
Canciones con distorsión para chicos sensibles. ¿Este es el emo latino?
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Los chicos de Smitten acaban de volver de unas semanas en General Rodríguez, en las que combinaron horas y horas de grabación de su último disco con campeonatos de Winning Eleven en la PlayStation, asados y siestitas al sol en esa quinta tan familiar y bonaerense que es el estudio Del Abasto al Pasto. Ahora estamos en una cocina de Ramos Mejía, con café instantáneo y bizcochitos, y los chicos dicen que están contentos. Dicen que por primera vez están conformes después de haber terminado de grabar un disco. Dicen que la producción de Alvaro Villagra les resultó reveladora. "Nosotros hacíamos estrofa, estribillo, estrofa, metíamos puentes… Y él agarró y nos hizo poner el estribillo adelante, por ejemplo."
PERFIL La historia de Smitten empieza en el oeste, entre Morón y San Justo, entre la casa de Patrick Steve y la de Chuky, dos amigos del barrio que coleccionaban expulsiones de distintos colegios y escuchaban NDI: No Demuestra Interés. Era 1994, la movida era el hardcore y lo de ellos, cuando empezaron a tocar, fue el hardcore más melódico ("siempre quisimos hacer canciones de amor distorsionadas"). El nombre lo sacaron de un diccionario inglés / español. Chuky, que comparte roles con Patrick, recuerda: "Al principio no la sabíamos ni pronunciar y decíamos «Smaitten», hasta que una vez [Alejandro] Nagy la dijo por la radio y ahí aprendimos cómo se decía".
EMO-CIONAL Dicen que no saben muy bien qué es ni qué quiere decir y que ellos hacen otra cosa, pero que una vez viajaron a Chile y se encontraron con que tenían todo un grupo de fans medio vestiditos de negro, aritos en la cara y flequillo: emos. Después del show, el diario El Mercurio dio los tips para ser "un emo" y además de la mochilita con pins y el pelo sobre la cara, había un punto que decía: "Escuchan Smitten".
NUEVO En 2006, cuando participaron en el disco Pappo versionado (con un cover de "Desconfío") Iguana Records -subsello de Sony- los fichó para editar, ese año, un disco homónimo (el ¡séptimo! trabajo de estudio del grupo), y otro que sale el 17 de este mes y se va a llamar En algún lugar. Las influencias, dicen, siguen siendo las mismas: los Beatles. En la cocina de Ramos, los chicos vuelven a sonreír. "Tenemos el disco que queríamos tener", dice Patrick Steve. "Eso sí -aclara Chuky-: siempre siendo una banda emo."




