Charlie Sheen: del día que piloteó borracho un avión de pasajeros al gran reproche de su ex, Denise Richards
El estreno del documental de Netflix Nombre artístico: Charlie Sheen deja una serie de revelaciones acerca de la agitada vida personal del actor
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Ícono de los excesos. Enfant terrible. Rebelde sin causa. Símbolo de la cultura pop del nuevo milenio. Hay muchas definiciones posibles para la vida de Charlie Sheen, el bon vivant que rompió todos los récords con Two And A Half Men mientras su vida privada se desmoronaba. La nueva serie documental de Netflix, Nombre artístico: Charlie Sheen, reúne testimonios de todos los que vivieron el cielo (y el infierno) gracias a la estrella de Hollywood. Aquí un repaso por algunos de los eventos más o menos conocidos, pero igual de insólitos, que muestra el documental sobre la verdadera vida de Carlos Estévez.
Piloteó alcoholizado un avión de pasajeros
Había más de 400 almas a bordo de un vuelo comercial cuando Charlie Sheen tomó el control. “Me llamó el piloto de la aeronave para preguntarme si podía sacarme una foto con él. Le dije que claro, pero quería probarme su camisa y su gorra. En ese momento, le dije que si habíamos llegado hasta ese punto, me quería sentar en su lugar, como si fuera el piloto. Yo estaba borracho. Me explicaron que el avión estaba en piloto automático. Me señalaron un interruptor, y lo apagaron. Durante unos instantes, me dejaron volar el avión. Pero creo que algo los asustó, porque pronto lo volvieron a encender”.
Es un gran amigo de Nicolas Cage
Charlie Sheen entabló una duradera amistad con el excéntrico actor de Adiós a Las Vegas. “Nic no esperaba la aprobación ni la opinión de nadie. Nos respetamos muchísimo. Fue el ingreso del caos total a mi vida. Ahí comenzó mi etapa de éxtasis, alcohol y drogas”, señala.
De nuevo, Sheen protagonizó un episodio particular en un avión. “Nic tomó el micrófono, se hizo pasar por el capitán y dijo que el vuelo estaba en problemas. La gente empezó a gritar. Cuando aterrizamos, nos estaba esperando la policía. Pero Nic no sabía que yo había llevado escondidas bolsas de cocaína pegadas en mis piernas. Nos salvamos porque uno de los policías era fanático mío”, cuenta el actor.
De tal palo…
Como su padre, Martin Sheen, Charlie protagonizó uno de los grandes clásicos del cine bélico -Pelotón, en 1986-, pero primero aprendió de su padre. “Estar en el rodaje de Apocalipsis Now fue como ir a la escuela de cine: por el tamaño de la producción, por la cantidad de talentos, por la dirección de Francis Ford Coppola”.
“Cuando almorzábamos en Filipinas, durante el rodaje, me di cuenta de que papá estaba metido con las drogas. A veces podía oler el alcohol en él”, señala.

Charlie Sheen tuvo una relación de más amor que odio con su padre, aunque no faltaron los momentos de tensión por los excesos de drogas. “Espero que él vea este documental como una carta de amor, porque él siempre me apoyó. Aunque no puedo esperar que la gente quiera revivir todas las decisiones de mierda que hirieron a los que amo”, confiesa en la serie documental.
“Me van a odiar por contar esto, pero mis papás se paseaban desnudos durante meses en casa, porque practicaban nudismo”.
Le ofrecieron Karate Kid, pero dijo que no
“Quieren entrenarme en karate desde mañana”, le contó un joven Charlie Sheen a su padre, cuando le propusieron trabajar en Karate Kid. Charlie sabía que ese rol lo iba a llevar al estrellato, pero Martin le aconsejó que no lo hiciera porque ya había aceptado trabajar en otro proyecto. “Tu palabra, en este negocio, vale mucho más que un papel grande”, le dijo.
“En ese momento me enojé muchísimo con papá”, reconoce el actor. “Ahora, para nada”.
La película que lo consagró
“Existe un antes de Pelotón y un después de Pelotón”. Sheen tenía 20 años cuando vio cómo la película bélica sobre la guerra de Vietnam dirigida por Oliver Stone se llevaba el Oscar a mejor película. Desde ese momento, se convirtió en una mega estrella.
Emilio Estevez, su hermano, iba a ser el protagonista de la película, pero por problemas de la producción, los planes cambiaron. “Así se dieron las cosas”, dice Charlie Sheen con una sonrisa que parece ocultar más información de la que está dispuesto a revelar.
El trabajo de Charlie Sheen en Pelotón impresionó tanto a Stone, que el director lo hizo firmar un nuevo contrato en medio de la jungla filipina. En una servilleta, le propuso ser el protagonista de su próxima película: Wall Street.
Clint Eastwood y Slash le salvaron la vida
“Merecés ser salvado, chico”, le dijo una voz rasposa del otro lado del teléfono. Era el tono del legendario cowboy de Hollywood, Clint Eastwood. “Fue algo muy fuerte escucharlo, así que accedí a entrar en rehabilitación”, asume el actor.

“Nunca vi a nadie así”, dijo el mítico músico de Guns N’ Roses. “Tenés que ir a rehabilitación, te vas a morir”. Charlie Sheen había llegado a un punto bajo cuando empezó a drogarse con crack: “Si pudiera borrar algo de mi vida, sería el crack. Pensaba que drogarse iba a ser como nos mostraban las películas de Tarantino. Pero terminé caminando como si fuera Joe Biden”.
Escapó de rehabilitación para ser jurado de bikinis
“Mis padres sabían que iba a intentar escaparme. No podían retenerme en rehabilitación en contra de mi voluntad, pero la intervención llegó en un mal momento, justo un día antes de un concurso de bikinis donde a mí y a Nic Cage nos tocaba ser jurados”, revela.
Charlie Sheen, efectivamente, se escapó de rehabilitación. Le prometió a la enfermera que, si no volvía en un día, le iba a dar 100 mil dólares. Para sorpresa (o decepción) de la enfermera, Sheen volvió después de oficiar como jurado.
Logró que una proxeneta terminara en prisión

“Charlie Sheen es un niño rico llorón”, dice Heidi Fleiss, reconocida por haber sido una de las mayores líderes de redes de prostitución de California. “En mi caso, siempre fueron adultos pagando para hacer cosas de adultos, no la mierda de pedófilos de Jeffrey Epstein, pero a mí me pusieron en la revista Time al lado de criminales como la familia Mason”.
Sheen, que era un cliente habitual de Fleiss, declaró como testigo cuando amenazaron con darle 7 años de cárcel a él por pagar, con cheques, prostitutas para él y sus amigos.
Lo que hizo con un vaso de hielo
Aunque deslumbró a los críticos con su cameo en Un experto en diversión, casi arruina su día de rodaje. Irónicamente, en ese caso no fueron las drogas las responsables. Decidió ir al filmar sin dormir, pero se quedó dormido apenas unas horas antes. “En ese momento no había celulares. Entré en pánico. Llegué y la actriz protagónica estaba muy enojada. Pero el director, John Hughes, no me retó. Tal vez, a nivel subconsciente, eso me enseñó que podía salirme con la mía”.
La experiencia filmando Dinero fácil fue distinta porque ahí sí lo afectaron las drogas. “Me empezó a sangrar la nariz mientras filmaba. Llegó el momento en el que ni siquiera podía mantener los ojos abiertos. Así que pedí un vaso de agua con hielo, fui al baño y me metí los hielos por el culo para poder estar despierto. Funcionó”.
El único premio importante que ganó
La serie Spin City marcó el rumbo de Sheen en televisión. Ganó el Globo de Oro como actor de comedia, el único premio grande de su carrera. Irónicamente, competía contra la serie que protagonizaba su padre, The West Wing. “El rating nos destruyó. Pero apenas cancelaron la serie, me llamó Chuck Lorre”.
Cuando Chuck Lorre presentó su idea sobre una nueva sitcom, Two And A Half Men, describió su idea de la siguiente manera: “Hay 2 hombres, uno es trabajador, bienintencionado. El otro es un mujeriego amante de la fiesta”, relata el showrunner Lorre. “Cuando hice la propuesta, dije que el mujeriego era alguien como Charlie Sheen. Y entonces me preguntaron si lo podía conseguir a él para ese papel”.

“Al principio era sencillo, todos nos amaban”, recuerda su compañero Jon Cryer. El primer día, Charlie Sheen le dijo: “Sé que se dicen muchas cosas sobre mí, pero voy a ser serio en este trabajo”. Y, por lo menos al principio, cumplió su palabra.
“Él es un ícono de la decadencia y el hombre más cool de todos, pero cuando lo conocés descubrís que está lleno de miedos”. Aunque Cryer admite que no quiere hablar mal de su compañero ni mentir sobre la experiencia, admite: “Trabajé 8 años con Charlie Sheen. Antes tenía pelo. Ahora no”.
“Logró hacer adorable a un personaje que en manos de cualquier otro actor sería despreciable”, admitió Lorre.
Matrimonios turbulentos
“Si yo no estuviera, esta serie documental sería una mierda edulcorada”, reconoce la actriz de El mundo no basta, Criaturas salvajes y Starship Troopers.

“La primera vez que lo conocí se puso muy nervioso y me invitó a cenar”, dice ella. “Fue instantáneo, era la chica más hot de todas y la conocí filmando una película”, relata él. Aunque ahora hicieron las paces y compartieron la alfombra roja por el estreno de esta miniserie, tuvieron una relación muy turbulenta.
“No sé cómo estoy aquí después de todo lo que me hizo pasar. Hoy podemos hacer chistes, pero si no hubiera sido una mujer fuerte, me hubiera hundido en un lugar muy oscuro”, dice ella en el documental.
Aunque tenían hijos, un matrimonio y hasta trabajaban juntos en Two And A Half Men, la relación con Richards no terminó bien. Con la música de Barry Lyndon de fondo, el documental retrata su siguiente relación, que terminó aún peor.

Brooke Mueller, su tercera esposa, lo denunció por agredirla con un cuchillo. La estrella televisiva fue detenida y el escándalo ocupó las pantallas de todo el país. Hasta Donald Trump intervino: “Le dije a los padres de Brooke: ¡NO DEJEN QUE SE CASE CON ÉL! Es un hombre encantador, pero es un desastre”.
Con el revuelo por el episodio de violencia doméstica, Chuck Lorre le exigió a Sheen que le pidiera disculpas a todo el elenco y equipo de Two And A Half Men por todo lo sucedido. “Yo le dije que no iba a hacer eso”. A partir de ese momento, la relación con el productor quedó rota.
Se convirtió en el actor mejor pago de la historia
“Fue una receta para el desastre”, reconoce Sheen cuando rompió un récord por su salario para renovar contrato en Two And A Half Men. Mientras que Tiger Woods pedía disculpas en televisión, el estilo de vida desenfrenado de Sheen no le pasaba facturas frente al público. Al contrario, hacían incrementar su patrimonio. Los escándalos acrecentaban su figura.
Pero las drogas y el alcohol empezaron a afectar su desempeño en el trabajo. “Entramos en negación cuando empezó a faltar una vez por semana a los ensayos, porque nuestro estilo de vida dependía de él”, admite Cryer. “Intentó compensarlo siendo exageradamente amable con todos, hasta con los técnicos”.

Pero la relación se deterioró pronto. Sheen llamó a Lorre por su verdadero nombre, Michael Levine, y el productor lo tomó como un ataque antisemita. Lorre decidió reemplazar a Sheen con Ashton Kutcher para las próximas temporadas de la serie. “A la mierda ese show”, dijo Sheen. “Tenían un genio pero no lo supieron entender, abusaron de él, lo dejaron ir y ahora van a perder”.
Consiguió una legión de fanáticos

Después de brindar una entrevista que hizo bajo los efectos de las drogas, la popularidad de Sheen alcanzó niveles insospechados. En menos de 24 horas, rompió otro récord al alcanzar el millón de seguidores en Twitter.
Impuso sus propias frases (“sangre de tigre”) y estilo de vida “ganador”. Sus seguidores lo apodaron como “warlock” (el “hechicero oscuro”). Con la fama en la cabeza, Sheen lanzó un nuevo espectáculo, esta vez en el teatro: My Violent Torpedo Of Truth, y agotó las localidades en apenas 18 minutos. Pero sus fanáticos se llevaron una decepción con el show y terminaron abucheándolo en vivo.
Nombre artístico: Charlie Sheen repasa todos estos momentos, relatados por todos los que los vivieron (hasta Sean Penn y el dealer que se convirtió en uno de los mejores amigos de Sheen hablan frente a cámara) a través de dos capítulos que ya se pueden ver en Netflix.
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