¿Qué veo? La mujer del viajero en el tiempo, un relato romántico que desafía las convenciones
El primer episodio de la ficción adaptada de una novela de 2003 ya está disponible en HBO Max
“Lo que sucedió es que nos conocimos en el orden equivocado”, dice Claire mirando a cámara con una media sonrisa y un tono nostálgico que invita a escucharla, a querer conocer su historia, la de La mujer del viajero en el tiempo, la nueva serie cuyo primer episodio ya está disponible en HBO Max. Más adelante en ese mismo capítulo el personaje interpretado por Rose Leslie (Game of Thrones) se preguntará porqué es que el amor se intensifica con la ausencia, algo de lo que sabe mucho al estar enamorada de Henry (Theo James), afectado por una extraña dolencia: viajar a través del tiempo sin control o voluntad sobre cuándo sucederá y hacia cuándo será su viaje. El pasado, presente y futuro de su propia vida como una cronología revuelta sin aparente lógica ni sentido.
Si al espectador la premisa central del drama romántico le suena familiar es porque lo es. En principio la historia de Henry y Claire fue el eje central de la novela del mismo nombre del ciclo televisivo que la autora norteamericana Audrey Niffenegger publicó en 2003. Un éxito editorial enorme que llevó a la adaptación cinematográfica protagonizada por Rachel McAdams y Eric Bana en 2009 -en la Argentina se estrenó como Te amaré por siempre-, y ahora a esta nueva versión creada por Steven Moffat, tal vez uno de los narradores británicos más reconocidos de la TV de las últimas décadas. Un prócer para los fanáticos de la legendaria serie de ciencia ficción Doctor Who y los seguidores de su versión de Sherlock Holmes, Sherlock (disponible en Amazon Prime Video y Movistar Play), con Benedict Cumberbatch y Martin.
“Me encantó el libro, lo leí cuando estaba trabajando en Doctor Who y hasta hice un capítulo inspirado en él, “The Girl in the Fireplace”. Siempre quise adaptar la novela porque me pareció que podía funcionar como un programa de TV”, cuenta Moffat en una charla vía Zoom de la que participó LA NACION. Un experto, si es que tal cosa existe, en relatos que lidian con los viajes en el tiempo gracias a sus muchos años al frente de las aventuras del eterno doctor, el guionista se encontró con un obstáculo narrativo que en manos de otro escritor podría haber hecho naufragar todo el proyecto.
Es que en la historia creada por Niffenegger, Henry y Claire se conocen cuando ella todavía es una nena de siete años y él, un adulto de 28, se aparece en el jardín de su casa. “Me formé sentimentalmente alrededor de tu figura, de la idea de vos”, le dirá la Claire adulta al Henry que se cruza por casualidad cuando él tiene pocos años más que ella y todavía no experimentó ese viaje al pasado en el que se conocerán. Ese complicado rulo temporal que la serie resuelvo con maestría narrativa no deja de presentar un incómodo desafío ético, ya que algunos críticos y lectores vieron en ese amor una forma de grooming.
Para Moffat y su equipo, la solución fue incluir en el relato expresas explicaciones sobre la evolución del vínculo entre los personajes y la idea de que recién en la adultez de ambos aparecen las ideas románticas que derivan en su relación amorosa. “Se crearon el uno al otro. Henry está enamorado de la versión adulta de Claire”, explica Moffat que prefiere no detenerse demasiado en el tema y sí extenderse sobre lo que el dispositivo narrativo del viaje en el tiempo le permite contar sobre el amor, el anhelo y la pérdida.
“Usamos el viaje en el tiempo para ubicar nuestra mirada sobre el momento de conocer a alguien, sobre el instante o los instantes en que ocurre el enamoramiento y cómo se desarrolla en el tiempo. La historia de Henry y Claire nos permite desarmar la mentira del “fueron felices para siempre”. Nada es para siempre y de hecho el tiempo del amor siempre es muy corto. Amor y pérdida son una misma cosa. No podés tener uno sin el otro”, filosofa el guionista, y pide disculpas por enfrentar a todos los presentes con su mortalidad “a esta hora de la mañana”.
Esa mezcla de drama, humor y tragedia forma parte del ADN de la serie de seis episodios que cubren, según Moffat, apenas una tercera parte del libro, por lo que el guionista espera que haya al menos otra temporada en la que pueda plasmar el desarrollo del relato que ya tiene planeado de principio a fin. O de fin a principio, si toma como modelo la nostálgica, romántica y deconstruida forma del amor según La mujer del viajero en el tiempo.
- La mujer del viajero en el tiempo está disponible en HBO Max.
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