Ángela Torres: la gran apuesta de la tevé para recuperar el rating perdido
Ángela Torres tiene zapatillas blancas con plataforma y un déshabillé rosa de peluche con capucha. Está peinada con los dos minirrodetes rubios que va a tener su personaje en Simona. Camina por los estudios de Pol-ka como si estuviera en su hogar. Acaba de terminar una escena en una cárcel reconstruida dentro del set y tiene que volver a ponerse el delantal para aparecer en el living de la casa de su jefe, Diego Guerrico ( Juan Darthés ), donde trabaja como empleada doméstica.
Con 19 años, la hija de Gloria Carrá, nieta de Lolita Torres y sobrina de Diego, el cantante de "Color esperanza", protagonizará desde hoy Simona. La nueva tira de El Trece irá a las 22 en su debut y también mañana, pero a partir del miércoles comenzará a las 21.30.
Mientras Romina Gaetani se tira sobre la cama en una de las habitaciones de la casa ante la frustración de no poder aprenderse su texto, Ángela entra en escena. "Disculpe que la interrumpa", dice, y Romina vuelve a tirarse en la cama. Todavía no había terminado su parte. Todos ríen: también están Darthés y Patricia Echegoyen. Ángela se disculpa por la interrupción, toma un sorbo de agua y vuelve a empezar. "No estoy acostumbrada a grabar 25 escenas por día, porque aparte es mucho esfuerzo físico y mental. Más allá de estar con el cuerpo, estás con la mente, recordando escenas todo el día", nos cuenta horas más tarde, ya relajada y sentada en su camarín.
Luego del éxito de Las Estrellas, El Trece vuelve a apostar por una producción local para el prime time con el peso sobre los hombros de esta adolescente. En tiempos en los que el rating es mucho más tirano y en que los números cayeron en picada, Pol-ka pensó en un personaje fresco y descontracturado y una historia que ya pudo verse en más de una oportunidad: una empleada doméstica se enamora del hijo del dueño de casa (Gastón Soffritti, quien hace de Romeo, el sobrino de Darthés). ¿Será suficiente la frescura de Ángela, que recuerda un poco a la "Cholito" de Natalia Oreiro en Muñeca brava, para conquistar al público?
A semanas de que tanto el canal del barrio de Constitución como Telefe decidieron sacar del aire por sus bajas mediciones la turca Amor en guerra y la brasileña José de Egipto, respectivamente, parece, al menos, un desafío. "Mis amigos justo me decían ayer: «Ángela, sé consciente del lugar que te están dando. Salga bien o mal te están eligiendo a vos para eso». Yo creo que Adrián [Suar] la rema, no lo vi nunca sacar del aire una tira como Fanny, la fan [cancelada al mes por Telefe]. Creo que apuesta y le pone garra y me parece que es un poco así. Igual, más allá de eso, va a pasar lo que tenga que pasar. Tengo mucha confianza en lo que estamos haciendo. Trato de no sufrir por ese tema, porque soy muy de vivir el presente, y si pasa algo, algo tendremos que aprender de lo que pase", cuenta, y agrega: "Hoy no existen los 31 puntos de rating, 16 ya es un milagro. Si en enero hacemos 11, estamos batiendo récords".
No deja de llamar la atención la elección de Juan Darthés en el elenco de una tira juvenil. El actor está en medio de una contienda legal con Calu Rivero, quien lo acusó años atrás –y ahora volvió a hacerlo– de haberse propasado cuando trabajaban juntos en Dulce amor, en 2013."Respecto de lo de Juan Darthés yo no voy a opinar porque no sé. Él es mi compañero, me llevo diez puntos, es muy educado conmigo. Lo conozco desde hace muchos años. No tengo nada para decir. Lo que pasó y qué pasó yo no lo sé. Acá laburamos muy bien, nos sentimos muy cómodos, tenemos un buen equipo", comenta la actriz.
Heredera de una familia de artistas, que la ayudó a aprender a lidiar con la fama y le inculcó valores, Ángela debutó a los siete años con algunas escenas en Patito feo. A más de una década de ese primer pequeño papel a la fecha, trabajó en Condicionados, hizo de hija de Adrián Suar en Solamente vos y fue parte de Esperanza mía. También hizo Peter Pan y El diario de Ana Frank en teatro. ¿Y en cine? Gilda: no me arrepiento de este amor, Los padecientes y en poco tiempo más se podrá ver su primer protagónico: Un viaje a la luna, de Joaquín Cambre. Pero a la hora de desplegar todos sus trabajos la lista es aún más larga: fue la ganadora de Tu cara me suena en 2014, y en 2016 fue una de las participantes de Bailando por un sueño.
Más allá de su voluminoso currículum, Ángela sigue con los pies sobre la tierra. O por debajo de ella: sigue tomando el subte y viaja en el tren Roca para ir a Llavallol, a la casa de su novio. Dice que aprendió a camuflarse y que sólo necesita de una capuchita. En fin. Habrá que ver qué sucede después de convertirse en la cara de esta propuesta que trae de vuelta a la pantalla chica el género de telenovela clásico. "Pienso y no lo puedo creer: que se haya concretado Simona de una vez para mí es algo muy importante y estoy segura de que va a marcar un antes y un después".
El camarín de Ángela tiene una caja con picos dulces, muchas fotos pegadas en el espejo. En algunas se la puede ver con Pepo, su novio desde hace más de un año; en otras, con amigos. Confiesa que le gusta estar acompañada de personas que elige. Si bien la actriz no cumplió los 20 todavía, vive sola desde los 17 años y –según explica– siempre fue muy solitaria e independiente. "Todos creen mucho en la familia y yo también, pero en general soy más amiguera, me gusta tener la posibilidad de elegir mi círculo". También hay una cafetera, que consiguió después de contar en las redes sociales lo mal que la estaba pasando con el café que había en el set. Completa el cuadro un perfume de Ariana Grande, su referente en el pop e ídola absoluta junto a la española Bebe.
Sin delantal y con pollera roja, la actriz cuenta que no terminó el colegio ni lo piensa terminar, que lo dejó después de repetir porque se dormía y la pasaba mal. "Fue como: «Ma, yo no puedo más: la estoy pasando muy mal y elijo otra cosa y me va bien en lo que elijo. Quiero usar todas mis horas de colegio para trabajar y para estudiar lo que a mí me gusta hacer»". Confiesa que nunca le gustó matemática y que desde que es chica sabía que quería dedicarse al arte. "Me la pasaba bailando y cantando. Era un personaje". Su espíritu rebelde –que será parte de la identidad de Simona– también la lleva a tener una relación contradictoria con las redes sociales. "No soy muy de Internet. Últimamente estoy como más atenta y poniéndole garra, como hay que ponerle a un proyecto que la tiene a una como protagonista, que no me ha pasado nunca. Aunque a veces estoy como un poco en contra del teléfono. Hay que saber parar: no podés estar todo el día mirando el teléfono, no le hace bien a tu cerebro". Cuenta también que no contesta los mensajes de WhatsApp. "Mis amigos saben que no charlo por ahí. Yo te hablo y te digo: «Nos vemos mañana y me contás mirándonos a la cara»". También que le gustaría tener una familia con su novio, que es muy enamoradiza y que no cree en el casamiento. Pero antes sueña con irse a estudiar comedia musical a Nueva York, ciudad que visitó dos veces y volvería a hacerlo mil veces más.
Ángela cuenta que aprendió a no ser "tan transparente" años atrás cuando le tocó ser parte de Bailando por un sueño, donde no solo tuvo que incorporar un ritmo nuevo por semana, sino que la enfrentaron con Lali Espósito, con quien había trabajado en Esperanza mía: las cosas no terminaron bien. "Aprendí que no es bueno que todos se enteren de todo lo que me pasa. Porque uno también tiene que decidir qué cosas contar y qué cosas no", reconoce. Aunque hay heridas que no cicatrizaron, como las que le causaron algunos comentarios e insultos que recibió en ese tiempo. "Recibí agresiones y en general eran de mujeres. Me parece que todavía nos queda el querernos, el aceptar si tenemos kilos de más, celulitis. La cantidad de veces que me han dicho gorda y que me iban a venir a buscar a mi casa para matarme y otras cosas horribles", detalla.
El día de Ángela empezó a las seis de la mañana, algo que le costó y cuesta muchísimo porque ama dormir hasta tarde. Antes de salir de casa, se tomó un licuado de maca y proteínas, por recomendación de su novio, para tener más energía. Minutos después le tocaron el timbre. Era el remise que la lleva todos los días hasta Don Torcuato, donde graba hasta las 18, momento en que un auto la espera para devolverla a su hogar, donde tendrá que prepararse para la próxima jornada de grabación. Las luces del estudio se apagan, ya son las 18. A la noche, la joven actriz posiblemente se ejercite, cocine con Pepo, con quien está "casi casi" conviviendo. Pero lo que sí o sí va a hacer es ver una serie o película y escuchar música. Ahora está viendo Merlí y Bates Motel y hace poco descubrió la banda argentina El Kuelgue.
Por el pasillo pasan algunos integrantes del elenco que se despiden de los productores. Pasa Darthes y saluda. María Rosa Fugazot (hace de Rosa, la mamá adoptiva de Simona) agarra su cartera y su perrito de 50 días que la acompaña al set y saluda. La única que queda es Ángela, la joven que está intentando acostumbrarse a las largas jornadas de filmación, a las 25 escenas por día. Llaman a la puerta, ya es hora de irse. Afuera, el remise espera por la protagonista.
Más leídas de Espectáculos
Con Léa Seydoux. Amor sin tiempo es una película arriesgada y distópica, inspirada en Henry James y la desconexión emocional de nuestros días
Potencia y precisión. Guerra civil: un inquietante escenario futurista que hoy está lejos de ser visto solo como ficción
De Timothée Chalamet a Theo James. Quiénes son los cinco actores que protagonizan las biopics musicales más esperadas