
Tanguero y gitano, madrugador y familiero
Un día en la vida de... Juan Darthés
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Llega con su mujer del mercado, prepara mate, mira los cuadernos de los chicos que acaban de llegar del colegio. Después, enciende el televisor y aparece su imagen, o algo parecido, en la piel de un gitano apasionado. “Por eso ando con estas patillas. Es gracioso, porque los fines de semana estoy con mi espectáculo de tango y, la verdad, el look no tiene nada que ver”, comenta el cantante y actor Juan Darthés.
Vive en Palermo, en la llamada zona roja, pero asegura que eso no le crea ningún problema. “Compré la casa en una zona que figura como residencial, pero, bueno, las cosas cambian. Igual, confieso que jamás tuve un conflicto. Tanto, que un día perdí los documentos y vino un travesti a devolvérmelos. No me explayé en la charla porque fue de madrugada, pero no tengo prejuicios. Y en cuanto a la seguridad, gracias a esta movida hay más policía que en cualquier parte.”
Su día laboral comienza muy temprano por las grabaciones de Soy gitano. Termina alrededor de las 17.30, pero nunca se va a dormir antes de la madrugada. “Me levanto a las 6 y pico porque a las 7.30 tengo que estar en el estudio. Grabo todo seguido, no tengo demasiados baches en el medio. Pero si sucede, me hago una escapada al estudio de Daniel García, el director de Tango loco, con quien hago presentaciones los fines de semana. ¿Si viajo solo? Y sí. Son escapadas cortas, a zonas del conurbano. En Semana Santa voy a estar en Mar del Plata, pero generalmente me voy solo porque trasladar a la familia por tan poco tiempo es agotador. Prefiero ir y venir pronto para disfrutar de ellos.”
Su mujer no pertenece al medio, y eso le encanta. “María (Leone) es abogada y una mujer muy creativa. Ella decoró la casa, hace objetos increíbles y ahora empezó con una colección de accesorios fabricados con pieles, cueros y materiales autóctonos. Además, es una mamá ejemplar. Somos muy unidos, tenemos chicos todavía muy chicos (Tomás, de 7; Giannfranco, 3) y ningún plan puede ser mejor que disfrutarlos. Con el más grande me paso horas estudiando piano. También se queda conmigo cuando vocalizo y toco la guitarra. Con el más chiquito tengo otro tipo de juego, más brusco, las típicas luchas cuerpo a cuerpo en la cama, las cosquillas. En fin, cosas de papá baboso. Como la mayoría...”
Darthés mira noticieros, pero dice que con el tema de la guerra está sensible y hay cosas que no admite. “Comer con la familia y ver en la televisión cómo matan a esa gente sería repugnante. Me informo, pero no me intoxico con los detalles más cruentos. Además, no es bueno para los chicos. Yo les hablo, trato de explicarles. ¿Pero cómo se explica una guerra?”
Viajando con su show tanguero confirma que algo está cambiando en la Argentina. “No sé qué pasará en las elecciones, de hecho yo también estoy confundido. Pero en cuanto a lo cultural, noto que la gente necesita reencontrarse con sus cosas, su poesía, su música. Veo que estamos muy sensibles, como en carne viva. Ya no está esa sensación de que afuera todo es mejor. Hay un sentimiento indescriptible de querer renacer. Lo noto en el aplauso, en los comentarios posteriores a las presentaciones.”
Por las noches repasa los guiones y más de una vez, cuando los chicos duermen, se escapa con su mujer para tomar un café. “Somos muy de barcitos, es lindo huir de la rutina, salir a charlar un rato solos, sentirnos novios. Igual, en casa la pasamos muy bien. María dibuja, a mí también me gusta escribir. No hay cómo aburrirse.”
Flavia Fernández
Corazón tanguero
Se crió en Temperley y, aunque vive en Palermo, jura que nunca se fue del barrio. “Es más, sigo viviendo en un barrio, no podría ser de otra manera. Me gusta tener vecinos, árboles, un almacén. ¿Si escucho tangos? Claro, todo el tiempo. Y no sólo los temas tradicionales. Si hay algo que me gusta es reflotar tangos no tan conocidos, con mucho lunfardo. Aunque tuve propuestas para llevar el espectáculo a Europa, lo mío no es tango for export ni mucho menos. No lo descarto, pero a mí me gusta el público que entiende, el tanguero.”
Darthés exprés
Fans: “Como todo actor que trabaja en la tele, hay chicas, mujeres, que me piden autógrafos y me halagan. Pero también tengo un club de fans de tangueros, gente de La Plata que me sigue a todas partes. Son satisfacciones que te da la música. Es un grupo tan lindo que muchas veces, cuando estoy de gira, me voy a comer con ellos”.
Prejuicios: “Por suerte, siempre me aceptaron en todas partes. Hice comedia musical y recibí muchos premios, hago tiras populares y el mundo tanguero siempre me mimó. Y eso que son muy difíciles. Para mí, es una gran satisfacción poder hacer todo lo que me gusta y encima ser reconocido. Sobre todo en un medio donde los prejuicios son grandes”.
Consecuencia: “Después de la malaria, los argentinos comenzamos a reencontrarnos con nuestras cosas, a recorrer el país. Podrán decir que porque no nos queda otra. Está bien. Pero yo sé de hijos de amigos que no conocían Mar del Plata, y no está mal que ahora sepan de qué se trata”.
Dieta: “Nunca fui un obsesivo del cuerpo, pero desde que trabajo con Laport a veces me encuentro almorzando queso descremado con clara de huevo, calabacitas o cosas así”.
Rating: “No me importa el rating, sino cómo veo el programa y la reacción de la gente. Por otra parte, ¿a quién llamaron alguna vez para ver qué canal está mirando? A mí no me sucedió jamás; a mis amigos, tampoco”.
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