Baptiste: un detective lleno de fantasmas y trastornos

(Gran Bretaña/2018) / Creadores: Harry y Jack Williams / Elenco: Tchéky Karyo, Tom Hollander, Anastasia Hille / Disponible en: StarzPlay / Nuestra opinión: buena

Baptiste sigue el modelo de los detectives contemporáneos, llenos de fantasmas, conflictos irresueltos y trastornos emocionales. Lo conocimos en la excelente serie británica The Missing, que en sus dos temporadas se centró en misteriosas desapariciones de menores. Allí, Baptiste era el sabueso ideal para seguir las pistas más elusivas y descubrir las verdades más desgarradoras, para acompañar a padres y madres en el rastreo del paradero de sus hijos. Pero Baptiste ya no es el que era. El tiempo ha pasado y la edad, las enfermedades y el retiro parecen haber minado su sexto sentido para ese difícil trabajo.

Pensada menos como un spin off que como un desplazamiento de aquel formato, la nueva serie de los hermanos Williams profundiza en los efectos que la investigación de un caso criminal trae aparejado en la vida privada y profesional de quien la conduce. Cada misterio que Baptiste abordaba dejaba huellas imborrables en su memoria, que aquí se suman a las que trae de su propia historia y a las que descubrirá que le fueron escondidas.

Baptiste vive con su familia en Ámsterdam. La relación con su hija, que acaba de ser madre, es tensa y minada de reproches. El llamado imprevisto de una vieja amiga, ahora jefa de la policía de la ciudad, lo sumerge en la pesquisa de una adolescente desaparecida, a quien su tío busca con insistente desesperación. Es este personaje quien mayor interés despierta en este nuevo entramado criminal: Edward Stratton es un inglés nervioso que recorre los recovecos del barrio rojo holandés en busca de su sobrina. Pero junto a él se perfila el accionar de una banda de rumanos dedicados a la trata de personas, un viejo líder criminal que busca redimir su pasado, varias prostitutas en fuga y el destino equívoco de un millón de euros.

Pese a la tensa construcción de la trama narrativa, Baptiste se carga de demasiados desvíos. Las pistas falsas se acumulan, los personajes se agolpan esperando la acción, y la vocación concentrada de todo thriller se pierde en una innecesaria dispersión.

Lo que mejor funciona es la inquieta relación entre Baptiste y Stratton, teñida de mutuas sospechas y desconfianzas. El vaivén de ese vínculo, sumado al creciente peligro que asedia a la familia del detective y a la culpa que lo carcome, ofrece el duelo vital de la serie. Tchéky Karyo resulta perfecto como el hombre que intenta alcanzar su mejor forma, pese a las secuelas de una reciente operación y los dolores de sus cuentas pendientes. Pero es Tom Hollander quien mejor aprovecha los enigmas de su personaje y transmite las oscuridades que lo asedian tras sus mismos pasos.