabajo, me reconecté con amigos y familia desde un punto muy profundo, y valoro que hayan salido a protegerme, como guerreros. Amo el entorno que construí en mi vida. Lo que pasó me hizo fuerte y ahora tengo proyectos de teatro para el verano, sigo con los desfiles porque no me quieren retirar (risas), y sigo siendo imagen de algunas marcas. Y entre medio hago estos viajes personales, para disfrutar la vida.
-¿Todos los temas están resueltos con tu ex?
-No. Yo sigo siendo su socia. Lo que sucedió me afectó mucho, tuve algunos problemas de salud, adelgacé. Lo bueno es que me estoy recuperando porque el cuerpo es importante, y no por estética, sino porque es nuestro transporte del alma en esta vida y tenemos mucha responsabilidad de cuidarlo. Me sirve ponerme una meta de competir el año que viene para recuperarme, descansar, comer bien, entrenar; no hay secretos. Pero volviendo a la pregunta, con mi ex ya no tengo contacto hace muchos meses. Yo soy socia accionista de Colmar, que es una empresa que tiene cuatro negocios, aunque no figuro y él lo niega, y nunca me hizo rendición de cuentas, ni tampoco conformé el directorio y no tengo responsabilidad si se funde o no le paga a un empleado. Sé que hoy tiene muchas deudas, no sé hasta cuando va a sostenerlo, pero sé que no voy a recuperar nada de mi inversión de dinero ni lo intangible, porque la empresa se pudo armar por contactos míos. Si él no me compra mis acciones o yo no las vendo a otra persona, seguiré pegada hasta que se funda porque es un convenio que nunca a se inscribió en la inspección de justicia y es entre nosotros.

-Pero pudiste dar vuelta la página…
-Sí, totalmente. Mi empresa es Ingrid Grudke y vale más porque la construí durante treinta años y es la que hoy me sostiene y en lo que me concentro.
-¿Ya estás lista para un nuevo amor?
-(Risas) Todavía no. Estoy bien así. Muchos me quieren presentar a alguien, pero por ahora estoy bien. Disfruto, me siento fuerte, con proyectos y metas. Así que vamos a esperar un poco para un nuevo amor… Mientras tanto, me divierto (risas).
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