Marcela Labarca husmea en la música y los recuerdos
La locutora y actriz conduce Ni se te ocurra contarlo, el programa retro de Radio Mitre que recupera memorabilia de distintas décadas
lanacionarLos sábados, de 16 a 19, y los domingos, de 18 a 21, por Radio Mitre (AM 790) Marcela Labarca conduce Ni se te ocurra contarlo , un ciclo retro que repasa hechos, música, publicidades y personajes de décadas pasadas, con gran labor de investigación e interacción con los oyentes. Tras varios años de actuación en cine, teatro y TV Labarca estudió periodismo y locución y, desde hace 7 años, se desempeña en Mitre. Lo hizo junto a grandes maestros -como ella define-, Magdalena Ruiz Guiñazú, Néstor Ibarra y Jorge Guinzburg. Ni se te ocurra contarlo surgió en 2004, con Beto Casella, con historias de amor prohibidas; y en 2005, con idea de Jorge Porta, se instaló como ciclo retro con gran repercusión. La secunda un profesional de valía: Hugo Paredero. "El es un gran coequiper . Es un gran ilustrador, y además tiene toda la experiencia de la gráfica. Brinda infinidad de anécdotas. Es muy lúdico. Me encanta poder trabajar a su lado y además posee muy buen humor", dice la animadora.
"Espero que se convierta en un programa clásico de la radio. Es un espacio retro, distinto a todos, que indaga en los sucesos de otras décadas e intenta rescatar a aquellos personajes que construyeron nuestra historia y que están en la memoria colectiva de la gente. Para eso hay disparadores: música, canciones y publicidades viejas, con un trabajo de mucha investigación, pues son absolutamente originales. También hay desafíos de memoria, con preguntas. Entonces, uno de los puntales del ciclo es que los oyentes compartan sus propios recuerdos.
-¿Cada programa es temático?
-Sí. Tal vez después se abra el abanico. El tema madre es el de la infancia. Lo que se busca es tratar de poner temas que abarquen a la mayor cantidad de gente posible y de todas las edades. El tema de la infancia es mágico. Todos tenemos un recuerdo, o algo para contar y emocionarnos. Evocamos las vacaciones de invierno, aquellos negocios que ya no existen, el colegio, los juegos y los juguetes de la infancia. También analizamos cómo fueron cambiando esos juegos. Durante un tiempo tuvimos un regalo retro muy valorado, que era una radio Spika original, sin uso. Habíamos encontrado a un señor que tenía más de 500 Spikas en un galpón, con las que no sabía qué hacer. Las Spikas se terminaron porque se agotó el stock, y ahora estamos buscando otro regalo muy especial. Otro disparador son los audios: de programas viejos, de series, de actores. Sin ir más lejos, me llamo Marcela por El amor tiene cara de mujer : allí, Bárbara Mujica hacía un personaje llamado como yo. Son disparadoresfantásticos.A otros les nombrás a Gaby, Fofó y Miliki y recuerdan todo sobre ellos. El gran objetivo es tocar esa fibra emocional que todos tenemos.
-¿ Los oyentes salen en vivo ?
-Hay conductores que no quieren sacar oyentes al aire sin filtro. Yo nunca tuve miedo. Siempre hay un acuerdo tácito de mutuo respeto. La gente puede contar lo que quiera, siempre dentro de estos códigos.
-La idea es que critiquen, pero desde la razón...
-Néstor Ibarra, un gran maestro, muchas veces puso oyentes al aire que no estaban de acuerdo con lo que él decía y me enseñó a respetarlos. Los comunicadores tenemos mucha responsabilidad; nunca sabemos cómo ni dónde está la persona que está escuchando.
-¿Cómo ves el rol de los locutores hoy?
-El tema del momento es la famosa ley de radiodifusión. Muchos locutores están asustados, porque parece que quieren desregular esta tarea, o sea que cualquiera podría empezar a realizar publicidad, sin necesidad de matrícula. Hoy solamente con ser locutor no alcanza, porque las necesidades del mercado implican otras cosas. Hoy el locutor apoya mucho al conductor, tiene que estar bien informado, tener buen ritmo. Puede hacer reportajes. Ya no alcanza con tener una buena voz. Hoy, muchos locutores tienen títulos universitarios y un gran bagaje cultural.
-¿Realizan reportajes?
-Sí, y muy variados. Desde Palito Ortega a Luisa Albinoni y a emblemáticos de los años 80. Con Migré dialogué un mes antes de su muerte. La entrevista fue por un homenaje que le hicimos sobre Rolando Rivas, taxista, con audios de la novela. La charla con Migré es una de las que más recuerdo. Recuerdo cálidamente a Mario Clavel. Tiene la sabiduría y un sentido del humor que te dan los años. Habla como si escribiera. Con mucha belleza de palabras y elección de frases y contó anécdotas increíbles. Algo más bizarro fue un homenaje que hicimos a Titanes en el Ring .
-¿ La nostalgia está de moda?
-A partir de este ciclo aparecieron muchos otros. Pero la diferencia es que éste posee estética, música, cortinas y separadores retro y hasta rescatamos ese lenguaje. Quiero destacar que tengo al verdadero Elmer Van Hess, protagonista de El hombre que volvió de la muerte en la versión de Ibáñez Menta. Fue coconductor de este programa mucho tiempo. Después desapareció, pero pronto volverá. Habla conmigo, con los oyentes, es dueño del programa. Tiene un sótano, adonde ha enviado a mucha gente, pero nunca contó qué pasó ahí. La audiencia se engancha con el personaje.
-¿ Cómo abrazaste la locución?
-En realidad soy actriz. Encontré una manera de comunicar que tiene que ver con la actuación y el periodismo. Fui actriz durante varios años hasta que descubrí la locución después deun tiempo intermedio. Sentí que había perdido la magia en la actuación y la pasaba mal, me sentía muy expuesta. La vida me llevó para este lado. También estudié periodismo, en la Universidad de La Plata, y locución, en el Iser. Hoy siento que la radio es el medio más mágico y eterno; es el que más acompaña y abre la cabeza.
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