Guitarra al hombro, aterrizó en Uruguay con su marido, Ricardo Mollo, y su hijo, Atahualpa. ¿El plan? Combinar trabajo con vacaciones familiares
Tiene una energía inagotable: cuando no filma una película o una novela, graba un tema musical, diseña ropa o se suma a alguna causa solidaria. Sin embargo, a pesar de semejante agenda, Natalia Oreiro (39) sabe conciliar a la perfección su trabajo con su vida privada, que no descuida por nada del mundo. Tanto es así que es frecuente verla "girar" con su marido, el rockstar Ricardo Mollo (58) y su hijo, Atahualpa (4) quienes, a pesar de que también tienen agenda propia, intentan acompañarla.
El pasado lunes, Nati aterrizó en Punta del Este para reponerse después de haberse lucido como conductora en el Festival de Cine de Moscú donde, además, presentó su documental, Nasha Natasha. A pesar de que su casa de Carmelo es el refugio donde encuentra la calma en medio de la vorágine, esta vez optó por el Este porque el próximo domingo, allí mismo, volverá a vestirse de conductora. Será durante la gala de los Premios Platino del Cine Iberoamericano, que distingue a lo mejor de la pantalla grande de esta región.
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