Dejaron de existir dos importantes premios: los Florencio Sánchez y los María Guerrero
Los motivos aparentes son la disolución de la Asociación Amigos del Teatro Cervantes y la falta de presupuesto que hoy padece la Casa del Teatro
¿Para qué sirve exactamente un premio ? Difícil de precisar la dimensión que el sistema de elección puede conseguir, lo cierto es que aunque todos los premios sean cuestionados y acusados de no representar democráticamente lo que sucede en la aldea artística a la que pertenece, todos quieren ganarse uno. Y además, situación para nada menor, muchas veces sirven para darle legitimidad, garantía y profesionalismo a una actividad como la teatral, que muchas veces suele subestimarse.
¿Dialogan los premios, con sus jurados y su trayectoria, con la escena teatral actual? Ese suele ser el puntapié para comenzar un debate extenso. Los ACE (otorgados por la Asociación de Cronistas del Espectáculo), los Trinidad Guevara (entregados por Área de Concursos y Premios de la Ciudad de Buenos Aires), los Premios Hugo ligados al teatro musical, los Teatro del Mundo, los Luisa Vehil y finalmente los María Guerrero y los Florencio Sánchez. Todos juntos para premiar a una actividad que en Buenos Aires florece.
Por estos meses, la comunidad teatral recibió la noticia del cese de estos dos últimos premios. El primero, el María Guerrero, otorgado desde 1983 por los Amigos del Teatro Cervantes; y el segundo, el Florencio Sánchez, entregado por la Casa del Teatro desde la década del 90. ¿Ocaso de los premios teatrales o puro azar?
"La Asociación Amigos del Teatro Cervantes fue creada en 1985 por iniciativa de un grupo de actores y su primera presidenta fue la actriz Lydé Lisant, que tuvo la idea de otorgar un premio que se llamara María Guerrero -cuenta Dolores Abait, la coordinadora de Relaciones Institucionales del Teatro Cervantes-, en honor de la fundadora del teatro y estuvo a cargo de la comisión directiva de la Asociación, hasta que le cedió esta tarea a Norma Duek, quien continuó a cargo de la presidencia hasta este año, en que decidió ponerle fin a esa Asociación".
Para Alejandro Tantanian, actual director del teatro, la continuidad de los premios es algo sumamente importante por el nombre y la trayectoria que ellos ganaron en estos más de 30 años en la comunidad teatral. Pero, aclaración importante, los María Guerrero no son otorgados por el propio teatro, sino por esta Asociación, que deja de existir. "Estamos impulsando y armando una nueva Asociación de Amigos porque creemos que su accionar es fundamental para la salud y el cuidado de este teatro. Una asociación de amigos del teatro tiene mucho peso y puede realmente ayudar muchísimo a conservar el Cervantes. Por eso, porque consideramos que su existencia es vital, impulsamos la creación de una completamente nueva y desde ya, por mi parte, el consejo de que se mantengan los premios está", aclara Tantanian, que, como director del teatro, no tiene potestad sobre este galardón, aunque manifieste su interés. "Los pasos para crear esta nueva Asociación son muchos y difíciles, esperemos llegar a que el año que viene esté lista para que no se pierda continuidad".
Por su parte, los premios Florencio Sánchez, entregados por la Casa del Teatro, sí llegaron a su fin en la edición del año pasado. Linda Peretz, la actual presidenta de esta asociación mutual creada en 1938 por la soprano ligera Regina Pacini, esposa de Marcelo Torcuato de Alvear, que tiene como fin el albergue para adultos mayores de 65 años autosuficientes que tuvieron que ver con la actividad teatral, se encuentra en marcha para crear unos nuevos premios, que sucedan a los Florencio Sánchez, pero "limpios", según dice: los Regina Pacini. "Para rendirle homenaje a la creadora de esta institución, nuestra patrona espiritual", cuenta Peretz, que, como presidenta de esta Casa desde hace dos años, se puso como objetivo la transparencia y la claridad. Según su óptica, los Florencio Sánchez no gozaban de estos valores fundamentales. "El presente que vive la Casa del Teatro es preocupante, tenemos serias deudas generadas de antaño y lo cierto es que un premio implica un alto presupuesto que en estos momentos no podemos afrontar. Por eso estoy buscando la forma de lograr que entren donaciones, inversiones, subsidios de algún lado para que esta situación se revierta", sentencia Peretz, abocada con entusiasmo y dedicación a esta tarea que emprendió.
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