Valeria Mazza, una sirena en José Ignacio

Energía y mucho amor". Ese, dice Valeria Mazza (42), es su gran secreto para lograr ensamblar los compromisos de cada integrante de su familia. El sábado 10, la top model, su marido Alejandro Gravier (52) y sus cuatro hijos, Balthazar (15), Tiziano (12), Benicio (10) y Taína (6), abandonaron Finca Valeria, su refugio esteño en la zona de chacras de La Barra, y volaron en avión privado rumbo a Buenos Aires.

Allí todos estuvieron en la Formula E, la competencia que tuvo lugar en Puerto Madero y en la que participan vehículos que únicamente utilizan electricidad. El director de la competición es el empresario español Alejandro Agag, íntimo de los Gravier-Mazza, quien junto a su mujer, Ana Aznar Botella, recibieron a la familia en el palco principal.

Al día siguiente, los hijos mayores de Valeria partieron rumbo a Trento, en Italia, donde se preparan junto al resto del equipo argentino de esquí para las próximas competencias en Italia, Suiza, Francia y Canadá. Tanto Balthazar como Tiziano son campeones argentinos y sudamericanos en sus respectivas categorías y, según contó Alejandro, "Benicio sigue los pasos de sus hermanos".

El martes 13, la pareja y sus hijos menores regresaron a Punta del Este para seguir con su descanso hasta fin de mes, ya que, como cada año, planean viajar a Europa a principios de febrero y reencontrarse con sus hijos en Saint Moritz el 17 de febrero para festejar el cumpleaños 43 de Valeria. "Nuestra única tradición es estar juntos siempre", confió la top a ¡Hola! Argentina.

Texto: Paula Galloni

Fotos: Juan Roncoroni